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Viernes, 23 de junio de 2006

INUTILíSIMO

Una buena fricción

Gracias al aporte inestimable del Almanaque de la Mujer (editado por la Librería La Facultad, 1930), hoy aprenderemos los secretos de una vivificante fricción para después de darnos una ducha o un baño de inmersión. Se nos aclara que los siguientes masajes conviene realizarlos untando las manos con un suave aceite de oliva, cerca de una ventana abierta. “Ejecutados diariamente, son un maravilloso remedio contra la fatiga”, se nos adoctrina. Eso sí, tomando todas las precauciones, “deben hacerse con el cuerpo desnudo” (aunque en las ilustraciones de la época, el cuerpo aparezca cubierto en los dibujos con una camiseta de mangas largas y una actualísima minifalda).

a) Colocarse en la posición indicada y levantarse en puntas de pie. Exhalar cuando el cuerpo baja e inspirar al enderezarse. Repetir 10 veces.

b) Friccionar con movimiento vigoroso desde la punta de los dedos hasta el hombro la superficie superior del brazo.

c) Llegar al cuello para retornar enseguida al punto de partida (a). La fricción de regreso debe ser menos enérgica.

d) Continuar el masaje, ahora en el lado interior del brazo hasta la axila. La figura muestra el movimiento a medio camino.

e) Llegar con la fricción hasta la parte superior del seno para retornar suavemente a lo largo del brazo. Se sugiere mantener cierto ritmo en estas acciones, lo que favorece la producción de energía.

f) Para la mano izquierda bajo el hombro derecho y la mano derecha sobre el hombro izquierdo, y comenzar a friccionar en forma simétrica, sobre ambos brazos. La respiración debe seguir el ritmo del movimiento.

g) Pararse con el talle erguido, los pies bien separados. Aspirar el aire en el instante de iniciar esta nueva serie de ejercicios.

h) Flexionar sólo la rodilla izquierda, manteniendo la pierna derecha extendida, e inclinar el tronco sobre el lado derecho. Volver a la primera posición y repetir el movimiento sobre el lado izquierdo.

i) Comenzar a friccionar subiendo las manos hasta llegar a la cadera, oprimiendo las carnes al irse enderezando.

j) Así termina el masaje de abajo arriba del lado izquierdo. Las manos van hacia la derecha friccionando el estómago y recomenzamos como en la figura (c), sobre la otra pierna.

El Almanaque de la Mujer nos garantiza la absoluta seriedad de este método científico de educación muscular, propuesto por el profesor Müller, al parecer toda una autoridad en la materia. El único riesgo es la presencia eventual de un voyeur cuando nos friccionamos con la ventana abierta. Muy atentas, pues.

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