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Lunes, 21 de julio de 2014

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › EL AUTóDROMO ESTUVO CLAUSURADO HASTA LAS 11

Una mañana de pura vergüenza

Los 200 Kilómetros estuvieron a punto de no disputarse, porque el escenario no contaba con la autorización del GCBA y el concesionario habría ocultado la prohibición. Dudas sobre la habilitación definitiva.

Se había puesto muy espeso el clima a las 11 en el Portón Nº 1 del autódromo, bajo el legendario arco. Un grupo bastante importante de hinchas había perdido definitivamente la paciencia: miles de entradas se habían repartido en las semanas previas, augurando una importante concurrencia a los 200 Kilómetros de Buenos Aires, pero nadie sabía que el escenario jamás había sido aprobado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para celebrar el acontecimiento. La fiscal Celsa Ramírez había decidido la clausura del autódromo a última hora del sábado, después de tomar nota de que se estaba llevando a cabo un evento sin autorización municipal, y los fanáticos quedaron en el medio, como ignorantes rehenes de la trama. Las fajas de clausura se rompieron cerca de las 11 y se evitó lo que pudo haber sido trágico. Con la carrera ya en disputa, circuló el rumor de que la clausura nunca se había levantado y que los 200 Kilómetros se disputaron en rebeldía a lo dispuesto por la autoridad.

Según pudo inferirse, diez días antes de la carrera el GCBA comunicó al concesionario del autódromo que no otorgaría el permiso para que los 200 Kilómetros se llevaran a cabo por no encontrarse en condiciones la infraestructura del escenario. El concesionario habría ocultado esa notificación a los organizadores de la carrera, el Súper TC 2000. Luego de llevarse adelante los entrenamientos

del viernes y la clasificación sabatina, el GCBA dio intervención a la fiscal. Cerca de la medianoche del sábado apareció la faja de clausura de la Policía Federal.

“La carrera, por el momento, está suspendida por cuestiones edilicias; veremos si con el transcurso del día se levanta la sanción y se puede realizar la prueba”, explicaba temprano Pablo Peón, el titular del STC 2000.

“El evento no estaba permitido y se realizó igual”, explicó el jefe de la Agencia Gubernamental de Control porteña, Juan José Gómez Centurión, que sostuvo que la actividad de viernes y sábado fue “una violación de clausura” y por eso se dio intervención a la fiscal, quien dictaminó la “clausura administrativa”. En definitiva, la realización de la carrera habría sido una nueva violación de clausura.

“En términos generales hay problemas con la tribuna, un paredón al que hay que hacer un apuntalamiento por peligro para los concurrentes, instalaciones eléctricas irregulares, problemas en el alambre perimetral, no hay luces de emergencia en las escaleras de las gradas, instalaciones eléctricas sin tapas, nichos hidrantes inutilizados, condiciones estructurales que hay que mejorar sí o sí”, enumeró el funcionario en diálogo con Radio Rivadavia.

No son desconocidas las tensiones entre el concesionario del autódromo y el Súper TC 2000, por un lado, que datan de la realización de las carreras en sendos circuitos callejeros en Buenos aires, en 2012 y 2013; y del interés que ha mostrado en los últimos tiempos el GCBA por la condición de la concesión, que vence en 2016, y los terrenos del autódromo; meses atrás fue anunciada la construcción de una planta de procesamiento de basura dentro del perímetro del escenario.

El campeón Matías Rossi calificaba la clausura de “maldad”, pero Emiliano Spataro sugería que detrás del episodio podía haber “alguien del automovilismo” que buscara hacerle daño a la actividad. “Correr sin público, como se dijo en un momento, habría sido una estupidez”, opinó Mauro Giallombardo. Los pilotos pudieron entrar al autódromo pasadas las 9.30, pero sólo a pie, dejando afuera sus vehículos, mientras los hinchas presionaban por ingresar; a esa altura, el embotellamiento era notable y la cola de autos en la mano de General Paz hacia provincia llegaba casi hasta la autopista a Ezeiza. Sin embargo, no se produjo ningún desmán y, una vez abiertos los portones, las tribunas principales se llenaron muy poco después.

Poco antes de las 12 comenzó la actividad (pautada inicialmente para las 9.50), aunque la carrera de Fórmula Renault fue suspendida. Los Súper TC 2000 salieron a pista a las 12.55 y a las 13.11 se pusieron en marcha. La pesadilla había quedado atrás.

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El público se agolpó con paciencia frente a la entrada del autódromo hasta que logró ingresar.
Imagen: Télam
 
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