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Lunes, 22 de noviembre de 2010

CONTRATAPA › EL NOCAUT DEL AñO: EL DE SERGIO MARTíNEZ EN ATLANTIC CITY

Tenemos un mortero que es una Maravilla

En los Estados Unidos, con una izquierda tremenda en el segundo round, mandó a la lona a Paul Williams y conservó la corona de los medianos que alguna vez fuera de Carlos Monzón. A los 35 años quiere pelear contra Manny Pacquiao.

 Por Daniel Guiñazú

En la madrugada del domingo y en la lejana Atlantic City, el quilmeño Sergio “Maravilla” Martínez logró una de las más sensacionales victorias de la historia del boxeo argentino. Seguramente la más espectacular del deporte nacional en lo que va de 2010. El campeón mundial de los medianos del Consejo retuvo por primera vez su título al noquear al minuto y diez segundos del segundo asalto a Paul Williams, su calificadísimo retador. Y no se trata sólo de un arrebato de alegría producto de un triunfo en tierras distantes y a menudo inaccesibles.

Martínez conservó de visitante una corona histórica, que alguna vez fue propiedad del legendario Carlos Monzón, que es reconocida por la entidad más importante de todas las que pretenden gobernar el boxeo mundial, y que le pertenece en su totalidad y no fraccionada como suele suceder con las versiones de otras entidades. Lo hizo ante un rival de primer orden, que había perdido sólo uno de sus 40 combates anteriores y que lo había vencido el año pasado en un fallo muy polémico. Y con un nocaut de una sola mano que fue un derroche de clase y potencia, tal vez el mejor que entregó el pugilismo internacional en todo el año.

La suma de esos factores (la condición de visitante, la importancia de la corona en disputa, el nivel de oposición y la calidad de la definición) se combinó para darle ribetes de gran acontecimiento al demoledor triunfo de Maravilla. Algo así como si se hubiera ganado un Mundial de fútbol o de básquet o un Grand Slam de tenis. Tal fue la importancia de lo sucedido sobre el ring del Boardwalk Hall de Atlantic City, la ciudad costera del este de los EE.UU. en la que, el 17 de abril pasado, Martínez dio otro notable golpe de escena cuando batió por puntos al local Kelly Pavlik y se adjudicó el título ahora brillantemente expuesto.

Nada opaca el éxito, más bien todo lo realza. Porque Martínez (71,440 kg) no encontró el nocaut de manera aislada. No lanzó su terrible izquierda en swing así porque sí sino que lo hizo varias veces en los 4 minutos y 10 segundos que duró el pleito, luego de concluir que Williams (70,760 kg) atacaba con su puño derecho demasiado bajo y que ésa era una ventana inmejorable para colar sus manos y forzar una definición rápida que lo pusiera a reparo de otro fallo controversial. Los primeros golpes voleados llegaron netos sobre el espigado moreno estadounidense, pero no lograron conmoverlo.

El que precipitó el rotundo final lo tomó viniendo, le estalló como una bomba en pleno mentón, y lo mandó a la lona tan nocaut que ni siquiera pudo poner los brazos para amortiguar la caída. Williams pegó con la cara en el tapiz, cayó boca abajo con los ojos cerrados y los médicos de la Comisión del Estado de Nueva Jersey debieron hacer uso del kit de reanimación para poder reincorporarlo. Eso sí: tan conmovido estaba que cuando los periodistas de la televisión estadounidense fueron a entrevistarlo, no pudo articular una sola palabra.

“Quiero escuchar ofertas, quiero ser el mejor libra por libra. Necesito pelearlos a Pacquiao y a Mayweather”, declaró Martínez luego de su obra maestra del nocaut. Y no es descabellado que esto pueda suceder en 2011. Maravilla tiene 35 años, quiere hacer dos peleas más antes de su retiro y pretende en ellas ganar todo el dinero que no ha podido en sus casi trece años de campaña profesional. Manejado por Lou Di Bella –un ex ejecutivo de la HBO ahora devenido en manager de boxeo– y el español Rubén Sánchez Atocha, el campeón quilmeño es uno de los predilectos de las cadenas televisivas estadounidenses por su estilo veloz y contundente, no exento de cierta suficiencia. Por eso es posible pensar en una o en las dos superpeleas para el año que viene. Martínez es bien conocido por el público que compra los abonos del pay per view para las grandes peleas.

Ni siquiera el peso podría ser un obstáculo para esas topadas que apasionan de sólo pensarlas. Maravilla hoy es un mediano chico. Pero en verdad su físico se corresponde con el de un superwelter grande que tranquilamente podría dar 70 kilos ante Pacquiao y/o Mayweather. Si el filipino fue capaz de arrasarlo a Margarito hace un semana dándole cuatro kilos de ventaja y Mayweather no tiene problemas en irse a los 68 kilos, se verá que si los números les cierran a los dueños del negocio, es perfectamente posible imaginarse a Martínez en 2011 peleándoles mano a mano a los dos cracks del momento.

Pero en todo caso eso forma parte de un futuro incierto. Lo cierto es lo que se vio: un nocaut de antología ante un rival de primer nivel por un título en serio y en plena meca del boxeo. Suficiente para afirmar que se trató del mayor éxito del deporte argentino en el exterior durante 2010. Y que Sergio “Maravilla” Martínez es mucho más que el mejor boxeador nacional del momento y de los últimos tiempos. Acaso sea el deportista argentino del año, con perdón de Lionel Messi, Luis Scola, Luciana Aymar y todos los que se le pongan enfrente.

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