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Lunes, 7 de enero de 2002

CONTRATAPA

La vaca sagrada

Guillermo Cañas ganó su primer torneo del 2002, en la India, quedó segundo en la Carrera de los Campeones y 14º en el ranking de la ATP, y se lo dedicó “a la Argentina y a toda su gente”.

Empezar el año así es increíble. Dedico esta victoria a mi país, y a toda su gente, porque las cosas no van muy bien allí, así que lo hice por la Argentina.” Guillermo Cañas, la nueva vaca sagrada de la India, ganó su primer torneo del 2002, su segundo título en el tenis profesional, y se trepó al segundo lugar de la Carrera de los Campeones de la ATP, detrás del marroquí Younes El Aynaoaoui, que el sábado ganó el torneo de Doha, en Qatar. En la final del torneo de tenis de Chennai, en el que fue preclasificado como primera cabeza de serie, Cañas venció 6-4, 7-6 (7-2) al tailandés Paradorn Srichaphan, en una hora y 50 minutos de juego.
Cañas, de 24 años, jugó en el primer torneo de la temporada 2002 un juego muy sólido, el mismo que le permitió acabar el año pasado en el puesto 14º de la Carrera de Campeones y en el 15º del ranking de la ATP. “Sólo intenté salir a jugar”, aseguró. Este fue el segundo título ATP del argentino, después del logrado en Casablanca, en abril último. Cañas cosechó 35 puntos para la Carrera de Campeones y embolsó un cheque por 51.500 dólares. Mañana aparecerá 14º en el ranking mundial, a sólo 20 puntos del 13º, el suizo Roger Federer, y no defenderá una gran cantidad de puntos ya que, en los próximos tres meses, deberá revalidar la segunda vuelta del Abierto de Australia, los cuartos de final en la Copa AT&T y, lo más sustancioso, las semifinales en Acapulco, México.
El tailandés (112º de la ATP) había entrado al cuadro del torneo en el último minuto tras el retiro del español Sergi Bruguera, afectado por una infección viral, y dejó en el camino al bielorruso Max Mirnyi (quinto cabeza de serie), al sueco Thomas Johansson (2º) en cuartos de final y al rumano Andrei Pavel (4º) en semifinales.
Pero Cañas probó ser un hueso muy duro de roer. A pesar de que el resultado fue muy ajustado en ambos sets, el argentino tomó la ventaja al quebrar el servicio del tailandés en el primer game. Paradorn, quien volvió a perder su servicio en el quinto juego, devolvió la gentileza en el octavo, pero fue muy tarde para poder impedir que Cañas ganara el primer set, en 48 minutos.
Ambos mantuvieron el servicio en el segundo set, forzando el decisivo tie-break. La experiencia de Cañas hizo el resto: el argentino tomó el control y se impuso sin mayores problemas.
“Ambos jugamos muy buen tenis en el segundo set, pero él cometió algunos errores, también en el tie-break. Srichaphan jugó varios partidos duros durante esta semana; pero yo también jugué duro y muy bien –señaló el argentino–. Es hermoso haber ganado mi segundo título, lo que me da mucha confianza para el Abierto de Australia”, que comienza la semana próxima.
“Pensé que podía hacerlo por la gente de mi país porque las condiciones económicas en casa no son buenas y esto hará que mi familia y mis compatriotas se sientan por un momento contentos en estos tiempos tan duros”, agregó el argentino.
Esta fue sólo la tercera vez en siete ediciones del Open de India –y la primera desde que el australiano Patrick Rafter ganara aquí en 1998– que un cabeza de serie número uno se adjudica el título.
“Me sentí como si estuviera en casa durante toda la semana –aceptó luego Cañas–. Los espectadores dieron mucho apoyo y la hospitalidad de todos fue estupenda. Me gusta pelear cada punto y esto me ayudó a imponerme en la final.” El primer paso del tenista de Tapiales para convertirse en un top-ten en lo mucho que queda del 2002.
“Quiero intentarlo y llegar a ser el mejor jugador este año y para ello necesito mejorar mi juego en todos sus facetas, pero ahora me siento muy bien. Los dos meses de práctica que tuve en casa al final del año me han ayudado”, declaró.
Cañas demostró, sobre cancha rápida, que es un jugador que se desenvuelve en cualquier tipo de superficie. En el 2001 se adjudicó el primer torneo de su carrera en Casablanca, sobre polvo de ladrillo, cuando era 130º en el ranking ATP, además de disputar las finales de ‘s-Hertogenbosch, sobre césped; Stuttgart, sobre polvo nuevamente, y Viena,en supreme bajo techo. Hacía diez años y dos meses que un tenista argentino no se imponía en un certamen de ATP sobre cemento. El último fue Christian Miniussi, en San Pablo, a finales de 1991.
“Cañas me atacó por la derecha desde el principio y me estuvo presionando todo el tiempo, haciéndome correr de un lado a otro. Yo empecé un poco lento, y él jugó muy bien. Además me sentí un poco cansado, sobre todo al principio”, explicó Srichaphan.
Pero la Argentina se perdió la oportunidad magnífica de ganar dos títulos en el mismo día, cuando Martín Vassallo Argüello abandonó la final del Challenger de San Pablo, en el segundo set. El canadiense Frederic Niemeyer había ganado el primer set 7-6 (8-6) y Vassallo se quedó con el primer game del segundo parcial, pero una lesión en el brazo derecho lo obligó a desertar, ante un sorprendido rival, que dijo no tener “ninguna convicción de ganar el torneo”, ya que consideraba al argentino como amplio favorito. Sin ocultar su decepción, Vassallo dijo que estaba “muy triste por no poder terminar el partido”, y añadió que intentó seguir hasta donde le fue posible, “pero el dolor fue aumentando y no pude continuar más”.

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