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Sábado, 2 de noviembre de 2002

Espacio de música

Un arquitecto y un musicoterapeuta crearon una original propuesta para un espacio sonoro. Es un parque casi onírico con ideas adaptables a plazas y espacios ya existentes.

Marcelo Ovadia y Gustavo Sanguinetti, arquitecto y musicoterapeuta, respectivamente, prepararon un proyecto francamente original: un parque dedicado a la música, con instrumentos de gran escala disponibles para los chicos y espacio generadores de sonidos peculiares. El proyecto es de máxima y bien puede tomar una cuantas hectáreas, pero la belleza del asunto es que la idea puede ser adaptada a plazas y parques ya existentes, creando “rincones de música”.
El parque musical disfruta de una poesía muy particular. Tiene un sendero de los susurros donde se escucharía, por medio de parlantes ocultos, ruidos de hojas secas o murmullos de lluvia. Este y otros senderos, que incluyen uno del silencio, conectan lugares que son eventos musicales. Están la tierra del trueno, el rincón del eco, el claro de los pájaros, el manantial, el parque de los instrumentos desconocidos, el paraje del viento.
Los efectos sonoros se logran por los sistemas ocultos de sonido o por los instrumentos disponibles para el público, como los xilófonos gigantes o los espacios para zapatear. También, y esto es realmente onírico, hay instrumentos que se tocan solos, como el órgano de viento que traduce las brisas en sonidos, o la tierra de los truenos que tiene chapas horizontales que suenan por dilatación o contracción, además de las verticales para que golpeen los chicos. Otros de los instrumentos diseñados por Sanguinetti son coordófonos y un curioso tambor amazónico basado en uno, pequeño y de madera, guardado en el museo etnográfico de México.
La propuesta del parque fue presentada en el concurso de diseño internacional alemán “In Between” en 1999, y ganó un premio como “espacio acústico”. Los alemanes se quedaron especialmente impresionados por el titánico órgano eólico, pensado para lugares desolados, instalados tanto en tierra como en el mar.
La propuesta del parque es una manera de crear juegos musicales para los chicos, de modo que cultiven la experimentación sonora. Por eso, el énfasis que ponen los dos creadores en que su proyecto también se puede utilizar para espacios musicales en las plazas. Ovadia es uno de los ganadores del concurso de diseño en cobre, con una grifería, es docente y tuvo a cargo las obras que generó el programa “Sorpresa y 1/2”, como un microcine en Córdoba y albergues en otras provincias. Sanguinetti es director de coros, saxofonista y un experimentado musicoterapeuta especializado en chicos con discapacidad y trastornos en el desarrollo.

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