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Lunes, 24 de enero de 2011

EN MEDIO DE ACUSACIONES, EL CICLISTA ANUNCIó SU RETIRO

Armstrong se baja de la bicicleta

El estadounidense Lance Armstrong puso fin en el Tour Down Under de Australia a su carrera internacional marcada por grandes éxitos, como sus siete victorias en el Tour de Francia entre 1999 y 2005, pero también por las continuas sospechas de doping. A los 39 años, el ciclista de Texas ya avisó que la prueba australiana sería la última a nivel internacional.

“Me voy sabiendo que di lo mejor de mí mismo y sin necesidad de que me pongan una placa o de que me erijan una estatua”, afirmó antes del Down Under. Su actividad podría continuar con algunas carreras en Estados Unidos o en pruebas de bicicleta de montaña y triatlón. “Si gané siete veces el Tour de Francia creo que fue gracias a un enfoque distinto de nuestro deporte. Revolucionamos la manera de entrenar, la fuerza mental de un equipo, la manera de preparar las carreras y de disputarlas, así como la manera de vender el deporte”, explicó el corredor.

Campeón del mundo en 1993, Armstrong marcó la historia del ciclismo con sus siete victorias seguidas en la ronda gala, poco después de haberse retirado un tiempo para tratarse un cáncer en los testículos. Durante siete años dominó por completo a sus rivales, como el alemán Jan Ullrich, quien reconoció más tarde haberse dopado, antes de retirarse en 2005. Ya en 2009 decidió volver a la competición aunque sus resultados fueron menos importantes, con un tercer lugar en el Tour francés de ese año, que ganó su compañero de equipo en el Astana, el español Alberto Contador, y el lugar número 23 un año después.

Con su vuelta al primer plano del ciclismo, volvieron a surgir las acusaciones de doping, que el corredor siempre desmintió, sobre todo las de Floyd Landis, ganador el Tour 2006 (un título que perdió luego tras un control antidoping positivo) y que fue su compañero de equipo en el equipo US Postal 2001 y 2004. Las revelaciones de Landis, quien asegura que vio a Armstrong doparse “en varias ocasiones”, convencieron finalmente a las autoridades de Estados Unidos de abrir una investigación federal, que sigue su curso.

Varios testigos comparecieron, a puertas cerradas, ante un jurado de Los Angeles y, en caso de que haya indicios suficientes, la Justicia podría inculpar a Armstrong por fraude en una empresa pública porque el equipo US Postal, de los correos de EE.UU., estaba financiado con dinero público. Esta semana, el semanario Sports Illustrated reveló nuevas acusaciones de doping en los años ’90, cuando corría para la formación Motorola. Su ex compañero de equipo Stephen Swart lo acusa de ser el “instigador” de un sistema de doping organizado.

Pero Armstrong sigue negándolo todo y esta semana en Adelaida, donde se disputaba el Tour Down Under, afirmó que no tenía “nada que decir” y que no estaba preocupado en absoluto. A pesar de las sospechas, Armstrong sigue siendo un ídolo para sus millones de fans y aparece con frecuencia en las revistas del corazón, como en el pasado mes de octubre, cuando nació su quinto hijo.

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Armstrong negó siempre las acusaciones de doping.
Imagen: AFP
 
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