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Viernes, 21 de diciembre de 2007

TALK SHOW

La que pierde, gana

 Por Moira Soto

En una de esas clásicas parejas (masculinas) del cine cómico, ella podría haber estado en el rol de, por ejemplo, Stan Laurel o de Jerry Lewis, si nos atenemos al papel que hace en 30Rock. Es decir, la perdedora algo desmañada, insegura, crédula, un toque lunática que encuentra su antagonista complementario en Alec Baldwin, el jefe trepador, acomodaticio, cínico, con cierta tendencia al sadismo... Ella es Tina Fey, la creadora, escritora de algunos capítulos, productora ejecutiva e intérprete principal de esta serie cuya segunda temporada empezó a emitirse el mes pasado por Sony. En 30Rock, Fey encarna con gracia distraída a su alter ego –estilizado, claro–, la guionista de la NBC Liz Lemon, en constante tensión con su superior, el ejecutivo Jack Donaghy (Baldwin, nunca mejor desde que entró en carnes, dejó de hacerse el galán y desenfundó su veta maldita).

De sangre más bien mezclada –alemana y escocesa por parte de padre; griega, de madre–,Tina Fey, instigada por su familia, descubrió tempranamente los placeres de la comedia, a partir de películas de los Hermanos Marx, Monty Python, algún Mel Brooks (El joven Frankenstein), el programa de TV Saturday Night Live. Graduada en arte dramático en la Universidad de Virginia en 1992, se mudó a Chicago, donde siguió estudiando teatro e hizo algunos intentos de stand up. En 1994, Fey ya estaba en el elenco de The Second City y participaba en concursos de improvisación. Tres años después, con el respaldo de Adam Mc Key, cabeza del equipo de escritores, empezó a hacer guiones para Saturday..., de la NBC, y en 1999 ya era head writer.

En verdad, a Tina Fey le fue mucho mejor que –hasta el momento– al personaje de Liz Lemon (parcialmente inspirado en sus experiencias, asegura): ganó en 2001 el premio Writers Guild America como co-head writer del especial del 52º aniversario de SNL, y en 2001, un Emmy por su trabajo en ese show. Al revés de Liz –esta temporada soñando con conocer a alguien después de su ruptura con Floyd en las vacaciones–, Tina encontró un marido, padre de su hija Alice Zenobia, nacida en septiembre de 2005, razón por la cual dejó su papel en Weekend Update (parodia de noticiero en SNL) por unas pocas semanas. Cuando regresó, comentó con el ceño levemente fruncido: “Tuve que volver al trabajo. NBC tenía un contrato firmado conmigo, y con el bebé solo hice un acuerdo verbal”.

En contrato cerraba a fines de ese año y en 2006, Fey empezó a desarrollar la sitcom 30Rock, siempre en la NBC, con dos ex productores de The Tracy Morgan Show. El título remite a 30 Rockefeller Plaza, dirección principal de la NBC, donde se supone que transcurre esta ficción acerca de la joven y linda escritora de anteojos (algún chiste sobre este detalle remite a Dorothy Parker), un poco despeinada, quizá de tanto tomarse el pelo, que luego de reiterados intentos de resistir, debe rendirse ante los consejos y la decisiones de ese jefe tan asumidamente incorrecto. Mientras que Liz Lemon sigue andando a los tumbos (su mejor noticia a la vuelta de las vacaciones es que hizo yoga y empezó una colcha: “No la vas a terminar”, profetiza el malo de Jack), en julio de año pasado Tina Fey fue candidateada al Emmy como Mejor actriz, y el show ganó ese premio como Mejor Comedia.

Ya se sabe que los géneros más subversivos, los que se toman (a veces) las mayores libertades son el terror y la comedia, al alejarse del realismo y poner en escena –con la coartada del susto y la risa– deseos reprimidos, saltar por encima de vetos y tabúes. A través del humor inteligente, esa energía de la desesperación, se puede dar vuelta el mundo de las apariencias y las buenas maneras, jugar con los límites, las miserias, las ridiculeces humanas. Que es lo que hace en su escala 30Rock.

En los primeros capítulos de este año, Liz se compró un traje de novia porque le quedaba divino y estaba rebajado, Jenna (Jane Krakovski) engordó haciendo en Broadway Mystic Pizza (¡a 32 porciones por semana!) y Jack, siempre maquinando, aparte de intentar aprovecharse de Jerry Seinfeld, decidió que la rubia debía bajar 15 kilos o subir 30 (“ningún peso intermedio nos sirve”). Efectivamente, Jenna empieza a triunfar como estrella cada vez más gorda, hace la publicidad del perfume Enorme, pero, ay, pierde el apetito y va recuperando su peso normal. Hay problemas, con Tracy Jordan, como siempre y sobre todo con su celosa esposa (Liz trata de conciliar y la mujer le suelta: “¿Acaso estás buscando una amiga, negra insolente?”). Liz va a una librería donde firma su admirada escritora Rosemary (Carrie Fisher), ahora venida a menos y termina llevándosela a la NBC, pero la gestión no prospera porque Rosemary propone chistes racistas. También hay una divertida historia con un programa ecologista y un actor que es devorado por su personaje verde. Llega al set de visita Al Gore en persona, retruca las ideas de Jack, y de pronto hace como que escucha algo a lo lejos y exclama: “Perdón, hay una ballena en problemas, debo irme”. Liz hace un amague de renunciar pero vuelve con la cola entre las piernas, mientras que Jack tiene un fogoso affaire con una congresista demócrata (Edie Falco) y decide seguir el consejo de Tracy Jordan: “Dile que done el cuerpo a la ciencia, que tú eres la ciencia...”.

30Rock, va los martes a las 21, los miércoles a la 1 y a las 15, y los domingos a las 11 y 18,30 por Sony.

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