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Lunes, 10 de noviembre de 2014

FúTBOL › BOCA LE GANó POR 2-0 A TIGRE EN LA BOMBONERA Y ALCANZó AL ROJO

Los hinchas cantan “mi amigo el Puma”

El goleador tuvo otra buena tarde y se despachó con los dos tantos del encuentro. Falló un penal frente a García, pero tomó el rebote y ahí sí que no perdonó. Sobre el final liquidó el trámite con un remate que se desvió en Blengio y descolocó al arquero.

 Por Facundo Martínez

Si ayer en la Bombonera hubo durante el partido clima de fiesta, no fue precisamente por lo que el equipo de Rodolfo Arruabarrena había entregado durante los primeros 60 minutos de juego sino por lo que ocurrió en la cancha después del ingreso de Andrés Chávez. Es que hasta ese momento, cuando todo el juego parecía recaer en el voluntarioso Marcelo Meli y en lo que Nicolás Colazo se animaba a pensar de tanto en tanto, Boca no había entregado nada muy interesante, más allá de un remate desde afuera de José Fuenzalida y un zurdazo y un cabezazo desviados de Emmanuel Gigliotti. Pero con Chávez en la cancha, Boca encontró los espacios para desequilibrar y el Puma las chances que necesitaba para seguir fortaleciendo el vínculo con los hinchas que, a fuerza de goles, comienzan a reconciliarse con su juego, antes cuestionado.

Poco más de una hora se tomó Boca para concretar en la red su dominio sobre un rival que parecía conformarse con una defensa férrea y sus chances de contragolpe comandadas principalmente por el colombiano Sebastián Rincón, quien por despliegue y velocidad se imponía ante la marca de Emanuel Insúa, y por el ex River Carlos Luna, quien sostuvo una lucha pareja con Claudio Pérez, que incluyó codazos, reproches, empujones y, finalmente, las correspondientes amarillas mostradas por Germán Delfino, de buen arbitraje.

Hasta la apertura del marcador, lo poco que habían generado los locales había recaído sobre Meli y Colazo, quienes más allá de la entrega y las buenas intenciones acusaban el peso de semejante responsabilidad. Quizá por eso, porque Federico Carrizo –más allá de que contó con un buen remate de tiro libre en el arranque de la segunda parte– y Fuenzalida no habían aportado lo suficiente como para que Boca cambiara el ritmo y dejara de ser tan previsible en ataque, Arruabarrena decidió hacer cirugía mayor y mandó dos cambios de un saque: entraron Chávez y el juvenil Leonardo Suárez. Claro que la diferencia la hizo el primero, porque el juvenil parecía estar preso de los nervios y, aunque le sobraban ganas y velocidad, no conseguía por su franja lo que Chávez lograba por la suya.

Con el correr de los minutos, la fuerza de Tigre fue mermando y eso lo obligó a retrasarse un poco, con lo que perdió la buena presión que habían ejercido Martín Galmarini, Joaquín Arzura y Acevedo en la mitad de la cancha. Ya jugado en defensa, sus chances de victoria dependían exclusivamente de los contraataques de Luna y del ingresado Leandro Garate, que metió un remate por arriba del travesaño.

El primer gol llegó tras una falta dentro del área de Erik Godoy contra Chávez, que Delfino no dudó en cobrar penal. Gigliotti asumió la responsabilidad de la ejecución y García le tapó el remate tirándose a su derecha, pero el goleador reaccionó con rapidez para tomar el rebote y de zurda poner el partido 1-0.

Mientras la Bombonera se acordaba de River y pensaba en los inmediatos duelos por las semifinales de la Copa Sudamericana, Tigre se vio obligado a soltar amarras para ir a buscar lo que no se había animado a hacer antes. Así, jugado en ataque, terminó dándole a Boca los espacios para que el Puma pusiera sobre el final del partido el 2-0, tras una larga corrida de Chávez por la izquierda y un centro que el goleador dominó para luego sacar un remate que, previo desvío en Benglio, descolocó al arquero del conjunto de Victoria. Cuando el partido parecía no interesarle ya a nadie en el estadio, Tigre pudo descontar con un cabezazo de Garate, pero Chiqui Pérez salvó sobre la línea. Y si Boca no anotó el tercero sobre el final fue sólo porque García atajó bien tres remates de gol, para dejar las cosas como estaban.


Estadio: Boca.

Arbitro: Germán Delfino.

Goles: 70m y 82m Gigliotti (B).

Cambios: 55m Garate por Rincón (T); 57m Suárez por Fuenzalida (B) y Chávez por Carrizo (B); 64m Wilchez por Bertoglio (T); 77m Itabel por Galmarini (T); 86m Bravo por Meli (B).

Incidencia: 70m García (T) le atajó un penal a Gigliotti.

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Gigliotti festeja con los hinchas una tarde de efectividad pura.
Imagen: Julio Martín Mancini
 
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