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Lunes, 7 de octubre de 2013

FúTBOL › BOCA ORION Y EL CATA DíAZ SOBRESALIERON MáS QUE RIQUELME Y GAGO EN EL GANADOR

Lo más destacado estuvo en el fondo

El equipo de Bianchi defendió con orden, pero también con el pico y la pala, el gol de Emmanuel Gigliotti y se abrazó a tres puntos. El sentido conservador se extendió a lo largo de los 90 minutos y se acentuó sobre el final.

 Por Daniel Guiñazú

Que hayan sido Agustín Orion y Daniel “Cata” Díaz los puntales que sostuvieron la victoria de Boca ante River, y que Juan Román Riquelme y Fernando Gago hayan tenido un papel secundario (los dos salieron lesionados en el segundo tiempo), da la pauta de lo que terminó haciendo el equipo de Bianchi en el anochecer del Monumental. Sin ruborizarse, defendió con orden, pero también con el pico y la pala, el gol de Emmanuel Gigliotti y se abrazó a tres puntos que lo mantienen vivo en el campeonato, a cuatro puntos del líder Newell’s (19 a 23).

En verdad, Boca siempre concentró sus energías con un sentido conservador. En el comienzo, porque River metió una presión altísima que le impidió manejar la pelota a sus jugadores más aptos (Gago entró en juego por primera vez a los 11 minutos y Riquelme a los 12) y lo redujo a aguantar el partido en su campo. Pero después del 1-0, por decisión propia. Mucho más cuando, a los 12 minutos de la segunda etapa, Riquelme dijo basta, el chico Gonzalo Escalante entró en su reemplazo y Bianchi ordenó un 4-4-2 con dos líneas de cuatro bien juntas en el fondo, y Martínez y Gigliotti (y luego Riaño) navegando el contraataque en solitario.

De principio a fin, en ese aguante obsesivo que caracterizó el partido de Boca, Orion y Díaz sacaron las mejores calificaciones. El arquero se transformó en un hombre clave, sacando un par de pelotas de gol. Al minuto del segundo tiempo le desvió un remate colocado a Manuel Lanzini. Y a los 37, y cuando todo el estadio resoplaba empujando a River rumbo al empate, le manoteó a Teo Gutiérrez un cabezazo que tenía destino de 1 a 1. Además estuvo muy seguro en el juego aéreo, donde siempre eligió bien cuándo descolgar los pelotazos y cuándo rechazarlos con los puños.

Cata Díaz no se mostró demasiado interesado en asegurar el destino del balón. Pero llegó a todas y las rechazó casi todas. Firme y fuerte de alto y de abajo, impasable o poco menos en los mano a mano, se mantuvo siempre frío en los momentos más calientes y terminó ordenando el trabajo de Claudio “Chiqui” Pérez, quien –con poco espacio para defender– estuvo más contenido y cumplió satisfactoriamente su cometido de alejar toda pelota que anduviera cerca. Hace cuatro fechas que, con distintas formaciones defensivas, a Boca no le marcan goles. Un indicio de que Bianchi parece haberle encontrado la vuelta a un sector que ha dejado de hacer agua..

Tampoco hay que olvidarse de Juan Manuel Martínez. Y no sólo porque lanzó el centro que Gigliotti transformó en el gol de la victoria boquense y estrelló un tiro en el palo en el segundo tiempo. También porque ganó el partido aparte que jugó contra Leonel Vangioni. Lo complicó en la marca cada vez que lo encaró. Y lo tapó cuando intentó irse al ataque. Incluso en un tramo de la segunda etapa, con tal de contener a Vangioni llegó a pasar la línea de Jesús Méndez, el improvisado lateral derecho. El ingreso de Escalante como volante por ese lado liberó al Burrito de sus preocupaciones defensivas.

Quedó dicho: nunca el partido estuvo cortado a la medida de Riquelme y de Gago. A Román le llegó poco juego, aunque las pocas veces que participó lo hizo siempre con su habitual claridad e inteligencia. Pero con demasiadas interrupciones a partir de una condición física que no era la ideal y que lo sacó de la cancha antes de la primera hora. A Gago se lo notó incómodo. Pero tomó buenas decisiones con la pelota, y en el segundo tiempo se replegó y compuso con Erbes un doble pivot central áspero hasta que, faltando seis minutos, se sintió contracturado y le cedió su lugar a Federico Bravo para completar la tarea que Boca fue a realizar al Monumental: ganarle a River y dejarlo tambaleante, casi del lado de afuera del torneo Inicial.

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Díaz, de buen desempeño, salta bien alto para despejar la pelota de cabeza ante la presencia del chico Andrada.
Imagen: Télam
 
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