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Lunes, 19 de julio de 2004

FúTBOL › ANALISIS DEL EQUIPO DE BIELSA PREVIO AL PARTIDO DE MAÑANA ANTE COLOMBIA

Selección de nueve puntos

Tres ganados sobre cuatro jugados, con 11 goles a favor y 4 en contra, un 75 por ciento de efectividad, no está mal, aunque la derrota con México haya dejado una herida profunda. Ya clasificado para las semifinales, el equipo argentino, que jugó mejor en el partido que perdió que en algunos otros que ganó, deja mucho material para el análisis de sus posibilidades en la Copa América y de todo lo que podrá venir después.

Por Juan Jose Panno

1La actitud: Ni los más fervientes detractores de Bielsa pueden dejar de reconocer que la Selección se planta para ir al frente y se propone lo mejor para el espectáculo ante cualquiera. Juega para ganar, como casi todos los equipos del mundo (algunos especulan con la definición por penales) y lo expresa con claridad, atacando al que se pare enfrente. Fue siempre así y la Copa América no marcó ninguna excepción. El problema que muchas veces se plantea es que, en la búsqueda de sus objetivos más loables, los futbolistas aceleran el procedimiento y quieren convertir el tercer gol antes que el segundo y aun que el primero, lo cual, como se sabe, es imposible.

2Las individualidades: Cuando el funcionamiento colectivo no es el ideal, las respuestas individuales suelen ser una alternativa interesante, y la Selección las encontró casi siempre. El sábado a la tarde, cuando caía la noche futbolera surgió la figura de Tevez y se aclaró todo. Además del formidable derechazo al ángulo, el jugador de Boca manejó los hilos del equipo desde su entrada hasta la expulsión de Ayala, en el que resultó el mejor pasaje de Argentina. Después fue el turno de Heinze, que dejó de ser un extraño para convertirse en referente. Antes, contra Uruguay habían surgido Figueroa, con su oportunismo, el mismo Tevez y Ayala. Y antes que todo eso, en el debut contra Ecuador había sido Saviola el que se destapó para destrabar un partido chivo, indicando el camino de la goleada.

3El juego: Los mejores momentos del equipo no necesariamente coinciden con los resultados obtenidos. Argentina jugó muy bien contra Ecuador en casi todo el desarrollo del partido, pero de un modo especial en el primer tiempo, antes de la lluvia de goles; jugó muy bien en dos terceras partes del encuentro con los mexicanos; en algunos pasajes del clásico con los uruguayos y en poquito rato del encuentro con Perú. Curioso, pero rigurosamente cierto: anduvo mejor en un partido que perdió que en dos que ganó. El mismo Abbondanzieri lo había reconocido en sus declaraciones tras el 4 a 2 con Uruguay. “Contra México jugamos mejor”, sintetizó.

4La suerte: Nadie gana o pierde de pura suerte, ni siquiera los que tienen el celular de Dios, pero la liga pesa en cualquier partido de fútbol. En una nochecita como la de México, seguro que el tiro libre de Tevez pegaba en el palo y el de Solano se le metía en un ángulo a Abbondanzieri. Los peruanos habían armado una conjura de curanderos y chamanes para que los malos espíritus le impidieran marcar a Saviola, D’Alessandro y Figueroa, pero no tuvieron en cuenta a Tevez. La suerte también estuvo del lado de Argentina cuando Palacios le erró al arco desde muy cerca en una situación tan clara como cinco o seis de las que había tenido Argentina en la noche en que México se cansó de ligar.

5El funcionamiento: En equipos ofensivos como el argentino, el funcionamiento colectivo suele estar condicionado a la producción de los más creativos. Contra Perú fracasaron D’Alessandro y Lucho González, y la mejor fórmula de ataque fue la subida de Zanetti después de transportar la pelota 30 o 40 metros. A veces lo hizo muy bien y se le debe reconocer que, antes de la entrada de Tevez, Zanetti había participado en las mejores llegadas del cuadro albiceleste: un remate que se desvió en un defensor y un centro a lacabeza de Figueroa que terminó en el travesaño. La subida de Zanetti es una opción válida, pero no puede ser un recurso sistemático. Colectivamente, la Selección funcionó como un relojito cuando intentó por abajo, renegando explícitamente del pelotazo. Y en defensa, aunque fue poco exigida, dio pocas ventajas.

6La táctica:Argentina cambió en la Copa América el dibujo de su esquema defensivo. Con cuatro en el fondo todo el mundo parece acomodarse mejor, aunque las obsesión por atacar hace que más de una vez los centrales se vean obligados a resolver mano a mano en las esporádicas contras rivales. Mascherano y eventualmente Coloccini como cinco clásico delante de la línea de cuatro arman una buena base. La táctica ayuda, pero no fue por ella que se ganó o se perdió: se jugó bien o mal.

7La fe ganadora: Es otro de los puntos destacables del equipo. Sin soberbia, sin agrandarse, respetando a los rivales, los jugadores argentinos dan muestras de avalar todo este proceso y creer en sus posibilidades, lo cual es doblemente elogiable si se considera que son muchas las figuras influyentes en el periodismo y en la dirigencia que esperan agazapados en las sombras la caída de este equipo para hacer rodar muchas cabezas y, antes que ninguna otra, la del entrenador. La presión es enorme al punto de que, si Argentina no pasaba los cuartos de final, la continuidad de Bielsa no estaba garantizada. Es más: habrá que ver qué ocurre si no se le gana a Colombia y si después no triunfa en la final y luego no gana la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, y si no llega cómodo al Mundial y así sucesivamente...

8Las variantes: A la Selección Argentina no le sobran nombres de primer plano internacional, pero tiene variantes con jugadores en puestos específicos. Tevez jugó de punta, como enganche por la derecha (ahí no anduvo, error de Bielsa) y enganche libre, y ya se perfila para reemplazar a D’Alessandro en el rol de conductor; Coloccini –que es seis– jugó de cinco y ahora contra Colombia podrá jugar de dos si el DT lo decide, aunque le queda la opción de ponerlo a Quiroga; el Chelito Delgado puede jugar por la izquierda, aunque rinde más por la derecha. Los cambios que intentó el DT por lo general dieron buenos resultados, aunque en el caso del partido contra México conspiraron contra el rendimiento general.

9Las perspectivas: El pronóstico para la semifinal es bueno. Naturalmente a nadie se le gana con la camiseta o por portación de historia, pero el equipo argentino está bien afirmado para superar el próximo escollo. Será necesario respetar a los colombianos, que van a plantear un juego cerrado y van a recurrir a la capacidad de los dos de arriba abastecidos por Patiño, pero bastará con repetir algo del buen fútbol de los dos primeros partidos y del coraje que se puso en los otros dos para arrimarse a la final. No va a estar Ayala, pero se ganará con la vuelta de Mascherano en el medio. Habrá que ver qué pasa con D’Alessandro y con Saviola, pero igual están Tevez y Figueroa a la espera. No va a ser fácil, pero Argentina llega muy bien.

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Kily Gonzalez, uno de los simbolos de una seleccion que esta encontrando su identidad.
 
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