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Lunes, 22 de noviembre de 2004

FúTBOL › GIMNASIA ESTUVO MAS CERCA DEL TRIUNFO EN LA PLATA

Estudiantes nunca se animó a buscar la victoria que precisaba en el clásico

Hubo mucho más clima en las tribunas que en la cancha. El equipo de Merlo apenas si logró generar alguna situación de peligro y los de Ischia desperdiciaron su mejor momento en el partido para desnivelar, pese a tener las mejores chances.

Por Ariel Greco
Desde la plata

Pocas veces un clásico deja tan vacías a las dos hinchadas. No sólo por el juego, ya que en estos partidos muchas veces no importa demasiado la estética si el resultado termina siendo favorable. Pero en esta edición del derby platense, los dos bandos se fueron con un sabor amargo, sobre todo los de Estudiantes. Es que el equipo candidato al título dejó pasar una buena oportunidad de volver a la punta con una actuación muy pobre, pero en especial porque nunca se terminó de animar a buscar una victoria que necesitaba. Y los de Gimnasia, algo más conformes por haber evitado que su archirrival tomara el liderazgo, se retiraron con la bronca de saber que con un poco más de tranquilidad, y algo de puntería, el triunfo hubiese cruzado el Bosque.
De arranque parecía que los roles se habían intercambiado. El aspirante a puntero que buscaba el triunfo en su cancha desde el primer minuto aparentaba ser el equipo de camiseta blanca y azul, con la habilidad de Lobos, la dinámica de Romero y la potencia de Frutos como estandartes. ¿Estudiantes? Acurrucado contra su arco, sin salida por los costados y con un único delantero que debía pelear ante cada pelotazo frontal que le tiraban desde el fondo. Con ese panorama, no sorprendió que Gimnasia tuviera tres chances claras en los primeros 20 minutos, pero no se colocó en ventaja porque Scotti remató desviado desde el punto del penal y Frutos y Turienzo desviaron sus respectivos cabezazos desde una posición muy favorable.
El juego asociado de los volantes de Estudiantes estaba ausente. Sosa era anulado por Escobar, mientras que Carrusca y Gelabert se mostraban más preocupados en obstaculizar las subidas de Romero y Licht que de provocar acciones ofensivas. De esa manera, con Pavone aislado entre los centrales adversarios, la única fórmula para que el conjunto de Merlo generara peligro era a través de los balones detenidos, demasiado poco como para inquietar el sólido fondo visitante.
A esa altura, el pecado de Gimnasia había sido no saber aprovechar su buen momento, puesto que en el resto del juego ya no tuvo tantas facilidades. Con el correr de los minutos, el dominio que ejercía era cada vez menos claro, por lo que Herrera no pasaba tantos sobresaltos. Pero eso no significó una gran levantada en el rendimiento del conjunto local. Si bien emparejó el desarrollo, apenas si logró generar alguna chance de peligro frente a Nereo Fernández. Hasta que Merlo se dio cuenta de la necesidad de ganar y se la jugó entero por el triunfo: a falta de cinco minutos del final, sacó a Aquino y mandó a la cancha a Silvani, para así quedar con un delantero y dos mediapuntas para buscar el gol que lo depositara en la punta. No le alcanzó el tiempo...

Estadio: Estudiantes.

Arbitro: Gustavo Bassi.

Cambios: 27m Colotto (6) por Ortiz (E); 71m Bartelt por Turienzo (G) y Cardozo por Gelabert (E); 76m Pautasso por Licht (G); 80m Gvo. Barros Schelotto por Romero (G); 84m Silvani por Aquino (E).

Recaudación: 142.000 pesos.

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Una imagen fantástica del recibimiento que tuvo Estudiantes. El partido de los hinchas fue mucho mejor que el de los jugadores.
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