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Lunes, 10 de mayo de 2010

FúTBOL › ESTUDIANTES NO PUDO VENCER A CENTRAL Y PERDIó LA PUNTA DEL CLAUSURA

Más grande la incredulidad que el cero

La polémica giró en torno de la expulsión de Juan Sebastián Verón pero, con un hombre menos y el equipo cansado, el hasta ayer líder no tuvo argumentos para imponerse a un rival al que el empate condenó a jugar la Promoción.

 Por Ariel Greco

Incredulidad. Apenas una palabra alcanza para describir la sensación con la que se quedaron los hinchas de Estudiantes en todo ese rato que debieron esperar en la cancha de Quilmes hasta poder desconcentrarse. Todo había sido alegría e ilusión hasta incluso después del pitazo final de Beligoy. Pero cuando la noticia del cuarto gol de Argentinos comenzó a difundirse, todo cambió, desde el semblante hasta los cantos, de la esperanza a la desilusión. La gente de Estudiantes, que durante todo el partido había estado líder y a un pasito del título –la noticia del 1-0 de Argentinos se mezcló con el empate de parcial de Independiente–, cuando sus jugadores ya se iban en fila protestando a los vestuarios, sintió un cimbronazo inesperado. Ese gol de Caruzzo fue como una puñalada para las aspiraciones del equipo de Sabella.

Sacado de contexto, el partido no dio mucho para el análisis. Lo mejor estuvo en el marco y en la importancia del resultado, que le dieron emoción y dramatismo a un encuentro chato. A Estudiantes le faltó frescura y le costó adueñarse del desarrollo, tal vez sintiendo el desgaste de tantos partidos seguidos. Y cuando empezaba a lograrlo, la roja a Verón (bien expulsado por un codazo a Rivero) trastrocó los planes. Del otro lado, Central, obligado a ganar para seguir con la esperanza de evitar la Promoción, se plantó con dos líneas de cuatro, con dos marcadores de punta naturales como volantes externos, con la idea de aguantar el trámite y esperar algún contragolpe para lastimar. Por eso, con Verón afuera, la estrategia original quedó muy tímida, sin sacar verdadero provecho de semejante ausencia.

Con ese panorama, las mejores chances habían sido para Estudiantes, cuando resolvió tirarse unos metros atrás y buscar el contragolpe. Así llegó con Boselli, pero tapó Galíndez, y luego lo tuvo Sosa, pero el arquero neutralizó su intento de gambeta. Demasiado poco como para focalizar la atención sólo en lo que pasaba en Quilmes. Entonces la radio se tornaba en la mejor aliada, con la tranquilidad que llevaban los goles de Núñez.

Pero de pronto todo comenzó a cambiar. Apenas unos segundos después de que Desábato se perdiera desde el punto del penal el gol, en ese momento del campeonato, la portátil avisó que ya no había vuelta olímpica posible por culpa de Sabia. Los malos presagios parecieron instalarse definitivamente con ese centro desde la derecha para que Figueroa gritara el tanto de la esperanza rosarina, pero Orion se lució con una tapada bárbara ante el cabezazo del delantero. Y en la jugada siguiente, Cellay alcanzó a cerrar con lo justo al goleador. Por eso, cuando Beligoy terminó el juego, muchos sintieron alivio por mantener la ventaja, con apenas una fecha por jugar. Sin embargo, cuando ya no había nada por hacer, cuando Desábato y compañía protestaban por la roja a Verón, la radio traidora dio la peor noticia: gol de Caruzzo, levantada épica de Argentinos, la punta perdida... Todo acompañado por ese silencio cuando no se puede creer lo que se está viviendo.


Estadio: Quilmes (local Estudiantes).

Arbitro: Federico Beligoy.

Cambios: 45m, M. Núñez (5) por Fernández (E) y G. Núñez por Ambrosi (C); 58m, Carrizo (5) por Chitzoff (C); 67m, De León por Zelaya (C); 85m, M. Sánchez por E. Pérez (E); 87m, L. González por Boselli (E).

Incidencia: 31m, expulsado Verón (E).

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Danelón cruzó sin falta a Pérez, pero todo Estudiantes pidió penal. Al final, llovieron las críticas para Beligoy.
Imagen: Fotobaires
 
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