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Lunes, 23 de febrero de 2015

FúTBOL › INDEPENDIENTE SALVó UN EMPATE EN TIEMPO CUMPLIDO EN SU CANCHA ANTE SARMIENTO DE JUNíN

El gol agónico no pudo contrarrestar todos los silbidos

Matías Pisano les devolvió algo de tranquilidad a los hinchas, pero no borró la pálida imagen que dejaron los de Avellaneda sobre el campo de juego. El equipo de Junín pudo haberse llevado un triunfo con justicia.

 Por Daniel Guiñazú

La densa silbatina que acompañó la despedida de Independiente (y sobre todo la de su técnico Jorge Almirón) es el espejo que mejor refleja la manera en la que sus hinchas recibieron el 1-1 ante Sarmiento de Junín. Ni por asomo el equipo rojo reiteró su buen de-sempeño de la semana pasada ante Newell’s en Rosario. Tanto que recién alcanzó la igualdad con un gol de Matías Pisano en el primer minuto adicional y en medio de un creciente rumor de disconformidad que recorría las tribunas del estadio Libertadores de América. Acaso haya sido desmedida la reacción popular. Pero no injustificada, porque Independiente no jugó nada bien. En verdad, nadie podría haber elevado la voz en queja si hubiera sido Sarmiento el ganador del partido.

Los juninenses tampoco repitieron su floja tarea ante River. Pero recorrieron la mano contraria. Mejoraron en todas las variables. Estuvieron ordenados, cortos, firmes en defensa, bien con la pelota y encima fueron sumando atrevimiento a medida que pasaban los minutos. Comenzaron tímidos y acomodando todos sus hombres por detrás de la línea del balón. Pero cuando advirtieron que Independiente no le encontraba la vuelta al trámite, se animaron a manejar el juego y a soltar cada vez más en gente en ataque.

Scatolaro se hizo patrón de la mitad de la cancha, Gervasio Núñez hizo un surco yendo y viniendo por el carril izquierdo, Nicolás Sánchez le dio buen destino a cada pelota que pasó por sus pies y el cordobés Héctor Cuevas ratificó su oficio de goleador: a los 38 minutos del segundo tiempo cabeceó demasiado solo un centro de Sánchez desde la izquierda y adelantó a Sarmiento en la carrera, mientras en Avellaneda hervía una rara impaciencia a esta altura del campeonato.

Pisano fue uno de los pocos jugadores de Independiente que supo qué hacer con la pelota. Y resultó estrictamente justo que un remate suyo desde posición sesgada le diera a su equipo el empate reparador a minutos del cierre. Es poco lo que pudo rescatarse en el Rojo. El fondo volvió a no ofrecer garantías de solvencia (sobre todo la zaga central Figal-Cuesta), Mancuello no gravitó en el juego interno y los delanteros Lucero y Albertengo carecieron de la movilidad necesaria como para abrir brechas en las últimas líneas de Sarmiento.

Hubo una intención indiscutible en Independiente en tratar bien la pelota. Pero entre las imprecisiones y la quietud generalizada, más de un pase terminó fuera del campo de juego o bien en los pies de los jugadores de Sarmiento. Los ingresos de Martín Benítez y del colombiano Valencia por Papa y Lucero en el segundo tiempo agilizaron al equipo. Pero no bastaron para cambiarle la cara. El gol agónico de Pisano llegó a tiempo sólo para rescatar un punto. Y no hubo manera de poder espantar el fastidio de la gente por una actuación tan floja.


Estadio: Independiente.

Arbitro: Federico Beligoy.

Goles: 83m, Cuevas (S); 90m Pisano (I).

Cambios: 46m, Miloc (5) por Spinaci (S); 56m, Benítez (6) por Papa (I); 62m, Valencia por Lucero (I); 78m, Cacheiro por Luna (S); 87m, Pascucci por Núñez (S).

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Pisano alcanza a conectar la pelota para convertir el empate agónico de Independiente.
Imagen: Julio Martín Mancini
 
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