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Lunes, 22 de agosto de 2016

JUDO > PAULA PARETO, PRIMERA MUJER ARGENTINA EN GANAR UNA MEDALLA DE ORO

Pequeña gigante

 Por Fabio Lannutti

Sigue poniéndose colorada cada vez que se lo mencionan. Tras haberse transformado en la primera mujer argentina en subirse a lo más alto del podio en un Juego Olímpico, la judoca Paula Pareto escribió otra de las páginas más felices y gloriosas del deporte nacional con la medalla dorada conseguida en Río 2016. La Peque se coronó campeona olímpica de la división hasta 48 kilogramos, al vencer en la Arena Carioca 2 a la coreana Bokyeong Jeong por un waza-ari. En su camino al oro olímpico, Pareto venció a la rusa Irina Dolgova en octavos de final, a la húngara Eva Csernoviczki en cuartos, a la japonesa Ami Kondo en semifinales y a la mencionada Jeong en el último y emotivo combate.

Nacida el 16 de enero de 1986 en Florida, partido de Vicente López, la niña Paula dividía su tiempo entre la natación y la gimnasia deportiva. Pero a los nueve años pisó el primer tatami y fue amor a primer contacto.

Pareto saltó a la popularidad en los Juegos de Beijing 2008 cuando se alzó con la presea de bronce. Ahora, tras la consagración en Brasil, sólo piensa en tomarse un tiempo de relax. “Es momento de descansar la mente y pensar en disfrutar. Es que todavía no caigo; son cosas que nunca pensé que me iban a pasar”, reconoció la Peque con felicidad.

Fuera del tatami, entre viajes y largas jornadas de entrenamiento, la gigante de 1,50 de estatura tuvo tiempo y constancia para estudiar y graduarse en 2014 de traumatóloga. Ahora apunta a realizar la residencia, sin que ello signifique el retiro deportivo.

La medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 le hizo saber que se podía enfrentar a las mejores de igual a igual, algo que ratificó en Beijing 2008, pero no pudo repetir en Londres 2012. Aunque no perdió la paciencia: desde que fuera eliminada el 27 de noviembre de 2014 en el Grand Prix de Jeju, Corea del Sur, la judoca de 30 años hilvanó una racha de once medallas consecutivas.

El 6 de agosto pasado, consumada la consagración, la Peque corrió a abrazarse con su entrenadora Laura Martinel, quien en toda la competencia lució el mismo saco blanco de finas rayas: “No es que no tenga otro, eh. Es el saco campeón mundial y las cábalas son cábalas”, revela la ex judoca de 52 años. Sobre la Peque, Martinel dice: “Es un roble, inteligente y trabajadora. Puro talento. Logró maestría en su técnica, ninguna la puede tirar. Trabajamos para esto cuatro años. Ella es la mejor, no hay dudas”.

“Sos gigante”, le dedicó Juan Martín del Potro, quien luego obtendría la medalla de plata en tenis. Desde Barcelona también la felicitaba Lionel Messi, campeón olímpico en 2008.

“No sabía que me convertí en la primera mujer en lograr una medalla de oro. Es muy lindo saber que soy un ejemplo a seguir. Espero que todos aquellos que abandonan el deporte para estudiar, dejen de hacerlo y se organicen, porque se puede hacer las dos cosas. Es un gran orgullo representar a un país”, puntualizó la médica de 30 años. Pequeña gigante, valga el oxímoron.

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