A Boca le salió todo bien. Con un equipo con mayoría de suplentes porque, a las lesiones de Riquelme y Paletta, Ischia agregó el descanso de algunos titulares, derrotó con claridad a Colón y logró sus objetivos: alcanzó la punta del torneo, junto con River, y reservó fuerzas para el crucial partido del próximo jueves frente a Colo Colo, de Chile, en la Bombonera, donde se jugará buena parte de su pasaje a la segunda ronda de la Copa Libertadores. Y –la frutilla del postre– se enteró de que puede jugar sin Riquelme. Dátolo y Gracián, justamente quienes se plantean como posibles sustitutos, anotaron los goles del triunfo. Sin embargo, lo que más entusiasmó fue la actuación de Cristian Chávez, el enganche de la reserva, un chico que es bueno y pide cancha.

Ahora bien, si Boca logró ayer florearse con el equipo titular diezmado fue por la sencilla razón de que Colón no estuvo a la altura de las circunstancias. Se esperaba más de los jugadores que paró el técnico interino Ramón Mántaras, algo que sirviera al menos para armonizar la llegada de su flamante DT, Antonio Mohamed. Pero no pasó nada. Lo de Colón fue realmente escuálido: pocas situaciones de gol, mínima actitud para neutralizar a un Boca que se le presentaba, como ningún otro rival en lo que va del torneo, golpeado y accesible.

El gol de Dátolo, a los seis minutos, le dio a Boca la tranquilidad que necesitaba para que las falencias del equipo no salieran a la luz. Entre Castromán, que hizo poco en la tarde, y Gracián armaron la jugada, que Dátolo definió en dos tiempos. Su primer remate fue despejado por el arquero Blázquez, pero luego tomó el rebote y no falló. Colón subordinaba todo al orden. A los volantes les costaba desprenderse y a Gandín le pelota le llegaba poco y nada; era muy buena la labor de Roncaglia y de Morel Rodríguez en el fondo de Boca. Sin embargo, tras una buena combinación entre Rivarola y Rodrigo Díaz, Romero tuvo una chance para descontar, pero su remate se fue por el costado.

El gol de Gracián terminó de simplificar el trámite para los locales. Palermo le bajó la pelota de cabeza y Gracián, con pelota dominada dentro del área, enganchó dos veces hasta que quedó con el arco libre y la aseguró para el 2-0.

Lo de Colón en el segundo tiempo fue todavía peor. Le faltó actitud e ideas como para encender una ilusión. Lejos de alcanzar el descuento, los jugadores de Mántaras le permitieron a Boca, que comenzaba a pensar en el partido con Colo Colo, imponer el ritmo que necesitaba para regular y no sobreexigirse. Dátolo tuvo una oportunidad más para ampliar, con un remate cruzado, pero Aguilar terminó salvando en la línea. Y Colón contestó con un remate de Díaz que Caranta desvió con la pierna. Palermo, que seguía en la cancha, se perdió el suyo al pasarse de largo tras un centro de Dátolo.

Después de eso llegaron los movimientos tácticos de ambos equipos, que sirvieron para devolverle dinamismo al partido, que se había caído porque Boca no buscaba más de lo que ya tenía, y Colón se conformaba con poco.

Entonces apareció Chávez (que entró por Gracián) y Boca tuvo fútbol y del bueno. El juvenil se mostraba, la pedía y se la devolvía siempre a un compañero, jugaba y hacía jugar a sus compañeros, era la mejor versión de un enganche dentro de la cancha.

El descuento de Colón fue más el producto de la desidia de Boca que del esfuerzo de la visita. Poco después de que Morel, que jugaba ya para la tribuna, se regodeara de los aplausos de la barra, Colón metió dos cabezazos en el área y César González puso el 2-1 final.

Estadio: Boca.

Arbitro: Gustavo Bassi.

Goles: 6m Dátolo (B), 38m Gracián (B), 90m C. González (C).

Cambios: 60m Cardetti por Prediger (C) y Boselli por Castromán (B), 64m Chávez por Gracián (B), 71m C. González por R. Díaz (C), 81m Carignano por Romero (C), 90m Ledesma por Dátolo (B).

Incidencia: 84m expulsado Rivarola (C).