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Domingo, 17 de junio de 2007

ADIEU > RICHARD RORTY (1931-2007)

El filósofo de las orquídeas silvestres

 Por Daniel Kalpokas*

El 8 de junio, a los 75 años, en su casa de California, falleció el filósofo norteamericano Richard Rorty. Había nacido el 4 de octubre de 1931 en Nueva York, en el seno de una familia de periodistas socialistas. Había estudiado en la Universidad de Chicago y se había doctorado en Yale. Fue profesor en las universidades de Princeton, Virginia y Stanford (donde se desempeñó como profesor emérito de Literatura Comparada).

Si bien comenzó su carrera profesional dentro de la línea más tradicional de la filosofía analítica, publicando artículos sobre filosofía de la mente y del lenguaje, en 1979, con la publicación de La filosofía y el espejo de la naturaleza, Rorty ganó fama mundial como crítico radical de la epistemología y de la filosofía analítica. En general, creía que la filosofía analítica había degenerado en una mera escolástica, en un simple juego argumentativo sin conexión alguna con “los problemas del hombre”. Para Rorty, la obsesión –propia de la filosofía tradicional– por hallar representaciones privilegiadas que hicieran las veces de fundamentos del conocimiento tenía su origen en la fascinación moderna por la metáfora de la mente como espejo de la naturaleza. En lugar de esta imagen especular, sugirió la de la filosofía como conversación, que pone de manifiesto el carácter falible e intersubjetivo de toda justificación. Al mismo tiempo, cuestionó la idea según la cual la filosofía es una disciplina autónoma, que tiene el derecho de juzgar al resto de la cultura en virtud de sus credenciales cognitivas. Sostuvo que la filosofía no era más que un género de escritura entre otros, y que, por tanto, debía pensarse en línea de continuidad con la crítica literaria.

En Contingencia, ironía y solidaridad (1989), Rorty desarrolló sus principales puntos de vista sobre teoría política. Allí sostuvo que las modernas sociedades liberales, antes que una fundamentación filosófica, precisaban –para su mantenimiento y desarrollo– una clara distinción entre los ámbitos público y privado. Sugirió que la idea de Mill según la cual los gobiernos deben dedicarse a alcanzar un equilibrio adecuado entre el dejar en paz la vida privada de las personas e impedir el sufrimiento constituía la última revolución conceptual que el pensamiento político de Occidente necesitaba.

Sus reflexiones abarcaron un amplio espectro de temas: epistemología, filosofía del lenguaje, ética, política, literatura, filosofía de la mente e historia de la filosofía. Independientemente de las opiniones que uno pueda tener respecto del contenido filosófico de sus escritos, tres son –a mi juicio– las principales virtudes que Rorty manifestó a lo largo de su producción filosófica: i) su infatigable pretensión de hacer conversar a las tradiciones analítica y continental en filosofía; ii) el interés –característico de todos los grandes filósofos– por las distintas áreas de la filosofía y de la cultura; y iii) la reactualización y divulgación del pragmatismo norteamericano. Respecto de este último punto, en un artículo de 1961 titulado “Pragmatism, categories and language”, Rorty ya había detectado el resurgimiento del pragmatismo desde el seno de la filosofía analítica imperante por aquellos años. Desde los años ochenta, y de manera ininterrumpida, Rorty se dedicó a redescribir el pragmatismo de James y Dewey en sintonía con la filosofía del lenguaje de Quine, Sellars y Davidson, convirtiéndose así en el filósofo pragmatista más destacado después de Dewey y haciendo del pragmatismo una corriente de proyección internacional.

Discutió con los filósofos más importantes de su época con lucidez, respeto y sensibilidad. Irónico, polémico, incomprendido por sus críticos y a veces también por sus seguidores, Rorty deja una vasta obra escrita en una prosa exquisita y numerosas sugerencias provocativas para seguir conversando con él. En su artículo autobiográfico “Trotsky y las orquídeas silvestres”, Rorty aludía a su fascinación juvenil por las orquídeas de Nueva Jersey, que se caracterizaban por ser difíciles de encontrar y conocidas sólo por unos pocos elegidos. El tipo de filósofo que Rorty encarnó tiene algo de sus orquídeas: se trata de una variedad de filósofo difícil de encontrar y conocido realmente por pocos.

*Doctor en Filosofía, autor de Richard Rorty y la superación pragmatista de la epistemología (ediciones del Signo).

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