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Domingo, 26 de febrero de 2012

Desde el centro oculto

Con Trabajo nocturno, la Universidad Nacional del Litoral publica la obra completa del poeta santafesino Juan Manuel Inchauspe quien, fallecido en 1991, empieza a ser redescubierto por nuevas generaciones de colegas y lectores. Inchauspe llevó una vida difícil y errante que encontró en el lenguaje un centro donde anclar la experiencia de la existencia y reflexionar acerca de su propio oficio de escritor.

 Por Irupe Tentorio

“Estar un poco con uno mismo/ dijiste/ sí, alejado del estruendo y las inútiles utilidades/ de cada día/ Sustraído por un momento/ secreto y luminoso/ a ese orden que siempre toma más de lo que da.”

En estos versos, está la vida del poeta santafesino Juan Manuel Inchauspe (1940-1991). Su búsqueda por la palabra no solamente era su deseo primordial sino que también fue necesaria para poder sostenerse en su temperamento abismal. Abrazó, en sus poemas, y sobre todo en los últimos, la justeza del tono, la gravedad y la sencillez de las palabras. Inchauspe fue un poeta que jugó con la imagen del poeta. En sus versos, parece destruir y destruirse, pero esto no significa que su testimonio poético no haya sido escrito bajo el manto del amor, la hondura y la sencillez. Inchauspe fue un convencido de que la poesía supone un método de conocimiento y también una manera de vivir. Supo que la palabra es experiencia y decantación, esa sensibilidad para ver lo que está al alcance de todos pero pocos pueden apreciar.

La vida de Manuel fue breve al igual que su obra y lamentablemente terminó siendo un vagabundo más de la ciudad de Santa Fe. Su hijo Federico dice que se dejó morir, que el alcohol, que el abandono del amor, que el sistema lo dejaron “solo de toda soledad”. Pero también es necesario decir que, sin esa impronta, todo su Trabajo nocturno (así se llama su obra completa editada por la Universidad Nacional del Litoral y además ésa fue su hora elegida para escribir sus poemas) no nos hubiera hecho conocer las diversas reflexiones sobre la poesía misma. No le interesó ser parte de un clan mimado del litoral, no hizo alarde en sus poemas con referencias de lo que sabía: su sabiduría y sus gustos literarios se notaban en los cortes de sus versos, sus descripciones sobre sus emociones, el sentido de lo que para él era la vida, se nota en casi toda su poesía. Tampoco plasmó la historia de los años horrorosos que le tocó atravesar durante la dictadura militar que marcó a la mayoría de los argentinos. Salvo en el poema “Los Tuyos” donde se lee una mínima referencia: “Has llorado, en secreto, a los tuyos./ Lenta, inexorablemente, lo has visto partir./ Alejarse para siempre”.

Trabajo nocturno. Juan Manuel Inchauspe Universidad Nacional del Litoral 316 páginas

Inchauspe se desventuró, acercándose a la divinidad que perece, en el doble sentido, aquella que vemos irse ante nosotros y que a la vez nos iremos a donde ella ya no está. El supo decirlo mejor: “Yo pienso que en la poesía la palabra tiende a desarrollar toda su capacidad y energía: en la poesía, el lenguaje es forma, gesto y color. De esta manera, el lenguaje permite hacerlo con absoluta libertad. Lo que yo pretendo con el poema es poder alcanzar ese estado ine-fable de libertad”.

Fue necesario y es merecido reunir toda la obra de este gran poeta, que consta de dos conjuntos de poemas: Poesías (1961) y Climas (1962-1963). Sus hijos y herederos ofrecieron a sus editores, Sergio Delgado y Francisco Bitar, un puñado de poemas inéditos mecanografiados por él y que hasta el momento habían permanecido en el archivo familiar. También se incluyen sus traducciones de poesía de Drummond de Andrade y Manuel Bandeira realizadas para revistas literarias. Ambos editores se ocuparon de armar una detallada cronología sobre la vida del poeta. Con prólogo de dos amigas queridas del poeta, Marilyn Contardi y Estela Figueroa, acercan al lector la intimidad del poeta, sus gestos, andanzas y gustos. Se incluyen entrevistas de Carlos Morán y Enrique Butti, fotos, notas, ensayos y estudios sobre su obra; además se complementan con semblanzas por Roberto Aguirre Molina, Rogelio Alaniz, César Actis Brú y Pablo Barbagallo.

Muchos de los poemas de Inchauspe no están titulados. Ante esta característica, el poeta Helder señala que “más bien son como notas rápidas”, pero sin embargo con cortes de verso justos, es decir, sus encabalgamientos son tan prolijos que casi no pareciera que existen.

Juan Manuel Inchauspe encontró su propio mundo, alejado del barroco poético, lejos de orgullos paródicos. Al contrario, su testimonio poético es singular, la primera persona atraviesa toda su obra. Sin teoría psicoanalítica de por medio, tuvo el valor, la claridad y la sensibilidad justa para expresar que lo que importa es “el centro oculto de nuestra vida/ es lo que importa/ no la periferia abarrotada y estéril”.

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