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Lunes, 17 de septiembre de 2012

CONTRATAPA › NUEVA DERROTA, NUEVA INTERNA EN LA DAVIS

Nos comieron los checos, crudos

La Argentina se quedó fuera de la final de la Copa tras la caída de Carlos Berlocq ante el top-ten Tomas Berdych, y hubo silbidos para Juan Martín Del Potro en una jornada enrarecida en la que el capitán Martín Jaite tuvo que desmentir su alejamiento.

 Por Facundo Martínez

El equipo argentino de Copa Davis se quedó sin la soñada final, cayó finalmente por 3-2 frente a la República Checa, en una jornada enrarecida por la baja por lesión de Juan Martín Del Potro, a quien un sector del público se animó a despedir con silbidos. Y eso que Del Potro estuvo durante todo la disputa del cuarto punto sentado junto al resto del equipo, aplaudiendo las buenas intervenciones de su reemplazante, Carlos Berlocq, en su partido ante Tomas Berdych, quien lo dominó con claridad. La contracara de ese clima, como siempre, la dio Diego Maradona. El ex entrenador de la Selección volvió a mostrar que no apuesta a ganador, que le gustan las difíciles y estuvo como loco en su palco arengando al público y apoyando a Charly Berlocq, quien gracias a ese abrazo caluroso ponía todo lo que tenía en la cancha, más allá de no poder.

La baja de Del Potro terminó de complicar, tal como sucedió en la final de Mar del Plata 2008 frente a España, el clima interno del equipo, sin dudas hoy resentido. Y también molestó a una parte del público (¿los que adoran a David Nalbandian?). Es que, si bien es entendible que Del Potro se haya resentido de su tendinitis en la muñeca izquierda, con el resultado puesto los pequeños escollos toman otra dimensión, se magnifican.

Que Del Potro se sumó al equipo cuando quiso (o pudo) y no cuando debía; que reclama un trato y condiciones especiales; que los medios se enteraron antes que el capitán del equipo, Martín Jaite; que había estado poco apoyando a Juan Mónaco en su partido ante Berdych; que prefirió ver el dobles junto a su amigo Martín Palermo y no con el equipo; que Maravilla Martínez ganó ayer con la muñeca quebrada y no le importó, en fin. Pocos recordaron ayer las palabras del tandilense cuando anunció que jugaría la Davis y que lo hacía “por la gente”, a pesar de las recomendaciones de su médico y de su entrenador, Franco Davín.

Los silbidos parecieron ser demasiado castigo. Quizá por eso, después de haber sido escuchados con claridad, otro grupo intentó taparlos con una leve ovación para Delpo, a quien en su caminó a la sala de jugadores se lo vio cabizbajo, dolido.

Sin Del Potro y sin David Nalbandian, quien se bajó hace unas semanas debido a un desgarro muscular, las chances de Argentina sobre República Checa eran escasas, prácticamente nulas. Sin embargo, Del Potro (8) jugó, infiltrándose la muñeca maltrecha, y le dio el primer punto a la Argentina en la serie, al derrotar por 6-4, 6-4 y 6-2 a Radek Stepanek (40), que para colmó lo acusó de fingir su lesión. Mónaco (11) disputó el segundo punto ante Berdych y, en un gran nivel, tuvo posibilidades de triunfo, llegó a estar 2-1 en sets arriba y 4-2, pero el número seis del mundo reaccionó a tiempo y terminó llevándose el triunfo por 6-1, 4-6, 1-6, 6-4 y 6-4.

El punto del dobles nunca pareció ser una opción para el equipo nacional ya que, para colmo, antes de que Berlocq y Eduardo Schwank salieran a jugar frente a Stepanek y Berdych, se sabía, o más bien se rumoreaba, que Del Potro le había comunicado a Jaite que no iba a jugar el cuarto punto, vital para las aspiraciones argentinas. Tras la derrota por el tercer punto de la serie por 6-3, 6-4 y 6-3, Jaite confirmó la mala noticia.

Jaite le tiró la responsabilidad de Berlocq, pero estaba claro que sólo un milagro podía darle el punto a la Argentina. El chascomusense estuvo a la altura de las circunstancias, jugó muy buenos puntos, probó con todos sus recursos, y en seis games tuvo chances de quiebre que no pudo aprovechar. Si no logró el batacazo fue porque Berdych también jugaba bien, y no se salió nunca del partido, ni siquiera a pesar del constante apoyo del público para Berlocq. “Gracias por el apoyo constante. Lo que viví en estos tres días no lo voy a olvidar en toda la vida. Es increíble cómo se siente el público en esta cancha. Gracias a ustedes no sentí nunca el cansancio”, manifestó el número 45 del ranking.

A un costado, el equipo checo festejaba su pasaje a la final, donde deberá recibir al buen equipo de España, cuatro veces finalista en los últimos cinco años. La pequeña porción de hinchas que aguantaron la difícil en el estadio Mary Terán de Weiss, del Parque Roca, donde la Argentina no había perdido una serie hasta ayer, les hacían reverencias a sus jugadores. Se acordó la innecesaria disputa del quinto punto, y Mónaco se impuso en dos sets frente a Ivo Minar (187 del ranking) por 6-3 y 7-6 (2) para que la serie se cerrara 3-2.

Los hinchas argentinos rumiaron a la salida por el abismo que abrió entre el sueño y la realidad la intempestiva baja de la Torre. Una nueva frustración alrededor del objetivo que deslumbra desde hace décadas al tenis argentino: ganar de una buena vez la Ensaladera de Plata, que siempre se escapa, por esto o por aquello. “El año próximo buscaremos otra chance, sigo con la misma fuerza que el día que me nombraron capitán. Lógicamente, estoy decepcionado y con mucha tristeza, porque a nadie le gusta perder, pero no es el final de nada, continuaremos trabajando”, explicó Jaite, saliendo al cruce de los rumores que se generaron sobre un posible alejamiento. “Estamos tratando de formar un grupo, a veces cuesta pero para ganar la Davis es necesario. República Checa nos ganó porque jugó mejor y no sufrió obstáculos. Nosotros sí, ya que primero no pudimos contar con David Nalbandian y luego surgió lo de la lesión de Del Potro”, apuntó el capitán, y finalizó: “No me gustaron los silbidos (a Del Potro).

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