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Lunes, 20 de junio de 2016

FúTBOL › AUNQUE LE FALTA CONTINUIDAD, EL EQUIPO DE MARTINO HA ALCANZADO PASAJES DE BUEN JUEGO

La Selección, con más luces que sombras

Ante Venezuela se manejó la pelota con paciencia, esperando que se produjeran los huecos, además de verse paredes, encuentros y triangulaciones que desarman a los rivales. Tanto como lo hace Messi con sus toques sutiles y su variado repertorio de gambetas y enganches.

 Por Juan José Panno

Los argentinos tenemos el PERO fácil y mucho más en el fútbol.

Decimos:

Siempre llegamos a las finales, pero no salimos campeones.

Messi juega bien, pero Maradona era mejor.

Maradona era genial, pero como tipo deja mucho que desear.

Sabella era bueno, pero no tenía personalidad.

Martino es un buen técnico, pero no tiene carisma.

Los delanteros argentinos hacen goles en Europa, pero hay que ver qué harían acá.

Los “peristas” crecemos, nos reproducimos y multiplicamos cuando juega la selección nacional.

La actualidad nos regala, entonces, la imagen de un huevo lleno de pelos:

Ganamos bien pero no le ganamos a nadie.

Ganamos bien, pero si jugamos otra vez asi en la próxima nos boletean.

Goleamos, pero más goleó Chile.

Tal vez convendría hacer el ejercicio de dejarse seducir por los SI, que no son pocos. Con el sí fácil se puede llegar a estas conclusiones:

Sí. Se jugó bien en gran parte del partido, con la excepción del tramo final del primer tiempo. Se manejó la pelota con paciencia, esperando que se produjeran los huecos, se elaboraron varias jugadas de ataque con participación colectiva y se provocó permanente inquietud en el fondo venezolano forzando errores.

Sí. Se le puso un poco de pausa a la aceleración que nace de la urgencia por resolver rápidamente los partidos y se vieron paredes, encuentros y triangulaciones que dejan gusto lindo y desarman a los rivales.

Sí. Se lo vio muy enchufado a Messi. Jugó retrasado sobre la derecha, en el primer tiempo, más suelto en el segundo y siempre con las luces altas para encandilar con un pase (el del primer gol), con toques sutiles (su gol, otra jugada que no dio por poquito) y con todo su variado repertorio de gambetas, enganches y frenos. No es sencillo para ningún adversario tenerlo enfrente porque en este nivel juega, contagia y libera espacios para sus compañeros.

Sí. Se está haciendo un buen campeonato. Los reparos pueden surgir de aquellos que piensan en ganar la final antes de pasar cualquier instancia previa y dan por sentado que se les gana caminado a cualquiera. Catorce goles a favor (casi todos de los delanteros) son números contundentes más allá de la debilidad de algunos de los rivales. El equipo, aunque no tiene la continuidad que se espera, ofrece pasajes de muy buen juego, como ningún otro en el torneo.

Debe advertirse, de todos modos, que el próximo es un rival durísimo, muy disciplinado, que puede complicar. Si Argentina mantiene el nivel mostrado hasta aquí (y si no hay ninguna sorpresa con el arbitraje), si Messi juega como viene haciéndolo, hay un 80 por ciento de posibilidades de llegar a una nueva final. Una final que en caso de ganarse nos hará decir:

Sí, salimos campeones, pero…

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Lamela entró por Gaitán ante Venezuela y se asoció al circuito de juego ofensivo propuesto por Argentina.
Imagen: efe
 
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