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Lunes, 31 de octubre de 2011

FúTBOL › MéRITOS PROPIOS MáS UNA OPOSICIóN QUE NO EXISTE

Boca es el kirchnerismo

Los números marcan claramente las distancias que separan a Boca del resto. Rafaela quedó a 9 puntos. Si Racing gana hoy, quedará a 8 puntos. No aparece quien pueda frenar la carrera al título de Boca.

 Por Juan José Panno

Boca sube cada vez más y casi no tiene oposición. Los que podrían hacerle sombra, los que podrían hacérsela difícil, trastabillan, se caen, pierden vuelo y Boca circula con piloto automático en el camino de la consolidación.

Los que quieren ver en la lona a Boca le pusieron algunos boletos el sábado a Vélez, pero Vélez, que está en otra cosa y piensa más en la Copa Sudamericana que en el torneo local, defraudó a toda la oposición. Rápidamente los anti-Boca cambiaron de monta y se subieron al caballito de Atlético Rafaela, un equipo que viene de Santa Fe, políticamente correcto, prolijo, ordenadito, pero sin demasiado carisma, ni peso propio (cualquier similitud con Hermes Binner es pura coincidencia). Atlético Rafaela empezó bien su partido contra Boca, produjo las dos primeras llegadas del partido, pareció que iba a pelear de igual a igual, pero se desmembró en la primera de cambio con los dos golpes de nocaut de Nicolás Blandi. A Atlético Rafaela no le dio el pinet y terminó viendo, con impotencia, cómo se le iba de las manos el partido. Eso sí, no recurrió a ningún golpe bajo, mantuvo su línea estoicamente y sobre el final tuvo el premio de un golcito.

Blandi, que hasta hace un tiempo no estaba en los planes de nadie, sorprendió en la semana con dos goles contra Colón (los dos de cabeza) y ratificó ayer la onda goleadora con otros dos tantos (de derecha, ambos). Blandi pertenece a la nueva generación, como Pablo Mouche, que ayer jugó bastante bien, y el debutante Leandro Paredes, que es enganche, atrevido e intentó en la cancha algunos chiches que normalmente le salen bien en los entrenamientos, según aseguran los que ven todas las prácticas. Esos pibes más Gaona Lugo y Araujo son el recambio generacional, la Cámpora.

La figura central, el hombre más emblemático, es Juan Román Riquelme, que sigue lesionado y ayer no jugó. Pero apareció metido en el cuerpo del Pochi Chávez, en un pase preciso, exacto, milimétrico (made in Riquelme, digamos) para Blandi, en la jugada del segundo gol de su equipo.

El equipo tiene aire con los pibes, pero se sostiene con los históricos (Schiavi, Clemente) y con los que llegaron de otros lados y en un principio eran mirados con mucho recelo hasta por los propios compañeros. Pero Agustín Orion, Leandro Somoza y Walter Erviti (vienen a ser los Amado Boudou del equipo) fueron ganándose un lugar, despejando la desconfianza.

Los números de Boca, como los del kirchnerismo, cierran por todos lados. Puntero, invicto, 23 partidos que no pierde, 17 goles a favor, tres en contra, no tiene opositores a la vista. Boca es Cristina y debajo hacen cola Independiente (Alfonsín), San Martín de San Juan (Rodríguez Saá), Banfield (Duhalde) y Estudiantes de La Plata, el último de todos (Carrió).

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Chávez metió un pase a lo Riquelme en el segundo gol y anotó el tercero.
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