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Lunes, 13 de septiembre de 2004

FúTBOL › CON AUDACIA PUDO DAR VUELTA EL PARTIDO ANTE GIMNASIA

Boca no se cae de la punta

El equipo de La Plata lo ganaba con un penal de Enría y lo tenía controlado, pero no contaba con Tevez. El delantero fue la punta de lanza de un conjunto que cambió su actitud en el complemento y que, con el triunfo, se permite acompañar a su máximo rival, River, en lo alto de la tabla del Apertura.

POR DANIEL GUIÑAZU

Brindisi movió las fichas, Tevez convocó a la magia y Boca convirtió en victoria un partido que le habían enrevesado más sus propias confusiones que los aciertos que Gimnasia pudo haber tenido. Después de un primer tiempo desalentador, el técnico boquense asumió todos los riesgos. De vuelta para la segunda etapa le lavó la cara a su equipo: metió a Cardozo y a Matellán, sacó a Morel Rodríguez y a Calvo, decidió defender con tres (Traverso, Schiavi y Matellán) y jugar con un enganche (Cardozo). Y los resultados fueron inmejorables. Boca le hizo sentir su rigor a Gimnasia y, con los goles de Cagna y de Tevez, ganó, maquilló la decepción de la semana ante el Cienciano y ocupó su lugar, el único que su gente pretende: el de puntero de campeonato junto a River.
El gesto audaz de Brindisi tuvo premio generoso y eso pone aún más en valor el triunfo de Boca. Pero nada hubiera sido lo que fue si Tevez no hubiera jugado como jugó. Su segundo tiempo resultó inmejorable. Se volcó sobre la izquierda, siempre pidió la pelota y nunca la desperdició. Se cansó de encararlo y de pasarlo al colombiano Córdoba, jugó, hizo jugar, tocó cuando era debido, gambeteó cuando era posible, y remató su tarea con el gol del 2-1 yendo a buscar al segundo palo un centro rasante de Traverso, que estaba adelantado en el comienzo de la jugada. Si Tevez está cansado de tanto fútbol, si pide a gritos un parate a mitad de temporada para renovar energías, eso ayer no se notó.
Pero la ebullición que dejaron la victoria y el liderazgo compartido no deben hacer olvidar todo lo que debió sufrir Boca para llegar a conseguirlos. Gimnasia le dio un buen susto y se marchó al entretiempo ganando 1-0, un poco por su orden y bastante por todo lo que Boca dejó hacer y dejó de hacer. La flojedad de Calvo y Morel Rodríguez marcando las puntas, las imprecisiones de Cascini con la pelota en el medio, la falta de proyección por los costados de Cagna y Guglielminpietro y la tozudez de Cangele dibujaron la silueta de un equipo confundido, que no tiró tantos centros al área porque Palermo miraba desde afuera, pero que tampoco generó fútbol para disimularlo.
Ischia armó un planteo prudente pero ambicioso para Gimnasia, y jugó 20 minutos interesantes a partir de la presencia del mellizo Gustavo en la mitad de la cancha y de los piques de Enría y Frutos. Estaba en sus planes ganar y lo iba logrando con el penal que Enría convirtió luego de que Morel Rodríguez le cruzara un brazo en el área. Pero Boca se sacudió la modorra. Y en el segundo tiempo cambió el final de la historia. El gol de cabeza de Cagna calmó los primeros rumores de una tribuna disconforme. El talento de Tevez puso las cosas en su lugar.

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