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Lunes, 3 de marzo de 2008

FúTBOL › EN LA TARDE EN QUE PALERMO MARCO SU GOL 180 CON LA CAMISETA AZUL Y ORO

Boca logró una victoria de locos

Porque con tres tiros en los palos pudo haber goleado y, sin embargo, Gimnasia mereció empatar el partido. Porque, además del protagonismo del goleador, se destacó su arquero, Mauricio Caranta, que impidió la igualdad, y también Rodrigo Palacio, que fue la figura del encuentro. El triunfo lo deposita en la punta de la tabla del Clausura.

 Por Juan José Panno

Loco, Palermo, que tenía que romper un falso y promocionado record, pero lo que casi rompe es la red del arco de Gimnasia con un zurdazo tremendo en el penal que definió todo.

Loco, el partido, porque Gimnasia mereció empatar y tuvo un montón de situaciones de gol, pero se salvó de la goleada con tres tiros (dos de Riquelme y uno de Palacio) que rebotaron en sus palos.

Locos de contento, los hinchas de Boca con Caranta que salvó un mano a mano con Alonso arriesgando la vida, salvó un cabezazo desde muy cerca del mismo Alonso y tapó una entrada a fondo de Landa y antes, en el primer tiempo, se había quedado con la pelota entre las piernas después de un magistral taco de Alonso. Se bancó todo el arquero de Boca: el dolor de la lesión que aguantó a pie firme y el aluvión rival.

Locos de bronca, los hinchas de Boca cuando el árbitro Maglio lo echó a Maidana en una jugada en la que había ido muy fuerte contra Landa, pero sin intención de lastimarlo y a lo sumo merecía la tarjeta amarilla. Sabían que el equipo lo iba a sufrir porque a esa altura estaban cero a cero y Gimnasia estaba empezando a jugar mejor.

Locos de bronca, los hinchas locales, porque enseguida del error de la expulsión entendieron que el árbitro compensó cobrando un penal por supuesta falta de Kletnicki a Palacio que, en realidad, dejó muchas dudas. Riquelme le había metido una pelota fantástica, de las de su sello, a Palacio, que adelantó el balón tratando de esquivar al arquero, pero se tiró antes de la modesta colisión.

Locos de felicidad, los fanas de Gimnasia, por las apiladas y los intentos de pared de Piatti que amenazaba convertirse en la gran figura de la cancha, aunque después se cansó muy rápido, como la mayoría de sus compañeros, y perdió algunas pelotas que provocaron locos murmullos de hinchas desmemoriados.

Locos se volvieron los amantes del buen fútbol cuando Riquelme metió un tiro libre en el travesaño, colocó un par de pases extraordinarios y después de tomarse un tiempito sabático (media hora más o menos) reapareció con un pase de billar y una jugada de lujo que por un pelito no fue gol.

Loco de contento, el DT Ischia, porque Boca ganó un partido muy chivo, se mantiene invicto después de cuatro partidos de visitante y uno solo de local; porque sabe que lo empiezan a entender y porque en la lista de cosas buenas que están pasando pone el tremendo despliegue de Rodrigo Palacio. En verdad, en la tarde que parecía reservarle todo el protagonismo a Palermo, Palacio se erigió en el mejor de la cancha por velocidad, por capacidad desequilibrante y por voluntad para salvar un gol hecho arrojándose a los pies de Piatti después de una gran corrida.

Loco, el resultado, porque hubo un solo gol (y encima de un penal, medio dudoso) en un partido en el que cada uno de los equipos tuvo por lo menos media docena de situaciones de gol muy claras.

Todo muy loco. Es que era el día de Palermo.


Estadio: Ciudad de La Plata.

Arbitro: Carlos Maglio.

Goles: 40m, Palermo, de penal (B).

Cambios: 15m Cuevas (6) por Neira (G); 46m A.González(6) por Cardozo (B), 56m Leal por Chávez (G), 75m Villar por Yedro (G), 81m Boselli por Palermo (B), 84m Ledesma por Palacio (B).

Incidencias: 37m expulsado Maidana (B); 73m Leal (G).

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Riquelme se tomó media hora sabática, pero metió dos tiros en los palos.
Imagen: DYN
 
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