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Lunes, 22 de marzo de 2004

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › MICHAEL SCHUMACHER Y LA FERRARI F2004

Son casi perfectos

El conjunto logró la segunda victoria en el Mundial de Fórmula 1. El Williams de Montoya anduvo cerca, pero todavía no hay lucha directa.

Por Volker Gundrum
Desde Sepang

Sólo se llevan disputadas dos carreras, pero Michael Schumacher borra todas las dudas. El piloto alemán y su Ferrari forman un paquete cercano a la perfección. El resultado del Grand Prix de Malasia confirma lo visto en Melbourne hace dos semanas: Schumacher está más fuerte que nunca. Su ventaja exige una respuesta inmediata de los rivales, que sin embargo tienen poco tiempo, porque la próxima carrera es dentro de dos semanas en Bahrein, un circuito desconocido para todos.
El circuito malayo, con su asfixiante combinación de calor y humedad, llevaba dos años siendo un feudo claro de los neumáticos Michelin. En el 2002 venció Ralf Schumacher (Williams-BMW) y en el 2003 Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), ambos con las gomas francesas. En ambas ocasiones Ferrari lo pasó mal y Schumacher sólo pudo ser tercero y sexto, respectivamente. Por eso Malasia era el momento de que Michelin demostrase lo que había prometido en la pretemporada: que sus neumáticos eran entre tres y cinco décimas más rápidos que los Bridgestone. Pero Schumacher, Ferrari y Bridgestone apabullaron a la competencia con la pole-position y un triunfo que nunca estuvo en cuestión.
“Es un momento increíblemente maravilloso. Todo es de alguna manera un poco más fácil, y seguro que me divierto más que el año pasado –dijo Schumacher–. El coche anda bárbaro, los neumáticos aguantan incluso en las situaciones más duras. El coche es muy fácil de conducir, es muy estable, y puedo hacer más cosas con él que con los modelos anteriores.”
El colombiano Juan Pablo Montoya, tercero en el Mundial con 12 puntos, fue el único que inquietó, aunque nunca desde una distancia inferior a los cinco segundos, y fue recompensado con la segunda posición. El británico Jenson Button completó el podio con un tercer lugar que confirma la enorme mejoría de su BAR-Honda.
Ferrari sigue estando por delante, pero la diferencia ya no es tan grande. Esa es la optimista conclusión del equipo Williams-BMW tras Malasia. Montoya llegó al podio, pero sobre todo lo que levantó el ánimo del equipo fue que el colombiano se mantuvo siempre al acecho de la Ferrari puntera.
“Al final intenté cazar a Michael, porque mi auto era cada vez mejor. Desafortunadamente, después de mi tercera parada en boxes salí detrás de Barrichello”, explicó Montoya. “Intenté pasarlo, pero preferí asegurar el segundo lugar porque me di cuenta de que lo más importante era sacar unos puntos vitales para el equipo y para mí”, agregó.
El español Fernando Alonso concluyó en un séptimo lugar muy meritorio porque partía desde los boxes tras su error en la clasificación. Alonso y su Renault fueron los protagonistas de la primera parte de la carrera, con una espectacular remontada. En la largada pasó a cinco coches, en la primera vuelta ya era 10º, y en la tercera ya estaba octavo. Pero su estrategia de dos paradas, en lugar de las tres que hicieron los pilotos de punta, le impidió ganar más posiciones. “Nuestra estrategia no funcionó y creo que podría haber terminado más arriba”, explicó Alonso.
Los grandes perdedores en Sepang fueron los McLaren-Mercedes. Kimi Raikkonen tuvo que abandonar con el motor roto y sumó su segundo fiasco de la temporada. El escocés David Coulthard fue sexto. Su box parecía un funeral al final de la carrera.

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La Ferrari de Schumacher delante, el Williams de Montoya detras.
 
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