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Lunes, 11 de junio de 2007

FúTBOL › BOCA VENCIO 1-0 A BELGRANO CON LOS SUPLENTES, PERO NO LE ALCANZO

Ahora lo obsesiona la Copa

Los pibes cumplieron su misión, pero la hinchada les recordó todo el partido que lo que importa es la Libertadores, aun antes de que San Lorenzo se asegurara el título.

 Por Ariel Greco

Los suplentes de Boca cumplieron con su misión de ganarle a Belgrano, aunque al conjunto de Miguel Russo no le alcanzó para pelearle el título hasta el final a San Lorenzo. Por más que ingresó resignado, con la mente metida en la final de la Copa Libertadores, Boca logró la victoria que por un momento ilusionó a sus hinchas, aunque luego San Lorenzo los devolvió a la realidad. Igual, el campeonato perdido no se vivió como un drama, ni muchos menos, ya que la gente palpitó la final que se viene.

Sin los titulares, Boca encontró el camino de la victoria a partir de una buena doble maniobra de Marioni, que primero dejó solo a Urribarri frente al arquero sin tocar la pelota y luego recogió el rebote del toque del lateral rechazado por Cáceres en la línea para marcar el gol. Pero más allá de la ventaja, el equipo de Russo sólo pudo imponer algo de la jerarquía de sus jugadores para mantener el marcador. Es que estaba claro que la motivación por el juego era mínima, por más que varios jugadores tenían una buena chance de mostrarse.

De esa forma, Boca hacía correr la pelota y los minutos. Y del otro lado, Belgrano no se desesperaba ni se desordenaba, pero no aceleraba como para inquietar a Migliore. Por eso el trámite era muy light, lejos de lo que se podía suponer por todo lo que estaba en juego. Y la tendencia se fue afirmando cuando promediaba la segunda mitad.

A esa altura, lo que pasaba en la cancha no importaba demasiado. Los hinchas de Boca sólo se acordaban de River y de la final ante Gremio. “La Copa Libertadores es mi obsesión...” y “La Copa Libertadores no se hizo para gallinas...” fueron los hits preferidos durante la segunda etapa, sin ninguna mención a que a esa altura el equipo de Russo quedaba a un solo punto de San Lorenzo. Adentro, los jugadores tampoco se daban por enterados de la situación y jugaban sus propios partidos: Battaglia cortaba y metía como para que Russo lo tenga en cuenta el miércoles, Migliore se mostraba como una alternativa potable para reemplazar a Caranta, Marioni defendía los colores de Deportivo Bruno, Boselli hacía méritos para Defensores de Mauro, Bertolo entró en un Boca 4-Belgrano 0 de otro tiempo y tiraba lujos intrascendentes...

Hasta los cordobeses vivían su historia particular. Sin pensar en los pergaminos del rival, los hinchas celestes insultaban a sus jugadores por la posición en descenso directo en la tabla de los promedios. “Jugadores / la c... de su madre / a ver si ponen huevos / que no juegan con nadie”, cantaban desde la tercera bandeja, como si los adversarios de azul y amarillo fuesen muchachos de Leandro N. Alem. Y, desde adentro, es cierto que el equipo no les respondía. Con muy poca actitud, Belgrano pareció que jugaba un partido más, sin importar que la semana que viene puede volver a la B Nacional. A dos puntos de Chicago, el equipo de Francisco Ferraro debe vencer a Banfield en Córdoba y esperar un empate de los de Mataderos ante Newell’s en Rosario para forzar un desempate o una caída para ir a la Promoción.

Así llegó el final de un partido que no pareció el de un aspirante al título con un equipo que lucha por no descender. Claro que, ya en el playón de la salida, los hinchas de Boca se dieron cuenta de la posibilidad de seguir en la pelea. Y los comentarios ilusionados no se hicieron esperar: “Que si Arsenal saca un empate...”, “que quedamos a un punto y ahora van a tener presión...”, “que aunque sea que no salgan campeones hoy, para que se les atragante la camioneta...”, “que les podemos postergar el partido por la final para que festejen dentro de dos semanas...”. Claro que no hubo tiempo para mucho más. Cuando los hinchas más demorados todavía estaban en la Bombonera, el gol de Tula postergó las mínimas esperanzas que se habían generado. Y una hora y media después, esa ilusión directamente quedó sepultada. Entonces, otra vez, la cabeza volvió al objetivo central del semestre. Ese que está sintetizado en el canto de la Doce que dice que “La Copa Libertadores es mi obsesión...” y que sonó durante buena parte del juego ante Belgrano.


Estadio: Boca.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 10m Marioni (BJ).

Cambios: 45m Suárez (6) por Yllana (BC); 62m Chávez por Marino (BJ), 65m Cervera por Gigli (BC) y Bertolo por Dátolo (BJ); 78m Lazaga por Mansanelli (BC).

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Marioni autor del gol.
 
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