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Lunes, 31 de marzo de 2003

LAS DIOSAS RUBIAS QUE SE REPARTEN LA ATENCION DE LOS FANATICOS DEL CIRCUITO FEMENINO DEL TENIS

Kournikova - Hantuchova

La bella Anna, que alguna vez llegó a las semifinales de Wimbledon, cuando sabía jugar, perdió la voluntad de mantenerse en el circuito, aunque todavía no ha ganado un solo título oficial. La atractiva Daniela, en cambio, ya ganó un Masters Series, es una top-ten, y prefiere cultivar un perfil bajo más acorde con el rendimiento deportivo. Lo que aún se sigue discutiendo es más banal: ¿cuál es la más bonita?

KOURNIKOVA
Ya no tiene más ganas de jugar

Por Sebastian Fest
Desde Key Biscayne

Qué le pasa a Anna Kournikova? El misterio que rodea a la tenista rusa crece mes a mes, y nadie en el circuito acierta a descifrar el enigma. Sigue siendo bella, hiperfotografiada y comercializada como ninguna otra deportista en la historia. Pero en sus inicios Kournikova fue sobre todo una gran promesa del tenis, una niña que maravillaba con su juego a los 14 años, y que con 16 llegó a las semifinales de Wimbledon y al octavo puesto del ranking mundial. Kournikova sabía jugar al tenis. Tenía talento, técnica y físico. Hoy, con 22 años, todo parece haber desaparecido.
Se habla de ella por su supuesto divorcio tras un fugaz matrimonio, por su noviazgo con el cantante español Enrique Iglesias, por el parche que oculta un tatuaje en el final de su espalda y por infinidad de temas más. Cuando se habla de tenis, en cambio, el tono es casi de burla.
“¡Ya no sabe sacar!”, se asombra una ex tenista de primer nivel que prefiere no dar su nombre. “Antes lo hacía muy bien. Es un misterio lo que le pasa. Sabe jugar, porque lo demostró en su momento, pero está bloqueada, su tenis involuciona. Su problema es mental, el tenis ya no es su prioridad”, asegura.
El ruso Marat Safin tampoco tiene explicaciones. “Yo que sé lo que le pasa... No puedo dar opinión de mujeres porque son diferentes filosofías y nadie las puede entender –dice el top-ten–. Tiene su vista en el tenis, pero también gana mucho dinero en publicidad... No sé, no sé lo que le pasa, porque juega muy bien, pero está un poco perdida”, agrega el ex número uno del mundo, que pese a compartir nacionalidad con Kournikova apenas se relaciona con ella. “Aunque seamos rusos, no hablamos. Ella vive aquí, en Estados Unidos”, explica.
Kournikova, 66ª del ranking mundial, cayó en la primera ronda ante la rusa Dinara Safina, de 16 años y hermana de Safin. Se trataba del primer partido de la rusa en dos meses, afectada por una lesión en la espalda tras el Abierto de Australia.
En esos dos meses fue noticia por la confesión del ruso Sergei Fedorov, jugador de los Detroit Red Wings de la liga estadounidense de hockey sobre hielo (NHL). Fedorov y Kournikova fueron novios durante un tiempo, pero el ruso se destapó hace un par de semanas diciendo que ambos estuvieron casados durante un breve lapso para divorciarse después, algo que se rumoreaba desde hace tiempo.
“Si hay gente que quiere hablar de su vida personal, ésa es su elección. No es algo de lo que quiera hablar”, dijo cortante Kournikova tras su derrota ante Safina.
Fedorov no tardó en responderle. “Me guardé el secreto, no sé cómo, pero me lo guardé. Al menos la gente ahora se ríe, eso es bueno. No me importa si es público o privado, si ella quiere mantenerlo así, por mi parte no hay problema.”
La ex tenista consultada, que cree en el fugaz matrimonio de Kournikova –”se la vio con anillos durante un tiempo”–, destaca otro problema de Kournikova: “Anna tiene mucha presión, y casi no tiene amigas en el circuito. Está muy aislada. Su única amiga era Martina Hingis, pero se retiró. Además, creo que tiene problemas con sus padres”.
Alla, la madre de Kournikova –entrenadora en sus inicios– es “asidua compradora de la tienda Chanel en Bal Harbour”, el centro comercial más exclusivo de Miami, asegura un fotógrafo que persigue día y noche a la pareja Kournikova-Iglesias, cuyo romance se inició durante el rodaje del videoclip del tema “Escape” en Los Angeles.
Iglesias se construyó ya hace más de un año una casa al lado de la de la tenista en Sunset Island, una de las islas para millonarios que salpican el mar en Miami. “Son adictos al sushi, se los ve en cualquier restaurante japonés que exista en Miami. Van mucho al Sohi-Sushi y frecuentan también el China Grill. Ya no se ocultan como antes”, agrega el fotógrafo. “Pasan las tardes en una lancha rápida en Key Biscayne y pasean en la camionetaCadillac negra que Fedorov le regaló a Anna. Antes del partido que jugó la semana pasada, Anna fue al estacionamiento a esperar la llegada de Enrique. Están muy enamorados”, asegura.
Ni siquiera la propia Kournikova acierta a responder qué le sucede, aunque tras su derrota ante Safina dejó claro que ella también busca una respuesta. “Cuando eres joven, juegas sin pensarlo dos veces. Es lo que se supone que debes hacer. Pero ahora, con los años, me pregunto: ‘¿Qué hago acá?’. ‘¿Realmente quiero hacer esto?’. Está todo en mi cabeza... Es raro.”


