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Puede operar ordenamientos minuciosos con fines nobles y loables, o bien demostrar que en ocasiones hay tinta, papel y tiempo que merecerían ser objeto de mejores ideas, o que bien podrían haber permanecido reposando en paz en algún escritorio. Porque de tanto ser exprimida para alumbrar brillantes listas de prescripciones, algunas neuronas quedan exhaustas y pasa lo que pasó hace sólo un par de días: nada menos que el mismísimo Ministerio de Educación (el de Catamarca) se ve llamado a proclamarse sobre un tema candente como es la elección de la Reina de los Estudiantes. Y lo que es más: decide que, en adelante, en tan representativa y poco sexista elección no podrán participar candidatas “madres de familia”. Lo que se dice la decisión consciente de una funcionaria (María Isabel Acuña, la titular del Ministerio de marras) con clarísima conciencia de género.