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Domingo, 29 de agosto de 2010

Tres a quererse

Un triángulo amoroso, un secuestro y un ambiguo aire de comedia romántica en la novela de un joven escritor alemán.

 Por Omar Ramos

Los anticipos sobre un eventual secreto que planean llevar a cabo los protagonistas despiertan en las primeras páginas de Nos quedamos cerca, del alemán Tilman Rammstedt, el interés del lector. No porque un secuestro resulte algo inusual sino por la extravagancia de sus móviles y sus inesperadas consecuencias, que recién se definen en las últimas líneas.

El lenguaje es ligero, con un tono coloquial provisto de un humor que pasa por el absurdo. El que cuenta la historia es Félix, un médico a quien no le gusta ser médico. Refiere los sucesos no necesariamente mediante una ordenación lógica ni cronológica, ya que la información que transmite tiene la presencia de un filtro y por lo tanto está limitada y condicionada a su punto de vista, que en los diálogos se contrapone en ocasiones con Konrad, su interlocutor y cómplice, un simulador que escribe tesinas, ensayos y seminarios para estudiantes ricos y que también odia lo que hace. En medio de ellos está Katharina, quien un día decide romper la relación amorosa que los une a los tres (cinco días de la semana vivía con Konrad, uno con Félix y el otro libre) y decide irse a Hamburgo a estudiar. El corte no los conmociona demasiado, hasta que Félix recibe una carta de Katharina anunciándole su casamiento con un desconocido, un tal Tobías Ottensen. Esta circunstancia dispara una acción entre delirada y lúdica, que resulta poco verosímil, no así la construcción de las personalidades de los protagonistas, frágiles, dubitativas, maleables, diseñadas con coherencia.

Ellos llevan a cabo algunas de las funciones que aparecen en los relatos y que se relacionan entre sí mediante un vínculo de necesidad lógica y estética, cuyo significado varía en el decurso del texto. Esas funciones que se integran en las esferas de la acción ya fueron estudiadas por Vladimir Propp, y una de ellas –la del agresor– que llevan a cabo en esta novela los dos hombres, quienes también podrían ser considerados como antihéroes, los impulsa a intervenir cuando se rompe la situación de equilibrio que los unía. Konrad y Félix aparecen con la intención de restaurar el escenario perdido. Se enfrentan con dificultades, las superan, luego dudan, uno de ellos desiste y es entonces cuando Katharina, sorpresivamente, cambia el curso de los acontecimientos.

Konrad y Félix saben que algo tenía que cambiar en Katharina, en ellos, o en el mundo, pero no saben qué, no tienen ninguna respuesta, están perdidos en sus recuerdos y naufragan tras la recuperación de un sentimiento no convencional. “¿A dónde es que queremos ir? Podríamos enrolarnos como ayudantes de cosechas. Podríamos hacernos adictos al juego, podríamos tatuarnos el nombre de los otros en el brazo. Tal vez no encuentro nada porque no quiero encontrar nada.”

Tilman Rammstedt estudió filosofía y literatura en Edimburgo y Berlín, y Nos quedamos cerca fue publicada en Alemania en el 2005 y ahora aquí con traducción de Ariel Magnus. Este texto de Rammstedt puede interpretarse como una desaforada pero ingeniosa metáfora cuyas aristas freudianas expresan un amor entre tres. Pero también, ahondando en esa capa de lectura psicoanalítica, podríamos preguntarnos las razones ocultas, nunca explicitadas en el texto, por las cuales dos hombres necesitan mantener un vínculo con la misma mujer sin prescindir de sí mismos. Y es precisamente en esa delgada franja de ambigüedad y escritura no rotunda donde esta novela logra sus mejores momentos, así como también en los diálogos donde los protagonistas conforman un contrapunto acertado e intenso.

En otros pasajes, la acción se diluye en digresiones donde abundan los ripios y se pierde la sustancia narrativa. Es ahí donde la condensación hubiera moldeado un texto más rico en tensión e intensidad. A pesar de ello la novela cautiva con una acción que oscila entre lo fantástico y lo policial con una doble tuerca en un sorpresivo final que le da coherencia al triángulo amoroso.

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Nos quedamos cerca. Tilman Rammstedt Eterna cadencia 218 páginas
 
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