HANTUCHOVA
Bonita como la rusa, y además gana

Por A.D.B.

Si el tenis femenino continúa encontrando alhajas, la joya del siglo XXI se llama Daniela Hantuchova, una belleza eslovaca de 19 años. Tras la aparición fulgurante de la rusa Anna Kournikova, seis años atrás, ahora Daniela le disputa el trono de las más bonita del ranking mundial. La gran diferencia radica en que quien es ya la octava jugadora del ranking femenino consiguió lo que le ha resultado esquivo a la rusa: un título profesional de la WTA. Habrá que ver cómo se consolida el futuro de la joven, que intentará destronar el dominio que hoy ejercen las estadounidenses Serena y Venus Williams. La eslovaca tendrá una tarea nada sencilla, debido a que las morenas continúan sacándole más diferencia al resto.
Hantuchova nació en la ciudad de Poprad, el 23 de abril de 1983. Como comenzó a jugar en forma profesional en 1999, su vertiginoso ascenso hizo que, con tres años en el circuito de la WTA, ya ganara su primer certamen en single: la joven se adjudicó el Abierto de Indian Wells del año pasado. Precisamente, Kournikova todavía no pudo alcanzar eso tan deseado, pero ella lleva más de un lustro en el listado femenino.
Las comparaciones que hacen entre estas dos “modelos” del tenis son permanentes. Mientras la rusa adquirió un perfil sumamente elevado, donde sus distintos romances ganaron más espacio que sus resultados, Hantuchova prefiere no mostrarse demasiado afuera de los courts, y se refugia con la compañía de su familia en cada lugar que le toca visitar. Entre esos aspectos, la rusa generó una de sus últimas polémicas con un videoclip grabado junto a su novio, el cantante español Enrique Iglesias, donde se ven escenas de alto tono erótico. Por el momento, a la eslovaca no se le conocen romances, y muy pocos consiguen precisiones sobre su vida personal.
La Hantuchova pertenece a una familia con una sólida posición económica, y sus padres están muy lejos de los escándalos que provocaron, por ejemplo, los progenitores de otras promesas como Jelena Dokic, Mirjana Lucic, Alexandra Stevenson y la propia Martina Hingis. Entre abandonos, problemas con el alcohol y amenazas, se destacan las peleas que ha mantenido el padre de Dokic con los encargados de seguridad de los torneos, bajo efectos de alguna bebida; y el tardío reconocimiento que hizo el papá de Stevenson, el mítico ex basquetbolista de la NBA Julius Erving, quien aceptó que era su hija cuando ésta llegó a las semifinales de Wimbledon, y acababa de cumplir 18 años.
Ese punto a favor distingue a Hantuchova. La que no se despega nunca de ella es su madre Marianna, una bioquímica que la acompaña a todos los torneos. Su padre, Igor Hantuch, también tiene un título profesional ya que se recibió de analista de sistemas, y actualmente es profesor en la Universidad Tecnológica Eslovaca, en Bratislava. Además, su hermano Igor es estudiante universitario. Ellos, que juegan al tenis con suma continuidad, aportan lo suyo para que Daniela pueda destacarse, en un medio en el que las mujeres suelen ser un punto donde radican varios conflictos. Fue su abuela paterna, Helena Hantuchova, una ex gran jugadora en Eslovaquia, la que introdujo a Daniela en este deporte.
La formación de esta juvenil la llevó a graduarse en la escuela hace dos años, y a poder hablar, además del eslovaco, lenguas como el inglés y el alemán. Cuando su tiempo se lo permite, a Daniela le gusta practicar sky, jugar al básquet y patinar sobre hielo. Sus hobbies elegidos son tocar el piano y escuchar música, y su ciudad favorita es la histórica Roma. Con 19 años ya se ganó un lugar entre las más asediadas por los admiradores, y cuenta con más de 50 clubes de fans por todo el mundo. Eso provocó que uno de sus seguidores decidiera abrir un local de comida en Japón con el nombre de la eslovaca.
Entre sus espejos tenísticos, la mayor admiración de Daniela se centró en Miroslav Mecir, el checo que fue un gran animador del ranking de laATP, donde se ubicó por un largo tiempo entre los cinco mejores jugadores del mundo.
“Definitivamente me siento una favorita del público, y eso me da mucho entusiasmo para seguir adelante”, dijo Hantuchova, después de vencer a Dokic en un enfrentamiento en el césped de Wimbledon. Ese favoritismo seguramente hará que esta nueva “niña” prodigio pueda seguir escalando para llegar a la cima. Hasta el momento, en muy poco tiempo ha logrado bastante.

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