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Viernes, 7 de marzo de 2008

FRANCIA

Perras contra la rabia machista

Todos los años, la organización francesa La Meute premia las publicidades que ofrezcan una imagen positiva de las mujeres. También denuncia a aquellas que reproducen clichés sexistas.

 Por Milagros Belgrano Rawson

Sacáte la bombacha, puta.” Así fue recibida, en 1999 y en medio de silbidos, la por entonces ministra francesa de Medio Ambiente Dominique Voynet en la Feria de la Agricultura, la misma exposición rural en la que, hace pocos días, el actual presidente Nicolas Sarkozy insultó a un ciudadano que no quiso estrecharle la mano. En los ’90, el partido Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones (CPNT) y otras organizaciones conservadoras y antiecológicas de ese país se oponían a las medidas de la ministra, que había propuesto un día sin caza en todo el territorio. No era la primera vez que una funcionaria francesa era insultada públicamente: “Esperamos que seas mejor en la cama”, decían las pancartas de los gremios agrícolas destinadas a Edith Cresson, ministra de Agricultura en 1981. Nadie, ni en el gobierno de François Mitterrand ni en la opinión pública se inmutó ante este insulto tan sexista como vulgar. Quizá por eso, cuando casi 20 años después Voynet fue agraviada de la misma forma, la escritora y periodista Florence Montreynaud lanzó el Manifiesto de “Chiennes de garde” (“Las perras de guardia”), una red de “vigilancia contra las injurias machistas”. El sociólogo Alain Touraine y la socialista Ségolène Royal fueron los primeros en adherir a este petitorio, similar al que las “343 putas” –Simone de Beauvoir, Catherine Deneuve, Jeanne Moreau y Marguerite Duras, entre otras mujeres– firmaron en 1971 declarando haber abortado (en Francia, el aborto se despenalizaría tres años después). Feminista incurable, en el 2000, Montreynaud fundó La Meute –La Jauría–, un movimiento que, junto a las Perras de Guardia organiza acciones y escraches contra la publicidad sexista. Todos los años, esta organización feminista y mixta entrega el Premio Femino a aquellas publicidades que, lejos de los clichés machistas, ofrezcan una imagen positiva o valorizante de las mujeres o de las relaciones entre los sexos. También otorga el premio Macho, a la campaña más sexista.

Este año, el Femino de oro fue para la campaña de una asociación que ayuda a las personas en situación de prostitución. “Ni mi madre ni mi hermana”, dice el tatuaje de un hombre que aparece en el afiche. “¿Usted es cliente? La prostitución: ni para los míos, ni para los otros”, reza el eslogan, premiado esta semana en una ceremonia en la alcaldía del distrito 20 de París, donde las Perras de Guardia anunciaron la “próxima vacunación de machos contra la rabia machista”. En ese sentido, y como viene sucediendo hace unos años, la última campaña de Dolce & Gabbana volvió a recibir una mención especial por difundir imágenes pornográficas. En la categoría clichés, Volkswagen fue penalizada por mostrar chicas despampanantes con “cara de taradas”. Y en el rubro desnudo o sexualidad sin relación con el producto, la marca de ropa interior Triumph fue castigada por el eslogan que utilizó en 2007, durante la campaña presidencial que enfrentó a Sarkozy y a Ségolène Royal: “Al fin una candidatura bien sostenida”, decía el afiche donde se veía a una rubia en corpiño.

La militancia de La Meute no se limita a denunciar el machismo: en el 2006, por ejemplo, organizó un escrache público contra la marca Vichy, cuyo aviso de un gel contra la celulitis mostraba a una mujer desnuda. Mediante un truco de Photoshop, la cola “adiposa” de la muchacha tenía el aspecto de un sillón capitoneado. Además, en cuestión de días, las casillas de correo electrónico de esta marca de productos cosméticos fueron saturados con cientos de e-mails de mujeres indignadas (finalmente, la directora de marketing de la empresa envió una carta de disculpas a La Meute). Además de organizar manifestaciones y acciones colectivas para sensibilizar a la gente sobre la publicidad sexista, La Meute invita a hombres y mujeres a denunciar y analizar la publicidad que circula en Francia y otros países. “Nuestro sitio web es interactivo”, dice su fundadora, Florence Montreynaud, en diálogo con Las12. “Si alguien se siente shockeado por un anuncio en particular, lo invitamos a comentarlo y a escribirle al anunciante”, declara. Según ella, desde 2002, cuando se entregó el primer Premio Femino, cada vez se observan menos publicidades pornográficas y violentas, pero a la vez “el machismo se ha banalizado”. Comparado con los países nórdicos, “que en general siempre están a la vanguardia en estos temas, Francia es un país machista donde los clichés sexuales son muy poderosos, en especial en lo que respecta a lo que se espera de una verdadera mujer y un verdadero hombre. Sin embargo, la publicidad es mucho más sexista en Italia y Alemania”, indica Montreynaud, fundadora también de Todavía feministas, una red internacional que el 8 de marzo de 2001 publicó una lista de “20 buenas razones para todavía ser feministas”. En el sitio web de esta organización se lee: “El feminismo nunca mató a nadie, el machismo mata todos los días”.

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