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Por Miguel Luengo
Desde Mallorca

El argentino Gastón Gaudio se mantuvo inabordable en el polvo de ladrillo español, sumó su undécima victoria consecutiva y consiguió el segundo título de su carrera para dejar su firma en Barcelona primero y en Mallorca después, y consolidarse así como una de las revelaciones de la temporada. Gaudio venció 6-2, 6-3 al finés Jarkko Nieminen.
“Estoy muy contento de esta nueva victoria en España, diría que me siento como en mi propia casa”, señaló el bonaerense con el trofeo de campeón en sus manos, tras acceder al cuadro gracias a una invitación especial, y después de frustrar al finlandés Nieminen en la tercera final de su carrera.
El poder argentino continúa y se hace patente en la temporada de polvo de ladrillo. David Nalbandian ganó tres semanas en Estoril al batir también a Nieminen en la lucha por el título, y luego Gaudio ha seguido la estela en los dos torneos españoles.
Ambos forman parte de esa generación argentina que amenaza cada vez que irrumpe en los torneos que se disputan en esta superficie. Saben jugar en esta superficie y manejan los golpes con el oficio de los propios españoles.
El propio Pete Sampras se dio cuenta rápidamente de que Gastón Gaudio es señal de futuro, y así el ex número uno del mundo no duda en buscar al bonaerense para realizar sus entrenamientos en Tampa (Florida), porque además de compartir manager con Paul Annacone, “Pistol Pete” sabe que puede aprender mucho de la seguridad en los intercambios del argentino. Como la mayoría de los jugadores de su país, Gaudio es un enamorado del juego de su ídolo, Guillermo Vilas. Gaudio, de 23 años, ha explotado sus golpes y ahora cuenta con una fuerte moral para afrontar la gran cita de los especialistas, Roland Garros.
De momento, sus victorias en Barcelona y Mallorca le han servido para probarse. En la Ciudad Condal derrotó a lo mejor del cuadro desde el número uno del mundo, el australiano Lleyton Hewitt, hasta grandes especialistas como Carlos Moyá y Albert Costa.
En Mallorca también supo mantener el nivel con triunfos sobre Fernando Vicente, el francés Cedric Pioline, el brasileño Gustavo Kuerten, triple ganador de Roland Garros, que reaparecía en el circuito después de tres meses de baja, y después a su compatriota Agustín Calleri para llegar a la final.
Hasta llegar a Barcelona, Gaudio había jugado dos finales más como profesional: Stuttgart 2000 y Viña del Mar 2001. Esta temporada cayó a las primeras de cambio en Auckland, contra Jonas Bjorkman; en tercera ronda del Abierto de Australia, ante Nicolás Lapentti; en segunda ronda en Viña del Mar (David Sánchez), en cuartos de final de Indian Wells (Henman) y en cuarta ronda de Miami (Juan Ignacio Chela).
Ahora su futuro se abre aún más y aunque no quiere hablar de París como gran objetivo, en la capital francesa será uno de los grandes aspirantes.