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Domingo, 3 de junio de 2007

INTERNET

Te interné

En Internet ya existe un sitio que autogenera rimas y anagramas, un medio lúdico para mentes inquietas y poéticas.

A esta altura del desarrollo tecnológico, en lugar de asombrarnos con las herramientas literarias que están disponibles en Internet (buscadores de todo tipo y tamaño, diccionarios de todos los colores, traductores, enciclopedias on-line, editoriales a la orden, generadores de sinónimos y antónimos y obras digitales) habría que preguntarse, mejor ¿qué falta en el cyberespacio? Bueno, cada vez falta menos y la noticia, entonces, es que desde hace un tiempo dejó de faltar un generador automático de anagramas y rimas. ¿Deberán dejar los viejos manuales de métrica y los gruesos volúmenes de Petrarca, Jorge Manrique, Quevedo y compañía quienes todavía estén interesados en producir poesía clásica? Por lo pronto, la pregunta resulta pertinente toda vez que la página del francés Stéphane Barbery (www.barbery.net), en un inconmensurable bosque de fotografías y fragmentos literarios, humorísticos y filosóficos (con un marcado anclaje en la obra de Raymond Queneau), esconde un generador automático de anagramas, basado en un software inglés y un productor de rimas, lipogramas (juegos de palabras construidos a partir de la elisión de determinada letra) y mots d’esprits: “Por megalomanía bauticé a esta página con mi nombre, es una creación propia, aunque desarrollada gracias al genio informático de Olivier Gillet. La idea inicial fue descomponer las palabras en fonemas, unidades mínimas de sentido, para revelar los significados ocultos de un determinado vocablo o una frase, de manera tanto cómica como filosófica. En otras palabras, buscaba un medio lúdico para explorar el inconsciente de la lengua”, explica el innovador Barbery quien, cuando no está aportando su originalidad al mundo de la red, oficia de psicólogo.

Rima va, rima viene, en el año 2000 se contactó con las editoriales más prestigiosas de Francia, éditions du Seuil y Gallimard, con el objetivo de comercializar su herramienta. Sin embargo, de ese tiempo a esta parte, sólo se topó con negativas: nadie quería financiar su proyecto. Para no quedarse con las manos vacías ni con las rimas perdidas, el psicólogo decidió colgar el programa on-line. Desde entonces, sus generadores automáticos son utilizados diariamente por 2000 internautas. No obstante, ahora, gracias al éxito económico alcanzado por L’elégance du hérisson (Gallimard, La elegancia del erizo, sería la traducción), la última novela de su esposa Muriel Barbery, “voy a poder financiar la segunda versión del generador”. La nueva versión significará, según el propio Barbery, un gran progreso ya que con un mero click, producirá “no sólo rimas y retruécanos a partir de cualquier asociación de palabras, sino también millones de pequeños textos divertidos”.

Barbery no escatima elogios a la hora de valorar su propio sitio: “El interés de esta página es triple: literario, cultural y filosófico ya que, como reveló el lingüista ruso Vladimir Propp, las estructuras básicas de los relatos dicen lo esencial del ser humano”.

Será cuestión, entonces, de rimar y –a propósito de anagramas– mirar.

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