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Lunes, 21 de octubre de 2013

FúTBOL › CENTRAL SE QUEDó CON EL CLáSICO DE ROSARIO AL VENCER A NEWELL’S EN SU ESTADIO

Un festejo que se demoró años para explotar

No pudo enfrentar a Newell’s en las últimas tres temporadas, y no le ganaba desde hacía siete. Ayer, frente al puntero, considerado el equipo más vistoso del torneo, Central se desahogó con un grito que durará mucho también.

Desde Rosario

Un Central que venía de sufrir los peores años deportivos de las últimas dos décadas se dio el gusto de ganar el clásico ante un Newell’s que atraviesa el mejor momento en mucho tiempo. Un poco emulando la fábula de David y Goliat, el canaya se aferró a un dispositivo de obstinada marca en todos los sectores, sin por eso ser defensivo, peleó cada pelota al primer cruce y minimizó al campeón en la cancha, en un partido que abrió con una pelota detenida y amplió con una aparición electrizante de Encina. Un triunfo con sabor a hazaña, que recoge en el tiempo las mejores tardes de Central en la exitosa década del ’70.

En un estadio colmado de hinchas locales, el partido inició con las claves esperadas: Newell’s con la pelota, empezando desde los pies de Guzmán cada jugada y Central en alerta en todos sus jugadores. Corrían los minutos y las variables no se alteraban, porque el esfuerzo del local por evitar el control de pelota en los visitantes impedía el progreso de Newell’s en el juego.

Entonces a Maxi Rodríguez no llegaba la pelota, Bernardi no encontraba espacios vacíos, Figueroa y Pérez pasaron rápido al mal humor y Central al poco llevó su ambición por la marca al terreno rival. El partido se jugaba en terreno de Newell’s cuando la visita la perdía en su esfuerzo por dar pases seguidos, y en campo de Central cuando la visita progresaba con pelota dominada.

En esa puja, que tenía al local cumpliendo su libreto y a la visita sin encontrar su imagen, Newell’s comenzó a cometer faltas tras perder pelotas. Pablo Pérez bajó a Lagos cerca del área y del tiro libre Central hizo estallar el Gigante, con cabezazo de Donatti por el segundo palo tras cabezazo de Lagos sobre el primero.

La reacción de Newell’s fue inmediata. Y lo hizo cuando el equipo encontró a Maxi Rodríguez. Fue en un puñado de minutos donde la lepra pareció despertar. Figueroa tiró un centro cruzado y Rodríguez igualó el partido en extraordinaria definición, dominando balón y rematando en un solo movimiento, completando la jugada el empujar al fondo luego de que la pelota pegara en el palo.

Tras el empate vino lo mejor de Newell’s, con Casco lastimando en cada proyección, una de la cuales fue para concluir con un centro atrás que no llegó a conectar Muñoz, tras precisa triangulación en el medio. Y Pablo Pérez la tiró afuera al enfrentar a Caranta.

Fueron diez minutos donde Newell’s se soltó de la marca de Central, que tenía a los delanteros (Carrizo y Medina) llegando hasta su propia área para hostigar a Casco y Cáceres en sus corridas. Pero se equivocó Guzmán en la salida, se la dio a Medina en mitad de cancha, el delantero tocó a Luna, quien habilitó involuntariamente a Encina al tirarse al césped para simular infracción de López, y el volante derecho no tuvo más que empujarla, ante Heinze y Guzmán resignados.

Quedaba por jugar una hora. Pero en todo ese tiempo habrá de Newell’s un tiro al palo de Figueroa, tras definición a colocar, y nada más. Porque en el complemento la lepra no hacía más que avanzar, chocar ante la marca de Central en todos los sectores del campo de juego y retroceder. Iba y venía Newell’s, compulsivamente, sin ideas al fracasar en los pases y con Central sin definición en el contragolpe. Porque lo perdió Abreu mano a mano con Guzmán, y Carrizo lo tiró muy arriba al sorprender por izquierda.

Es por eso que el Gigante esperó por el final del partido con un bramido sostenido de festejos, un fervor que hacía mucho tiempo no se escuchaba en Arroyito, por al menos siete años, el tiempo que llevaba Central sin ganar un clásico. Pero ayer además le ganó al campeón y al puntero, multiplicando méritos y satisfacción.


Estadio: Central.

Arbitro: Mauro Vigliano.

Goles: 11m, Donatti (C); 15m, Rodríguez (N); 28m, Encina (C).

Cambios: 66m, Abreu por Luna (C); 71m, Trezeguet por Muñoz (N); 77m, Niell por Medina (C); 81m, Ballini por Encina (C); 83m, Tonso por Bernardi y Manso por Figueroa (N).

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Encina levanta los brazos después de haber marcado su gol, que sería el del triunfo, muy festejado.
Imagen: Télam
 
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