Cambió las dudas por tres golazos

Había brillado en la Copa América 2007, pero perdió la final 3-0. Había tenido grandes partidos en el Mundial 2010, pero no había podido convertir ni un tanto. Le había dado el triunfo a la Argentina sobre la hora ante Brasil, pero no jugaba como en Barcelona. Había metido tres goles en un partido con la albiceleste, pero ante un rival menor como Suiza y en un amistoso. Ante tantos peros, Lionel Messi se cansó. El 9 de junio en Los Angeles completó un partido consagratorio para despejar todo tipo de dudas, con tres golazos ante Brasil –uno como el de Caniggia en Italia ‘90 y otro sobre la hora—, para un 4-3 inolvidable y para meterse de lleno en el corazón de los hinchas argentinos.

Gerd Müller lo contemplaba desde algún lugar de Munich, con la melancolía de saberse superado, aunque con la satisfacción de que había sido recuperado de los libros de historia. Unos 35 mil béticos los sufrían, pero se rendían ante tamaña demostración. Y el resto del mundo miraba asombrado, con la incógnita de no saber si verá otra vez semejante marca. Con dos goles ante Betis, Lionel Messi alcanzó ese 9 de diciembre los 86 goles en el año y superó el record de Müller, que tenía 85 desde 1972. Ya suma 90 (ver página 8) y todavía le queda un partido...

Sergio Agüero quedó en la historia del Manchester City el 13 de mayo pasado, al convertir en tiempo de descuento el gol del triunfo 3-2 ante Queen’s Park Rangers, lo que le permitió a su club ganar el tercer título de la historia, y el primero desde 1968. La definición de la Premier League fue dramática, ya que su rival histórico, Manchester United, también finalizó en el primer lugar, pero el City se coronó por mejor diferencia de gol. Cuando los jugadores del United ya comenzaban a dar la vuelta olímpica, el ex Independiente apareció con una gran jugada individual en el cuarto minuto de descuento.