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Lunes, 8 de enero de 2007

BASQUETBOL › TRAS EL PARATE, SE REANUDA LA FASE REGULAR

La Liga Nacional está feliz

Quilmes y Peñarol, los dos equipos marplatenses, lideran la competencia y se perfilan para pelear hasta el final. Pero también quieren dar lucha Boca, Gimnasia, Libertad y Regatas.

 Por Ariel Greco

Con el encuentro en el que Atenas recibirá en Córdoba a Peñarol de Mar del Plata el próximo miércoles, la Liga Nacional de básquetbol reanudará, tras el parate de las fiestas, una de las mejores ediciones de las últimas temporadas. Mucho público en los estadios, el regreso de varios jugadores de nivel (Palladino se incorporó en Central Entrerriano), la aparición de extranjeros reconocidos y un nivel de juego superior al de otros años, con dos punteros de jerarquía, se conjugan para ver un muy buen torneo. Y precisamente, el conjunto marplatense es uno de los dos líderes de la competencia, casualmente junto a Quilmes, su tradicional rival de la ciudad. Pero más allá del dominio parcial de los marplatenses, son varios los conjuntos que amenazan la hegemonía de los punteros. El campeón Gimnasia de Comodoro, Boca, Libertad de Sunchales y Regatas de Corrientes son algunos de los equipos que pueden quebrar la actual tendencia.

Desde el inicio de la temporada, Mar del Plata está viviendo una efervescencia poco habitual, con sus dos equipos encaramados en lo más alto del torneo. Es que Peñarol, de la mano del entrenador Carlos Romano, se convirtió rápido en un protagonista principal del certamen al llegar a la final de la Copa Argentina, obtener el Súper Ocho y liderar la fase regular en soledad, justo hasta la última jornada previa al receso, cuando cayó nada menos que por un punto ante Quilmes, que gracias a ese triunfo lo alcanzó en las posiciones. Es de ahí que la rivalidad entre ambos clubes pasa por un pico de entusiasmo.

Peñarol basa su poderío en el juego de conjunto, con dos extranjeros de basta trayectoria en la liga como Josh Pittman y Jason Osborne, y con diez jugadores dentro de su rotación. Romano consiguió que su equipo defienda muy bien y, a partir de esa virtud, consiga manejar mejor cada juego. Con 17 triunfos y 5 derrotas, cuenta con la marca de la competencia y se posicionó como un firme candidato. Claro que la aparición en escena de su tradicional adversario le quitó cierta tranquilidad.

Quilmes, comandado por Oscar Sánchez fuera de la cancha y por Sebastián Ginóbili adentro, también logró mucha química defensiva, lo que le permite recuperar la pelota en su tablero y conseguir puntos fáciles de contragolpe. Y con siete victorias consecutivas, entre ellas la del último clásico, se trepó a la punta justo en la última jornada. Al igual que Peñarol, la dupla de extranjeros –Chuckie Robinson y Ramzee Stanton– es la misma desde el inicio de la pretemporada, lo que le dio un plus con respecto a otros adversarios que padecieron cambios.

Para contrarrestar a los marplatenses hay varios anotados. Boca está tercero y es uno de los principales candidatos. Es que tras un flojo comienzo y la destitución del entrenador Eduardo Cadillac, el campeón de la Copa Argentina levantó su producción y se afirmó en su juego, con Leonardo Gutiérrez y Martín Leiva como principales estandartes. El otro es el campeón Gimnasia, que mantuvo la base que le dio el título y cuenta con un plantel de jerarquía como para animarse a la pelea. Sobre todo que hasta el parate tuvo mucha mala suerte con bajas y lesiones.

Libertad es uno de los equipos que mejor se armó para el certamen, pero un mal comienzo no le permitió terminar en una posición más acomodada. Sin embargo, para recuperar terreno, apostó fuerte con la contratación Robert Battlle, un estadounidense que pasó con buen suceso hace dos temporadas por Conarpesa. El otro equipo de rendimiento flojo pero de aspiraciones grandes es Regatas de Corrientes, que repatrió hace un par de fechas al ex pivote de la Selección Argentina, Román González, y contrató al panameño Dionisio Gómez para esta etapa. Los correntinos tienen el presupuesto más alto del torneo, pero las lesiones, como las que sufrió Alejandro Montecchia, conspiraron con su rendimiento. Así, está claro que son varios los que se anotan para pelear por el título, más allá de que, por ahora, la Liga está feliz.

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Osborne, de Peñarol, tira sobre Calderón, de Quilmes, en el último clásico.
 
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