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Lunes, 8 de agosto de 2005

Casi, casi, el más rápido del mundo

Medalla de oro en Atenas, Justin Gatlin revalidó su título en los 100 metros llanos, ganando la prueba en el Mundial de Helsinki. Pero estuvo ausente, por lesión, el recordman Asafa Powell. “Si hubiera corrido, la carrera podría haber sido más veloz”, admitió Gatlin, que marcó 9s88, once centésimas más lento que el record mundial.

 Por Pablo San Roman
Desde Helsinki

Como Carl Lewis, Donovan Bailey y Maurice Greene, el estadounidense Justin Gatlin entró en la leyenda del atletismo mundial al haber conquistado la prueba reina del atletismo, los 100 metros planos, en el Mundial de Helsinki, sumándole a su medalla de oro olímpica, lograda en los Juegos de Atenas, el año pasado, este título del mundo.
Gatlin, que era el favorito tras la ausencia por lesión del plusmarquista mundial, el jamaicano Asafa Powell, sacó una clara ventaja a sus rivales, después de una largada un poco lenta, y marcó 9s88, su mejor registro de la temporada.
Las medallas de plata y bronce fueron, respectivamente, para el jamaicano Michael Frater (10.05) y el anterior campeón mundial, Kim Collins, de Saint Kitts y Nevis, que hizo el mismo tiempo que el segundo (10.05). Para Collins ésta era la tercera medalla consecutiva en un Mundial, después de haberse llevado el bronce en Edmonton 2001 y el oro en París 2003. El portugués de origen nigeriano, Francis Obikwelu, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas, detrás de Gatlin, se tuvo que conformar con un registro de 10s07 y el cuarto puesto.
El estadounidense Leonard Scott tuvo una buena salida y lideró la carrera durante buena parte de la misma, pero el musculoso norteamericano fue pronto superado por los tres medallistas y acabó en el sexto lugar.
Gatlin, que en el 2005 se convirtió en el primer hombre en 20 años en ganar las pruebas de 100 y 200 metros del Campeonato de Estados Unidos, estaba eufórico. “Me siento demasiado bien, después de haber añadido mi título mundial al oro olímpico. Es la mejor de las sensaciones que uno puede sentir –dijo Gatlin–. Sé que mucha gente me daba como favorito, pero aun así tenía que correr y cumplir esas expectativas”, señaló.
El campeón admitió que si hubiera estado presente Asafa Powell en la carrera, los registros habrían sido incluso mejores. “Si Asafa hubiera corrido, la carrera podría haber sido más rápida. Con él, habría dado lo mejor de mí –indicó–. Estaba consciente de mi buena forma y de que podía haber logrado cualquier cosa”, añadió.
Poco antes, en las semifinales, Gatlin había avisado a sus rivales de sus posibilidades, siendo el único en bajar de los diez segundos. Sin embargo, Estados Unidos falló, ya que Scott fue sexto y Shawn Crawford, campeón olímpico de 200 metros, terminó en octava y última posición. “Di todo lo que tenía dentro de mí”, afirmó Crawford, que se quejaba de una inflamación en un pie.
Gatlin aseguró que será muy pronto también “el hombre más rápido del mundo”, convencido de que puede batir el record mundial de Powell. “Soy el campeón olímpico y el campeón mundial, pero quiero que Justin Gatlin sea el campeón de todo. Allá donde haya una medalla de oro, quiero ganarla”, declaró tras su victoria.
“Hubiera sido bonito que en la carrera hubieran estado Maurice Greene, Shawn Crawford y Asafa Powell. Todos ellos son grandes competidores, justamente lo que yo estoy buscando”, señaló.
El neoyorquino Gatlin, un semidesconocido hasta que ganó el oro en Atenas, puede dormir tranquilo porque ya entró en la leyenda de la velocidad, con su doblete de título mundial y oro olímpico, aunque Powell lo despertará probablemente de su sueño cuando se recupere de su lesión.

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