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Lunes, 31 de marzo de 2008

FúTBOL › ESTABA PARA GOLEAR EN BAHIA BLANCA, PERO LE EMPATARON A 10 DEL FINAL

Boca perdió goles, dos puntos y la punta

Palacio encabeza la fila de los que malograron ocasiones, y detrás se anotaron Boselli, Dátolo y Vargas. Gracián, no: la que tuvo, la concretó. El empate de Olimpo lo consiguió Lujambio a los 35m del segundo tiempo. La figura de la cancha fue el arquero del equipo bahiense, José Ramírez. Un partido entretenido.

“El empate es de oro, el triunfo de platino”, había dicho el técnico de Olimpo, Roberto Marcos Saporiti, antes del partido y lo repitió, satisfecho, después. De oro puro podría decirse, si se tienen en cuenta todas las situaciones de gol que no supo concretar Boca, especialmente en el primer tiempo, y que pudieron haberle dado una victoria muy abultada; de oro puro si se considera que con este empate Olimpo cortó una racha de tres derrotas consecutivas y que andaba por el ánimo por el piso; de oro puro si, además, se contempla el detalle de que la igualdad se produjo cuando sólo quedaban diez minutos de juego.

Boca, que venía de una victoria de platino contra Colo Colo tres días atrás, fue claramente superior en el primer tiempo y sintió el esfuerzo en el segundo, pero no tanto como para dejarse arrollar por el rival. Era parejo el partido, de ida y vuelta, cuando llegó el centro de Ulloa, la siesta del paraguayo Cáceres y el cabezazo de Lujambio. El mismo goleador había tenido un par de ocasiones claras en el primer tiempo con otros dos cabezazos, uno de los cuales se le había dio por arriba y el otro por el costado. Luego de aquellas dos apariciones de Lujambio en el arranque, Boca hizo las cosas mucho mejor que su rival. Fue más prolijo en el manejo de la pelota, más claro para salir del fondo, más rápido para llegar a posiciones de gol. Bien Boselli moviéndose como pivot; bien Gracián poniendo la pelota contra el piso; bien Dátolo, confirmando su mejoría en el rendimiento general; bien Palacio en la generación de riesgos, pese a sus recurrentes dificultades para definir. Nadie se sorprendió entonces cuando el cuadro de Ischia se puso en ventaja. Es más: lo raro fue que se demorara tanto el gol, que empezó a madurar ya desde el primer cuarto de hora.

Cáceres salió con un pelotazo desde el fondo; Boselli, que no es Palermo cuando cabecea ni tampoco cuando da un pase gol, la bajó de primera, en el aire, con clase y lo dejó muy bien colocado a Gracián, de cara al arco. El ex jugador de Vélez, frío para muchas cosas y también para definir, enganchó con la derecha, lo hizo pasar de largo a Iturralde y pateó al arco dándole a la pelota la rosca suficiente para superar el vuelo del arquero y evitar que se fuera larga. Un golazo. Iban 38 minutos del primer tiempo y por entonces Boca parecía encaminarse hacia otra victoria que le permitiera sostener la punta.

En el segundo tiempo se dio una curiosa jugada en la que Palacio estrelló la pelota contra el poste derecho y en el rebote, que fueron a buscar Boselli y Araujo, el balón salió disparado hacia el otro lado y pegó en el otro poste. Hasta ahí se seguía pensando que si Boca no goleaba, le pegaba en el palo. Pero ocurre que Saporiti hizo un par de cambios (Olivi por Wagner y, sobre todo, Ulloa por Leandro González) que mejoraron un poco la fisonomía de Olimpo y permitieron que emparejara el juego, mientras Ischia recurría a Alvaro González para sostener la pelea en el medio.

Faltando diez minutos llegó el empate y en el río revuelto del final, con los boquenses yendo a buscar desesperados lo que se les había ido de las manos y con Olimpo agrandado, pudo haber pasado cualquier cosa.

Si se revisan todas las jugadas de gol en las que participó Palacio y no terminaron en gol (porque se demoró; porque no supo cruzar; porque se apuró; porque tuvo mala suerte), se puede pensar que fue por él que Boca no ganó el partido. Pero nadie deberá olvidar a José Ramírez, quien se anotó con varias atajadas excelentes que lo convirtieron en el mejor jugador de su equipo y de la cancha.

Saporiti podrá lucir los brillos dorados del empate al menos por unos días. Por entonces, Ischia seguirá lamentando los dos puntos perdidos.


Estadio: Olimpo.

Arbitro: Juan Pablo Pompei.

Goles: 36m Gracián (B); 80m Lujambio (O).

Cambios: 62m Olivi por Wagner (O), 66m Ulloa por González (O), 75m Robles por Pinto (O), 79m A. González por Gracián (B).

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Leandro Gracián se le va a Rogelio Martínez. El conductor de Boca marcó otro golazo, el tercero en los tres partidos de la semana.
 
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