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Lunes, 8 de junio de 2015

FúTBOL › A PESAR DE QUE AYER NO PUDO VENCER A OLIMPO EN BAHíA BLANCA ANTES DEL RECESO INVERNAL

River terminó el semestre con viento a favor

En el balance general, los puntos positivos superan a los otros. Es el único que continúa en la Copa Libertadores, después de eliminar a Boca, sigue en la Copa Argentina y quedó cerca de la punta en el torneo.

 Por Juan José Panno

River cierra el primer semestre del año con la felicidad de sentirse gran candidato a ganar la Copa Libertadores y con la ilusión de dar pelea en lo más alto del campeonato. La alegría se amplifica cuando los hinchas miran hacia abajo y ven a Boca en caída libre desde su eliminación en la Copa, aunque ayer consiguió un poco de oxígeno. Los clásicos rivales se alimentan de los triunfos propios y de las desgracias ajenas, y se muestran rozagantes o escuálidos al compás de los resultados. Está claro ahora cómo se los ve hoy a cada uno.

Las estadísticas respecto de los dos primos suelen ser muy curiosas y ofrecen ideas falsas. En lo que va de este año entre copa, copitas, campeonatos y amistosos, River disputó 31 partidos, ganó 15, empató nueve y perdió siete. Obtuvo el 57 por ciento de los puntos. Boca, por su parte, jugó 29 encuentros, ganó 19, empató seis y perdió cuatro. Eso da el 72 por ciento de los puntos. Hay que destacar que sumó más que River. Pero la cuestión es que Boca hizo una primera fase fenomenal en la Copa Libertadores (invicto, 19 goles favor, tres en contra), y a la hora de la verdad, en octavos cayó a pedazos, justo ante River, que había entrado por la ventana.

Entre amistosos, Copa y campeonato se enfrentaron en cuatro partidos y medio, de los cuales Boca ganó tres, River uno, y el otro medio lo empataron. Boca hizo ocho goles y recibió uno. Otra falsa idea de que los boquenses fueron superiores en el duelo entre ambos. La realidad es que cuando le tocó jugar por los porotos, a todo o nada, River se quedó con todo y Boca con el pobre recuerdo de su falso brillo inicial.

El momento de River aparece más luminoso por la gran demostración que dio en el Mineirao contra el Cruzeiro. Después de haber caído como local en un encuentro en el que había mostrado muy poco, fue a jugar sus últimas cartas a Brasil y aparecieron los anchos y los siete bravos para redondear una goleada inolvidable. Una vez más, el equipo apareció en una instancia decisiva. Cuando empataron con Tigres, en México, después de ir perdiendo 2-0, cuando le ganaron a Boca en el Monumental, cuando hicieron un planteo muy inteligente en el primer tiempo de la revancha, y cuando apabullaron a los brasileños, los muchachos de Gallardo demostraron su jerarquía y lavaron la imagen de los momentos anteriores cargados de dudas e incertidumbre.

La levantada en la Copa tiene más de una explicación: los vientos cambiantes de las rachas tan comunes en el fútbol; el envión psicológico que significó la milagrosa clasificación; la practicidad de Gallardo para darle un espacio a Ponzio en el doble cinco con Kranevitter; la vigencia de Mora; la aparición de Driussi en el hueco que había dejado Pisculichi; la seguridad de Barovero y, en menor medida, la mano que les dio Delfino con el “siga, siga” en el encuentro ante Boca en el Monumental.

De lo que no hay dudas –más allá de todo– es que River fue más que su clásico adversario en el cara a cara copero, y que Gallardo fue más efectivo que Arruabarrena en el momento de tener que elegir cómo y con quién jugar. Gallardo, con un plantel mucho más reducido, manejó mejor las variantes y les dio confianza a sus jugadores emblemáticos; el Vasco se obnubiló con la idea que circulaba respecto de la invencibilidad de un plantel rico y poderoso que ofrecía variantes de todo tipo.

Al gran momento que vive River por estos días hay que agregarle el regreso de Aimar, con su talento intacto. Una vuelta saludada calurosamente por todo el mundillo del fútbol. La frutilla del postre.


Estadio: Olimpo.

Arbitro: Germán Delfino.

Goles: 58m Mansilla (O); 87m G. Martínez (R).

Cambios: Boyé (4) por Rojas (R), 64m Kaprof por Ponzio (R), 65m F. López por Cavenaghi (R), 81m Klusener por Acosta (O).

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Rojas está a punto de lanzar un centro, mientras Encina no llega a tiempo para evitarlo. El de River pudo haber jugado su último partido en el club.
Imagen: Télam
 
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