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Lunes, 23 de febrero de 2015

FúTBOL › DOS VECES FUE EN VENTAJA EN EL MONUMENTAL, DOS VECES LE EMPATARON

No resultó una buena tarde para River

Buonanotte, un hijo de la casa, metió el primer gol de Quilmes y participó en el segundo con un buen pase, en un encuentro que dejó caras largas en Gallardo y los suyos, por el empate y por la lesión del pibe Martínez. Emotivo partido en el segundo tiempo.

 Por Juan José Panno

Semana gris para River. Un punto sobre seis –una caída en la altura de Oruro y un empate como local ante un rival teóricamente inferior– provocó una sensación de frustración y amargura, que se agrandó con la lesión del pibe Gonzalo Martínez, de cuya gravedad se podrá tener precisiones después de los análisis a los que será sometido hoy.

El equipo de Marcelo Gallardo, un mix entre jugadores que viajaron a Bolivia y otros que fueron reservados para el torneo local, estuvo muy lejos de aquel que en el torneo anterior cada vez que hacía un gol abría las puertas de la catarata de llegadas. De hecho, ante Quilmes, dos veces estuvo al frente y las dos veces se lo emparejaron, con el agravante de que sobre el final padeció una contra que pudo haber terminado en el tercer gol del rival.

Queda la excusa del bajón físico después de haber hecho un gran esfuerzo en la altura y la tranquilidad de que esta semana no tendrá ningún compromiso extra, con lo que se supone que podrá recuperar a todos sus jugadores; pero el técnico –que se mostró bastante fastidioso en muchos pasajes del partido– seguramente considerará algunos errores cometidos por sus jugadores, especialmente en la última línea, como por ejemplo la desatención de Vangioni, que no dio el paso al frente como sus compañeros y permitió el remate de Chirola Romero en el segundo gol de Quilmes.

Julio César Falcioni pensó el partido con la idea principal de ensuciar la salida de River y cortar el circuito de toque de que son capaces Pisculichi, Sánchez, Teo y compañía. Para ello les demandó un gran esfuerzo a delanteros y volantes para que sorprendieran con la presión en tres cuartos de cancha, impidiendo que los locales pudieran armar sus jugadas desde atrás. Con el Chapu Braña como abanderado del quite y la obstrucción, Quilmes dio mucha pelea en el medio y consiguió su objetivo central en la primera etapa: el cero a cero parcial.

En realidad, en el período inicial casi no hubo llegadas. Apenas si se pudo anotar una tijera de Cavenaghi (buena reacción de Assman rechazando la pelota) y un remate cruzado de Vangioni, en ambos casos después de deficientes rechazos de los defensores visitantes, que no parecían estar a altura de los de la primera trinchera en la mitad de la cancha. Por el otro lado, apenas hubo un disparo cruzado de Zacaría como expresión ofensiva de los quilmeños.

El segundo tiempo no mostró una gran mejoría en lo técnico, pero sí resultó atractivo y emocionante por la sucesión de goles. Las entradas de Mayada y Martínez por Sánchez y Rojas, de flojos desempeños, activaron el potencial ofensivo de River y no extrañó la llegada del primer gol en una jugada de varios toques que se abrochó con una pelota pinchada por Mayada y una buena peinada de Teo Gutiérrez. Lo empató Buonanotte con un zurdazo cruzado después de una buena conexión con Bieler y favorecido por el estatismo de los cuatro defensores que lo rodearon y que no atinaron a mucho. Con el 1-1 se podía suponer que Quilmes se iba a retrasar para aguantar el resultado, pero no hubo tiempo para verificarlo porque llegó el 2-1 con un rebote tras un centro de Teo y un zurdazo de Ponzio, que había reemplazado a Martínez. El 2-1 volvió a obligar a Quilmes a abrirse, exponiendo el contraataque rival, pero no le quedaban opciones. Y la búsqueda con más soldados en campo enemigo dio resultado cuando Romero recibió un pase de Buonanotte y metió el tiro cruzado. No se le puede achacar responsabilidad directa al arquero de River en este gol, tampoco en el primero; en todo caso se puede pensar que en otros momentos ofrecía otro tipo de resistencia.

Porque tiene más que Quilmes y porque era local, River mostró siempre más ambición; y si se limita la mirada a esto, se puede suponer que mereció más, pero lo cierto es que tuvo enfrente a un rival que supo acomodar sus planteos a los vaivenes del resultado. En definitiva, Quilmes se llevó un empate luminoso ante un River bastante oscuro.


Estadio: River.

Arbitro: Mauro Vigliano.

Goles: 52m, Gutiérrez (R); 67m, Buonanotte (Q); 71m, Ponzio (R); 76m, Romero (Q).

Cambios: 46m, Mayada (5) por Rojas y G. Martínez por Sánchez (R); 59m, Carrasco (5) por Zacaría (Q); 65m, Ponzio por G. Martínez (R); 73m, Romero por Calello (Q); 86m, L. Suárez por Morales (Q).

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Teo Gutiérrez marcó el primer gol de River, pero nunca pudo sostener la ventaja frente a Quilmes, que lo sorprendió.
Imagen: Fotobaires
 
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