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Lunes, 21 de enero de 2013

FúTBOL › CENTRAL-NEWELL’S FUE SUSPENDIDO POR LA VIOLENCIA

La fiesta que no fue

El primero de los dos partidos entre los conjuntos rosarinos no pudo ser. Hubo un choque previo entre barras de Newell’s y la policía. Un efectivo resultó herido de bala y está grave.

No hubo caso. La enrarecida semana que vivieron los rosarinos a propósito del clásico de la ciudad que debían disputar Newell’s y Central, y que iba a ser el primero de una serie de dos, no pudo concretarse ayer luego de que un grupo de hinchas violentos del equipo del Parque de la Independencia se enfrentara con la policía e hiriera de bala a uno de los efectivos. La noticia de la suspensión, dictada por el gobierno provincial, no tardó en llegar. En el Gigante de Arroyito ya había más de 20 mil hinchas locales. El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, habló sobre el estado del policía herido: “Está siendo operado y está en estado complejo”.

La suspensión del clásico de verano entre Newell’s y Central se concretó luego de que un policía resultase gravemente herido por un balazo en el cuello tras un enfrentamiento con hinchas de Newell’s en el Parque Independencia, cuatro horas antes del comienzo del clásico en el Gigante de Arroyito. El policía, de la comisaría 5ª, fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.

El incidente ocurrió alrededor de las 16 cuando cerca del Parque, donde muchos hinchas de Newell’s almorzaban y vieron pasar a una caravana de hinchas de Central. Hubo cruces, pedradas y supuestamente tiros al aire.

Intervino la policía, intentando llevar a los hinchas hacia el estadio Marcelo Bielsa, y allí fue cuando el policía habría recibido el disparo que puso en riesgo su vida.

De acuerdo con testimonios, la policía llegó hasta el club, donde siguieron escuchándose disparos y un hincha resultó con una herida en la pierna, supuestamente de bala de goma.

En medio de la batahola, dos fotógrafos, uno del diario La Capital y otro de El Ciudadano, fueron golpeados y asaltados. Minutos después, cuando la calma había vuelto, se hizo presente el ministro de Seguridad, Lamberto, a quien le mostraron los cartuchos servidos. Lamberto y el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, estuvieron reunidos con el presidente de Newell’s, Guillermo Lorente, por los incidentes, y también para afinar el traslado del plantel desde el predio Ricardone al Gigante.

Este enfrentamiento fue una continuidad de la apretada secuencia de hechos violentos en Rosario en los días previos al partido, donde hubo ataques a tiros y atentados a inmuebles de uno y otro club, como al local de un hincha y periodista partidario.

Una vez concretada la suspensión, la dirigencia de Central dispuso que el plantel realizara un entrenamiento en el estadio, que no pudo concretarse debido a que, cuando los dirigidos por Miguel Russo salieron a la cancha, se produjo una invasión de hinchas, quienes les robaron las ropas a los futbolistas. “Como hombre de fútbol, uno siente pena, más que nada impotencia. Somos hombres de fútbol y nos duele este tipo de cosas”, remarcó el DT del equipo canalla tras la suspensión.

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Efectivos de la policia santafesina en la puerta del estadio de Newell´s, luego de los incidentes violentos.
 
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