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Sábado, 17 de enero de 2009

En la ola

En una época en que todos soñamos con el mar, presentamos a diseñadores argentinos que trabajan creando las gafas de surf y tablas de bodyboard reconocidas en todo el mundo.

 Por Luján Cambariere

Quién hubiera dicho que el diseño argentino tiene entre sus profesionales algunos de los mejores exponentes del segmento surf y bodyboard. Lo cierto es que así es, y qué mejor época del año cuando todos soñamos con la ecuación playa-relax-deporte acuático (este último, aunque más no sea para embriagarse del vértigo desde la orilla) para presentarlos.

Chico plástico

Aunque humilde él trate de minimizarlo, lo cierto es que Federico Meyer Arana es algo así para el diseño como el rey, el amo y señor, de los plásticos. Porque los conoce en profundidad, no se cansa de investigarlos y adaptarlos a las distintas necesidades propias o por encargo. Igualmente, a la hora de relatar su primer contacto con el diseño y su fetiche, revela que fue absolutamente casual. Autodidacta, sus primeros pasos en el mundo del proyecto tuvieron que ver con su pasión por las motos de competición y la necesidad, en un país como el nuestro, de procurarse los propios repuestos (tanques y guardabarros de carreras). “Así empecé a trabajar en un astillero adentrándome en el mundo de la resina y la fibra de vidrio y nunca más paré”, cuenta. A los repuestos de moto, siguieron las lanchas y barcos, en la época de furor del windsurf en los ‘80, fue uno de los primeros en fabricar tablas en plástico reforzado. Y justamente por esta profesión ligada al agua, en el río conoció al surfista Martín Torres que trajo desde Hawai la primera tabla de bodyboard. “Los surfers iban a las playas con sus novias y ellas se embolaban. Entonces a un yanqui, que hoy es nada menos que el multimillonario creador de la emblemática Morey Boggie, algo así como la Coca-Cola del body, se le ocurre hacer una tablita para que las mujeres barrenen. Así nace el deporte junto a otro material, la espuma de polietileno. Lamentablemente esos materiales no están en el país así que lo que yo fui haciendo todos estos años es ir rebuscándomelas para hacer la mejor tabla con los materiales de acá.” Y continúa: “Empecé en el ‘84 con poliuretano. Después me contacté con gente que hacía asientos de autos y fabricamos una matriz para una tabla nueva. Hasta que me contacta un distribuidor muy grande de inflables, Vulcanita, y me encarga mil tablas. Corría el ‘89. Hice un molde en aluminio para poder termoformar los fondos. Ahí me salí de la fibra de vidrio y me pasé al termoplástico y pasé de hacer 4 a 40 por día. Además no tenía devoluciones, no se rompía, no le entraba agua. Un éxito, aunque en el ‘98 paré porque el país no daba para más. Y recién arranco con Magma, mi propia marca, en el 2005 cuando diseñamos junto a Facundo Juares, corredor profesional, una nueva tabla. El tenía la necesidad de andar en el mar argentino, distinto a otros por el tipo de ola, corta, baja, para lo que se necesita una tabla más bien rígida. Y lo logramos. Las vendo por Internet a un precio más que accesible ya que no tengo intermediarios. Y como no se rompen, ofrezco repararlas sin cargo. Hasta ahora no vino nadie”, remata orgulloso.

Surfers desde BA

Mientras que si de surf se trata, con esas jactancias que tanto nos gustan, podemos afirmar que el diseño de todas las gafas de la emblemática marca brasileña Mormaii está hecho por dos argentinos –Diego Cohen y Martín Acevedo– que vienen trabajando desde hace más de diez años para la empresa que tiene la licencia y produce desde Garopaba para el mundo entero.

–¿Cómo llegan dos argentinos a diseñar para Mormaii?

–A través de Interóptica, una empresa con un dueño muy visionario que decidió, cuando pocos lo hacían, armar un equipo de diseño. Era el ‘97 y adquiere la licencia de Mormaii para los anteojos. Ahí empezamos a diseñar gafas. Tuvimos la suerte de hacer un modelo que pegó muchísimo, la hizo despegar a la empresa allá en Brasil cuando aún era muy chiquita y a partir de ahí llegaron más modelos y el empezar a viajar y entender más.

–¿Hasta entonces cuál era su visión del surf?

–No más que la de ir a Brasil de vacaciones. Al principio jugó la intuición y después al viajar para entender realmente la idiosincrasia.

–¿Qué cuenta más, la cultura surfer, las necesidades del deporte?

–Lo que pasa es que, salvo por un modelo, el Flouter, son anteojos para surfistas pero no para hacer surf. El primer anteojo que lanzamos para hacer surf fue recién hace dos años y fue realmente algo bien original.

–Cuéntenme del Floater...

–El Floater es una gafa para estar en el agua, tanto para hacer windsurf, surf o cualquier deporte náutico. Es un anteojo que flota, totalmente leve, con entradas de aire, un desarrollo que nos llevó un año y medio. El anteojo fue un éxito y ahora estamos haciendo la segunda versión.

–¿Inédito?

–Sí, hubo otro de otra marca que no funcionó. Este hizo un quiebre porque hasta entonces Mormaii era una marca con estilo surf y ahora tenemos también la tecnología surf con todo lo que eso implica. Que no se empañe, que flote en agua dulce y salada. Tiene una lente especial hidrofóbico para que el agua resbale. Bisagras de plástico, encajes perfectos, tomas de aire. El peso específico para lograr que flote que fue todo un tema. Estudiamos materiales todo el tiempo. Y estamos muy orgullosos de lo que logramos. Nos reconocen en el mundo y ahora estamos diseñando para Asia.

–¿Cómo es diseñar para este segmento?

–El surfer es un tipo relajado, que vive en contacto con la naturaleza, y con la paz del mar. Todo lo opuesto a la urbe. Además el que está haciendo un deporte extremo ya de por sí es alguien diferente al que le gusta pasar límites e innovar. Lo que te permite ir más allá en formas, colores. En el mundo, de hecho, nos reconocen también por el empleo del color que lleva un trabajo artesanal muy exhaustivo. Y en la tecnología que venimos probando.

–Un estilo que por otro lado muchos quieren consumir...

–Sí, sobre todo hay una edad en la que todos quieren ser surfers. Es que te vende un estilo de vida relajado, en la playa, con chicas. Nos llegan estudios de mercado que afirman que el 90 por ciento de las personas que compran en un surfshop aspira a ser surfer, aunque sólo el 5 por ciento lo son.

–¿Importante el feedback de los deportistas?

–Básico. A veces te tiran una que te hace cambiar de rumbo. Por ejemplo en el Flouter las tomas de aire que nosotros diseñamos eran más chicas. Un surfer profesional nos dio la clave para agrandarlas.

–¿Argentinos diseñando para una marca brasilera?

–Al principio era medio tabú, pero ahora están orgullosos y enseguida dicen: “Porque vos viste que las universidades argentinas son muy buenas”. Para nosotros es increíble el intercambio. De un gran aprendizaje para el diseño y para la vida.

* Magma Bodyboard: http://magmabodyboarding.blogspot.com, [email protected], 15-5400-8884.

* Interoptica-Mormaii: www.mormaiieyewear.com, www.interoptica.net

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