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Lunes, 2 de septiembre de 2002

OPINION

Chacón, otra oportunidad

Por Daniel Guiñazu

La primera buena noticia es el peso. Que a 49 días de su pelea ante el escocés Scott Harrison por la unificación del título mundial de los plumas de la OMB, Pablo Chacón registre 58,950 kg y esté apenas a 1,8 kilo del límite de la categoría (57,152 kg) da la pauta de que el mendocino por fin se ha decidido a recorrer el sendero de la responsabilidad. Ha habido cambios en él en los últimos tiempos y todos han sido positivos: Chacón está radicado en Córdoba, se entrena en el gimnasio Corral de Palos bajo la mirada de Carlos Tello (el técnico de otro campeón del mundo, Omar Narváez) y un nutricionista diseña su dieta, evitando que se desborde por el lado de los helados, las gaseosas y los asados en continuado. Está en forma Chacón, está haciendo bien las cosas y se le nota.
La otra buena noticia es el regreso. Volvió Chacón después de más de siete meses de inactividad. Y todo está como entonces. El talento y la calidad están intactos y sustentados, además, por una condición física superior. Era arriesgada la apuesta. El salteño Víctor Hugo Paz es un consumado profesional de la supervivencia. Y aunque perdió 10 de sus últimas 11 peleas, le sobran oficio y escuela como para complicar a cualquiera. Frente a Paz, Chacón podía estar en problemas. Pero nada de eso sucedió. Y sobre el ring del estadio de la Asociación Mendocina de Boxeo, de local y ante su gente, Chacón dictó cátedra de boxeo.
De a ratos, fue un deleite el mendocino. Manejó la distancia con la habitual movilidad de sus piernas para entrar y salir. Sorprendió a Paz con sus partidas de derecha. Y con la izquierda bordó un poema. Chacón tiró su zurda en cross y en gancho. Y con esa mano, le pintó la cara al atribulado Paz y le provocó dos caídas, en el 5º y el 7º round, después de aplicar sendos zurdazos a los planos bajos que tomaron mal parado al salteño. Chacón hizo lo que quiso, llenó el ring con la sapiencia de su boxeo rico en técnica y en vigor, y ganó todos los rounds. Pudo haber noqueado. Pero prefirió completar 10 asaltos a toda orquesta a la excitación que hubiera provocado una victoria por toda la cuenta.
Después de tantos años desaprovechados, da la impresión de que Chacón, por fin, parece haber recapacitado. Ha hecho su autocrítica, ha dejado de lado la displicencia y ahora tiene que crecer. Algo quedó en claro después de un triunfo tan brillante: si quiere, Chacón puede. Barrera, Erik Morales y Hamed, los grandes plumas del momento, continúan en su camino y bien puesto, Chacón no es menos que ninguno de ellos. A los 27 años, sigue teniendo el tiempo de su lado. Sería un pecado que vuelva a desaprovecharlo.

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