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Lunes, 28 de abril de 2003

La camiseta merengue se tiene que transpirar

La posible llegada de David Beckham al Real Madrid es una operación magníficamente ideada por el presidente Florentino Pérez para situar a su club como el más popular del mundo. En este caso, la fama del Spice Boy y el merchandising que se genera alrededor de su figura influye mucho más que lo que el rubio pueda producir adentro del terreno de juego.

Por Sebastian Fest
Desde Madrid

En la camiseta parece estar la clave: que David Beckham se la quitara en la noche del miércoles en Old Trafford marcó para muchos su adiós al Manchester United, y que el rubio inglés venda de ellas más que ningún otro jugador en Asia es lo que lo catapultaría al Real Madrid. Hace pocas semanas el Real Madrid recibió un informe preocupante. No era sobre el juego del equipo, sino sobre la marcha de la venta de camisetas en Asia, donde estrellas como Raúl, Figo, Zidane y el propio Ronaldo estaban muy por debajo de Beckham. La popularidad del Manchester United es imbatible en Asia, y más allá de los lazos históricos del continente con los británicos, en eso mucho tiene que ver Beckham.
La situación fue resumida hace pocas semanas con sencillez por la página especializada en fútbol Soccernet: “Beckham no es tan bueno como Figo, pero vende más camisetas”. Y la obsesión de Florentino Pérez desde que llegó en julio de 2000 a la presidencia es una sola: convertir a su club en el más popular del mundo, algo que en buena parte se mide por la venta de camisetas. El Real Madrid dejaría así de ser un equipo de fútbol para transformarse en una plataforma de negocios de todo tipo. Para eso necesita conquistar Asia. Si lo logra, el éxito será doble: controlaría el continente más poblado y de mayor crecimiento económico, y quebraría al mismo tiempo a su máximo rival en su área más fuerte. Y ni pensar en cuántas camisetas del Real Madrid comprarían en Inglaterra los “fans” de Beckham...
“Quiero dar un golpe por temporada”, dijo Pérez más de una vez. Y los “golpes” en el mercado futbolístico tienen para el presidente del Real Madrid dos coordenadas: la geografía y los mercados potenciales. “Ya tengo un francés (Zidane), brasileños (Ronaldo y Roberto Carlos, entre otros), un portugués (Figo)...”, enumera cuando analiza su elenco de estrellas. Tiene también al mejor español –Raúl–, no se motiva nada con la calidad que puedan aportar los argentinos –no son mercado–, mira de reojo la posibilidad de un alemán y está muy alerta a la aparición de un japonés —o, incluso mejor, un chino– para seguir cubriendo de camisetas blancas los principales mercados mundiales.
Mientras el pase se define –algo para lo que habrá que esperar varias semanas–, los medios españoles y británicos analizan todas las aristas de la operación. “Viene Beckham”, tituló Marca. “Beckham fuera”, coincide unánimemente la prensa inglesa. El mes pasado Beckham preguntó a su compañero Ricardo por colegios ingleses en Madrid para sus hijos, según admitió el propio arquero español. Marca ofreció además una revelación con una fuente inesperada: la supermodelo Naomi Campbell. “David va a jugar en Madrid el año que viene, y en mayo iremos a España para buscar una casa”, dice Campbell que le dijo por teléfono su amiga Victoria, esposa de Beckham y ex Spice Girl. ¿Y cómo se llega a saber eso? Naomi Campbell, de paso por la capital española, coincidió la semana pasada con varios jugadores del Real Madrid, que se relajaban tras el 1-1 en el superclásico ante el Barcelona.
Mientras, ABC dice que “el divorcio de Beckham” con el club y su entrenador, Alex Ferguson, “es un hecho”, y agrega que el capitán de la selección inglesa le dio la orden a su representante, Tony Stephens, de cerrar el fichaje. El diario destaca que la contratación de Beckham no genera en el club la unanimidad de las de Figo, Ronaldo o Zidane. Pero los que están a favor argumentan con contundencia: “Si McManaman puede jugar, cómo no lo va a hacer Beckham”. El Mundo ya dio detalles y números de la operación: Beckham, de 27 años, cobraría “lo mismo que en Old Trafford, más de seis millones de euros netos, y compartiría con el Real Madrid la explotación de sus derechos de imagen a partes iguales”. La prensa inglesa da cifras muy diferentes, que situarían el contrato en la estratosfera. Pero el Real Madrid sabe que cuenta con la “fórmula Ronaldo” para bajaresos números: con paciencia, más el deseo del jugador de recalar en Madrid, el acuerdo terminará más cerca de los números blancos que de los del Manchester.

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