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Lunes, 2 de enero de 2012

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › SE MATó EL MOTOCICLISTA ARGENTINO JORGE MARTíNEZ BOERO

El drama opacó la fiesta

La euforia por el comienzo del Rally 2012 se aplacó rápido por la tragedia del piloto de Bolívar, hijo del ex campeón homónimo de Turismo Carretera, que se cayó de su moto cerca de Necochea y falleció en el helicóptero que lo trasladaba a Mar del Plata.

El Rally Dakar ofreció la primera jornada dolorosa en su versión 2012. El motociclista argentino Jorge Martínez Boero murió ayer por la mañana luego de accidentarse en la primera etapa, desarrollada entre las ciudades de Mar del Plata y Santa Rosa. Martínez Boero, oriundo de Bolívar, provincia de Buenos Aires, e hijo del ex piloto homónimo de Turismo Carretera (fallecido en 2004), sufrió un grave accidente en la especial entre Necochea y Energía, y falleció en el helicóptero mientras era llevado a Mar del Plata, informaron los organizadores de la competencia.

Martínez Boero se convirtió así en el 16º piloto que muere al disputar el Dakar desde que la competencia fuera creada en 1978 por el francés Therry Sabine, quien justamente perdió la vida al caer el helicóptero en el que seguía la carrera en 1986. La lista de fallecidos se amplía al medio centenar si se incluyen organizadores, mecánicos, asistentes, periodistas y espectadores.

El piloto de Bolívar, de 38 años, tuvo una violenta caída con su moto en el kilómetro 55 de la primera especial del Rally, que se cumplió entre las ciudades bonaerenses de Necochea y Energía. A los pocos minutos del accidente fue socorrido por los servicios sanitarios de la competencia, pero Martínez Boero falleció en el traslado en helicóptero hacia Mar del Plata por las heridas sufridas, y tras varios intentos de reanimación.

Un testigo ocular del accidente dijo que el piloto “voló cuatro metros” después de haber perdido el control de su moto. “La tragedia ocurrió en una recta muy larga, de cinco o seis kilómetros, por lo que todos los vehículos venían a más de 100 kilómetros por hora. Martínez Boero también venía al límite”, contó un espectador, Juan Carlos Urzúa, en radio Rivadavia. “Martínez Boero fue uno de los últimos pilotos en pasar, por lo que ya había mucha tierra suelta. El accidente fue cuando agarró una loma del camino, que era de tierra, y pierde el control de la moto. Entonces sale volando a un costado, donde rebota contra el terraplén de la entrada a una estancia, junto a una tranquera”, agregó.

Según contó el testigo, “Martínez Boero voló como tres o cuatro metros después de rebotar con el terraplén. Fue impresionante. Cuando cayó volvió a rebotar y después de ese momento ya se quedó totalmente inmóvil. Nos acercamos a socorrerlo y vimos que su casco decía Martínez Boero. Estaba muy pálido”. “Los equipos médicos llegaron enseguida y al principio lo reanimaron. Le salía un poco de sangre por la boca, pero cuando se lo llevaron en helicóptero todavía no había muerto”, cerró su relato, consternado, Urzúa.

“Son momentos difíciles y de reflexión, de analizar el porqué”, dijo el campeón de motos, el catalán Marc Coma, al enterarse de la noticia cuando llegó al campamento en Santa Rosa. Y recordó: “Es duro, pero lamentablemente son los riesgos de esta competencia. Lo que nos queda es enviar nuestro dolor y nuestro pésame a su familia en este momento”.

Los motociclistas encabezan la lista trágica del Dakar, con 11 de los 16 protagonistas fallecidos, en su mayoría luego de fuertes caídas como la sufrida por el piloto bolivarense. Una de las excepciones a estas muertes en competencia fue la del francés Thierry Pascal en 2009, cuando el Rally Dakar recaló por primera vez en la Argentina. Pascal, quien cumplía el sueño de correr su primer Dakar, murió de un paro cardíaco durante la segunda etapa entre Santa Rosa y Puerto Madryn, y fue encontrado dos días después.

Para Martínez Boero, éste era su segundo Dakar y el año pasado había vivido una experiencia límite cuando con su moto quedó colgado de un precipicio en Iquique, Chile, en el que estuvo ocho horas antes de ser rescatado. Aquella experiencia le dejó un sabor amargo, aunque no atenuó su “entusiasmo por la carrera”, comentaron conocidos del piloto. Boero, con la llegada hasta Atacama bajo el brazo, iba por la hazaña de dar la vuelta y llegar a Lima, Perú, el 15 de enero, y con el mismo entusiasmo del día que corrió su primer Dakar. “Voy a dar todo; lo que no mata, fortalece”, había escrito en su cuenta de Twitter horas antes de enfilar hacia La Pampa.

Ni el choque de su camión de asistencia antes de llegar a Mar del Plata le opacó el ánimo: “No pienso bajar los brazos, voy a poner todo para llegar a Lima”, dijo a sus seguidores de la red. Y un miembro de la organización del Dakar recordó que “Jorge estaba muy embalado, no veía la hora de largar”. Toda su vida había estado ligada a los fierros, ya que era hijo del “Gaucho” Jorge Martínez Boero, campeón de Turismo de Carretera en 1982.

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n Jorge Martínez Boero, antes de la largada. El piloto iba a aprovechar el Dakar para cuestiones solidarias.
Imagen: Télam
 
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