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Lunes, 29 de abril de 2013

FúTBOL › VICTORIA CURATIVA SOBRE ARGENTINOS

Al Rojo le cosieron las heridas con tres puntos

El 3-1 produjo signos de mejoría en el paciente de Avellaneda. La sangre joven que le transfundió Brindisi generó condiciones para sanar la anemia ofensiva que padecía. Pronóstico reservado.

 Por Juan José Panno

Se abre la puerta de la terapia, aparece el médico y pregunta: “¿Quién está por Rojo?”

“Yo”, dicen a coro. Son una multitud ansiosa: familiares, amigos, conocidos, ilusionados con la posibilidad de que el parte traiga buenas noticias.

–Bueno, podemos decir que está mucho mejor que la semana pasada. Le sacamos el respirador y vamos a esperar a ver cómo reacciona. Hay algunos signos alentadores.

–Eso quiere decir que se salva –afirma a modo de pregunta con acoplado uno de los de la primera fila.

–Despacito, despacito, vuelvo a repetir (los médicos no les prestan demasiada atención a las redundancias) que hay buenos indicios, lo de estas últimas horas ha sido muy importante, muy positivo, le cosimos las heridas con tres puntos, pero no perdamos de vista que la enfermedad es grave, muy grave.

–¿Abrió los ojos, doctor?

–No, pero él sabe que ustedes están ahí. En estos casos es muy importante el aliento, el apoyo, la fuerza que se haga desde afuera. Si ustedes pierden las esperanzas, de algún modo le llega al paciente y eso no le hace nada bien, le juega en contra.

–¿Van a hacerle nuevos estudios?

–Tenemos una serie de pruebas que va a ser vital y que determinará si esta reacción fue circunstancial, o no, y hasta dónde debemos esperanzarnos. Hay que ver qué pasa cuando nos traslademos a Tigre y a Lanús. Vamos paso a paso, día a día. Recuerden ustedes que el estudio que habíamos hecho la semana anterior en Rafaela había dado todo mal; colesterol alto, glucemia por las nubes, peligrosos índices de urea, triglicéridos, ácido úrico y creatinina, suba de la bilirrubina y, lo que es más grave, nada de glóbulos rojos, anemia ofensiva, baja total de las defensas y derrumbe psicológico. Honestamente, la semana pasada todos pensamos que ya era el final...

–No está muerto quien pelea, doctor –dice uno de los de más atrás. Los otros aprueban.

–Efectivamente, hay que dar pelea hasta la que se supone es la fecha final. Y no quiero hablar de un probable desenlace, pero...

–Pero qué, doctor, diga...

–No, que si se llegara a producir ese desenlace, que ninguno de nosotros quiere, que sea con dignidad, con lucha, con pelea para intentarlo todo en esta batalla tan difícil que toca cruzar. Vuelvo a repetir (y dale con la redundancia) que es importante que ustedes no me lo abandonen, que sigan de cerca toda la evolución, que presten atención a lo que ocurre con otros pacientes que están en una situación similar.

–Nos vamos ilusionados, doctor...

–Hay que mantener el equilibrio. No se olviden de que alguno de ustedes, no hace mucho, cuando pasó lo de Racing, ya hablaban de que había que darle de alta al paciente. Lo mandaban directamente de la terapia intensiva a la calle a pelear por cosas importantes, y el desmejoramiento que se dio en los días siguientes fue un tremendo cachetazo de realidad, así que no se agranden más de la cuenta. Y apoyen al paciente hasta el final. En una de esas...


Estadio: Independiente.

Arbitro: Mauro Vigliano.

Goles: 52m, Galeano (I); 62m, Lenis (AJ); 78m, Montenegro (I), de penal; 80m, Fernández (I).

Cambios: 46m Caicedo por Farías (I), 58m Barrera por Nagüel (AJ), 58m Lenis por Villalva (AJ); 66m Vázquez por Caruso (AJ); 70m Fredes por Miranda (I); 73m Ferreyra por Tula (I).

Incidencia: 84m, expulsado Barraza (AJ).

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Remate de Daniel Montenegro para convertir, de penal, el segundo gol del Rojo. Fue el primer tanto del jugador desde su regreso al club.
Imagen: DyN
 
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