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Viernes, 6 de abril de 2007

INUTILíSIMO

A forrar y a ordenar, cada cosa en su lugar

Sabemos bien que coser y cantar, todo es empezar, pero forrar ya es una tarea un poquito más complicada, que requiere suma prolijidad y precisión matemática, pero que podremos llevar a buen puerto si nos esmeramos. Empecemos por los placards que, como dice el manual Decoración del hogar editado en Buenos Aires en julio de 1949, “buena impresión causan cuando están perfectamente ordenados, y qué entretenido que es adornarlos con generitos económicos como el percal, el cefir y las telas de material plástico”. La figura que ilustra esta nota, por ejemplo, nos muestra un placard decorado en tela a cuadritos rojos y blancos, con los bordes de los estantes terminados con un voladito de 5 cm de ancho del mismo género y un voladito de 5 cm de un picot bordado. Todas operaciones que se hacen con increíble facilidad a máquina, para luego aplicar el volado al estante con tachuelas.

Puestas a forrar, forremos también las cajas para sombreros de la siguiente manera: cortemos la tela al sesgo, de la medida de la circunferencia de la caja, más 1 ½ cm. Para el alto, deben ser 5 cm más para doblar 2 ½ cm hacia adentro en los dos sentidos. El volado de picot, nos señala el manual, debe ser cosido antes de forrar la caja, para lo cual “midamos en el borde los 2 ½ cm para doblar hacia adentro, más la profundidad de la tapa y nos dará la altura exacta. Cosamos el volado a la sección sesgada y con cemento peguemos los bordes que van doblados hacia adentro”. ¿Se entendió?

Ahora vamos por la tapa de la caja: “cortemos una sección para ella dejando 1 ½ cm para la costura alrededor. Cortemos luego una tira al sesgo para el borde de la tapa dándole 2 ½ cm más de ancho. Cosamos esta tira a la sección de la tapa haciendo una costura de 1 ½ cm. El otro extremo lo doblamos hacia adentro y lo pegamos a la tapa”. Y en menos que canta un gallo tenemos lista una coquetísima caja para sombreros.

Con mayor sencillez aún vamos a forrar la caja grande para los vestidos (que los protegerá del polvo y la humedad), siempre con el bonito motivo del voladito tableado. Para pegar la tela usamos cemento y seguimos al pie de la letra las instrucciones indicadas para la caja anterior.

Si el entusiasmo cunde y contamos con tiempo libre, podemos pensar en hacer monísimos y practiquísimos forros para perchas, manteniendo el mismo dibujo y color en la tela para unificar elegantemente el interior del placard. Otra atractiva posibilidad es realizar una tira con bolsillos para el calzado, que colgaremos en la parte de adentro de la puerta y en la cual introduciremos los zapatos después de limpiarlos cuidadosamente, en especial la suela, que tantos microbios trae de la calle. Y otro día, aunque no lo crean, vamos a realizar fundas para automóviles ¡paquetísimas!

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