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Viernes, 31 de octubre de 2003

TALK SHOW

¿Es difícil ser varón?

 Por Moira Soto

Hace un tiempito tuvimos en la ficción televisiva a tres padres relativamente solteros en busca del espacio privado, lidiando con hijos, ex esposas, amores pasajeros y las tareas domésticas. Fue un intento, no del todo afortunado, de hablar de intercambio de roles, de modelos familiares distintos del tradicional, y sobre todo, de una de las últimas conquistas masculinas in progress: el ejercicio pleno de la paternidad, la atención más cercana, cariñosa y activa de los hijos. Y ahorita nomás, el lunes pasado, comenzó por Canal 7 Compatriotas, un avance masculino sobre un horario y un formato de programa que en la tele se podría considerar típicamente femeninos (con todo lo reaccionario que entraña este concepto). Digamos: una suerte de “Utilísima” de antaño, sin bricolage ni cocina (todavía), que de lunes a viernes y de 13 a 15 picotea distintos temas, cada uno fraccionado en breves segmentos, para que haiga ritmo, ya saben. Todo con la conducción de dos actores que estuvieron en “22, el loco” y ahora hacen Aryentains en el teatro: Coco Sily y Daniel Aráoz.
Según señaló Sily, refiriéndose a la esforzada movilera María Amada, en “Compatriotas” hay “poca mina pero buena, una preciosura”. Valoración refrendada por Aráoz: “Una cosa muy bonita”. Es que este es un “magazine de hombres”, razón por la cual la mayoría de los columnistas son varones, llámense Chino D’Angelo (espectáculos), Guillermo Petrucelli (actualidad), Gustavo Kuffner (deporte), Tom Luppo (algo así como el toque literio poético), etc. En esta cruzada por el santo horario femenino siestero, después de Aráoz y Sily, emerge el alegremente baladí Macu Mazzuca (de 15 a 16), en el mismo decorado, con secciones que se podrían intercambiar con las de “Compatriotas”. En MC 7, las chicas que se anuncian en las tandas son Mariana Brey, Cecilia Ruffa y –la más profesional– Kelly Taurizano, presencias que no garantizan un enfoque de género: Brey, por caso, dedicó un espacio a las superlolas de Luciana Salazar en tanto que el conductor quería saber sobre los amores de la desnudista.
Tornemos al magazine de hombres para decir que en las dos primeras emisiones no revelaron ningún secreto sobre la identidad masculina, su problemática específica, sus ilusiones y/o frustraciones. En el programa inaugural estuvieron unos señores muy formales de la Liga de Amos de Casa, entidad inspirada por Lita de Lazzari, que no hicieron ningún aporte sobre –por ejemplo– la flexibilización de los roles o la dificultad de tantos varones de compartir las tareas de la casa; un grupo de mujeres que puso a funcionar de nuevo una clínica de Las Flores; Facundo Arana, con su perro, promoviendo las bondades turísticas del suelo patrio. En el picado grueso se filtraron raudamente algunas secciones como Homenaje al Trabajador Argentino, Hobbies, por supuesto espectáculos (hubo anuncios que no se desarrollaron y un reportajito rutinario a Julio Bocca), deportes, actualidad...
Con el mismo estilo fragmentado, entrecortado que crea ilusión de zapping, las cosas mejoraron un poquitín en la segunda entrega, siempre sin incurrir en nada relacionado concretamente con intereses o deseos masculinos (salvo el cachondeo de Sily con una chica linda que el día anterior estuvo con una cámara y el otro con los micrófonos: “Mirá lo que es eso”, dijo el hombre sensible en tanto que la imagen mostraba un trasero embutido en negro pantalón). Pero el martes vino de visita el chisporroteante Roberto Pettinato y todo fue mejor con su presencia: serió de él mismo (“todo lo que hice fue de culto: grabé tres discos, tres unidades quiero decir”), reinventó refranes (“más vale pájaro en mano que águila picándote el culo”) y retrucó elogios (“soy un tipo mediocre, pero si me comparan, soy un genio”). Además, ese día la nota de microemprendimientos sobre un grupo de cartoneros del Bajo Flores (“recicladores ecológicos”) estuvo mejor realizada que la de la clínica. Ese grupo incluye a tres madres solteras, una estudiante de secundario que concientiza a los vecinos (que fue más elocuente en su testimonio que los varones que estaban en el piso), y a una mujer madura, de rostro curtido por las privaciones y el sufrimiento que resumió así el buen resultado del esfuerzo común: “Cuando las personas se juntan y son compañeras, se puede”.
Para que no queden dudas acerca de las preferencias sexuales de los conductores –que se abrazaron y besaron entre ellos, con los visitantes, los técnicos, aclarando “machos, pero cariñosos”–, el martes fue presentada Paula, bonita personal trainer que no tuvo tiempo de dar su clase, pero sí de cambiarse para exhibir su esbelta silueta en corpiño deportivo y calzas. En resumen: si alguna de ustedes tenía la fantasía de arrimarse a los arcanos de la masculinidad, tendrá que seguir esperando. Porque hoy por hoy, ni siquiera el deporte se puede considerar dominio exclusivo de varones.

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