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Lunes, 15 de diciembre de 2008

DE JUGAR BUEN FUTBOL, DE HACER MACANAS, DE CONFUNDIR A SU GENTE

Boca, una verdadera máquina

Un golazo de Riquelme y dos de Figueroa habían marcado el 3 a 0 antes de la media hora. Colón parecía pintado y estaba dado todo para la fiesta boquense. Pero llegaron a la red Torres y Valdemarín y Boca sufrió demasiado.

 Por Juan José Panno

Boca, el del segundo tiempo contra River, el del primer tiempo contra San Lorenzo, el que remontó once escalones para llegar a la punta cuando ya se lo daba fuera de carrera, ese Boca jugó media hora fenomenal contra Colón, metió tres goles, y enloqueció a la multitud que llenó la Bombonera. Ese Boca es un serio candidato al título.

Boca, el que salió dormido y cayó ante Tigre, el que perdió contra Estudiantes y Vélez en la Bombonera, el que fue vapuleado por Godoy Cruz en Mendoza, el que pidió la hora contra Racing, ese Boca se comió dos goles de Colón en 10 minutos, se descontroló con la posibilidad de que le empataran y le puso el corazón en la garganta al hincha. Ese Boca no tiene ninguna posibilidad de ganar el triangular que se le viene.

Las luces coloreadas de azul y oro estuvieron encendidas a pleno desde el arranque del partido y hasta casi el final del primer tiempo.

El equipo salió enchufado, con la vista clavada en el arco de Pozo, girando en torno de Riquelme, que se manejaba con soltura en tres cuartos de cancha. Sin mosquearse por un peligroso tiro de Ramírez en el arranque, el equipo presionó muy bien en el medio, buscó diferentes vías de acceso y capitalizó los errores de una defensa con fragilidad de cristal.

El primer gol llegó a los 10 minutos y tuvo como protagonista a Luciano Figueroa (gran zurdazo cruzado) bien secundados por Riquelme (toque exacto hacia la derecha) y Vargas (centro medido para la llegada del goleador). Tres minutos después, en una jugada de papi-fútbol, con participación de Battaglia, Viatri, Datolo y Riquelme, el 10 de Boca picó tan suave como magistralmente la pelota sobre la salida de Pozo. Golazo, pero con una duda: ¿no estaba en off-side Riquelme? A los 27, Datolo mandó un centro desde la izquierda, Pozo no pudo retener y Figueroa se llevó la pelota por delante a medio metro de la línea.

En lo que siguió hasta el final de la etapa hubo otras cuatro llegadas con olor a gol de Boca. Tanta era la superioridad que se especulaba con la posibilidad de que Ischia sacara a Battaglia, Vargas o Riquelme (todos con cuatro amarillas). Nadie imaginaba lo que se iba a venir. Ni siquiera cuando García salió mal, cabeceó Valdemarín, la pelota dio en el palo y en el rebote Nicolás Torres clavó un remate cruzado. Parecía una curiosidad dentro de un partido absolutamente desigual, pero fue mucho más que eso. La importancia de aquel gol se empezó e entender en el arranque del segundo tiempo, cuando Valdemarín metió un cabezazo en el travesaño, y a los 8m de esa segunda etapa, cuando Javier García quiso bajar con una mano un centro fácil y le obsequió el gol al 9 de Colón. Con el 3-2 todos recordaron el campeonato que perdió increíblemente Boca con Estudiantes en el 2006 y mucho más cuando la pelota rondó tres o cuatro veces peligrosamente el arco de Casa Amarilla. Boca entendió que en lugar de proteger el balón a había que buscar casi con desesperación el cuarto gol y estuvo muy cerca en varias llegadas entre las que se debe incluir un toque de Datolo a la red inhabilitado por el línea (¿estaba en off-side?).

En ese intenso ida y vuelta pudo pasar de todo. Todo, significa que Colón pudo empatarlo y por eso los hinchas de Boca celebraron tanto. Y todo significa que los boquenses van a esperar el triangular con más cautela que optimismo. Es lo más razonable.

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Riquelme la empuja para anotar el segundo tanto de Boca, un golazo.
Imagen: Alejandro Leiva
 
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