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Por Matías Gigli

La idea es potenciar un segmento de producción no tradicional: el diseño en sus múltiples versiones. La Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad espera con esto fomentar y promover la capacidad de trabajo dentro de los límites de la ciudad. Se eligió un hermoso y destruido inmueble de Barracas, el antiguo mercado de pescado, que después de años de abandono y de desvalorización es nuevamente tenido en cuenta como lugar para ser vivido.
El Centro Metropolitano de Diseño dirigido por el diseñador Adrián Lebendiker trabaja sobre la base de otorgar becas a nuevos emprendedores y brindar el apoyo necesario que requiere toda iniciativa para que llegue a buen término. Exposiciones vinculadas con la temática del diseño, foros, charlas y conferencias completan la labor de formación y difusión que llevan a cabo. Además, un sistema de becas fomenta el trabajo del centro como lugar de generación de nuevas propuestas.
Bajo un sistema de becas otorgadas a grupos de nuevos emprendedores, éstos tendrán un espacio propio dentro del centro, asesoramiento técnico y gerenciamiento, capacitación y consultoría, financiamiento preferencial, contactos comerciales, acceso a equipos y alquileres flexibles, condiciones de logística como compartir servicios de agua, energía, comunicación, informática, mantenimiento, limpieza, vigilancia y transporte, capacitación en comercialización y difusión. A eso apunta el CMD, que ya empezó sus actividades.
Sobre la base de sucesivas tandas de presentaciones a becas, los aspirantes deben organizar sus ideas y aspiraciones. Un jurado de especialistas determinan la viabilidad de las propuestas. Cada grupo becado tiene en préstamo un espacio que los diseñadores dieron en llamar incubadora. Ellos tienen dos años para madurar sus emprendimientos. El concepto de incubadoras no es solo compartir gastos sino que es el desafío de crear una empresa competitiva.

El edificio
El concurso nacional de anteproyectos para la sede del CMD fue hace un año, y los trabajos están en marcha. El arquitecto Gastón Flores fue el ganador del concurso. Ahora, con sus colaboradores Alejandro Dafunchio, Federico Tessandori, Francisco Aguilar, Juan Manuel Pampin y Macarena de Lelis, terminaron la documentación completa del proyecto.
Fueron cuatro meses de trabajo para preparar la transformación del antiguo mercado de pescado en centro de diseño. El proyecto prevé una construcción en etapas con documentación para licitaciones independientes. Con este fin se entregaron documentaciones completas para realizar la obra en tres etapas. La primera, actualmente en ejecución, tiene una superficie de 1800 metros cuadrados, para la cual se entregaron 65 planos de arquitectura e instalaciones más un pliego de especificaciones técnicas.
La segunda etapa es de 2100 metros y se entregaron otros 70 planos. La tercera etapa, de 13.150 metros, incluye la superficie de la segunda y fue documentada con 172 planos.

El proyecto
En el desarrollo del proyecto de arquitectura se produjeron cambios en torno a las definiciones programáticas y estéticas que variaron con respecto a las de la etapa de anteproyecto. Para esta instancia Gastón Flores, en diálogo con Adriana Pérez Moralejo del CMD, dieron el ajuste al trabajo planteado en el anteproyecto para su concreción definitiva.
El centro tiene mucho de obra nueva, con la dificultad de coordinación con el reciclaje. Lo que fue un mercado será un centro de diseño y esademás un nuevo polo de desarrollo para la zona sur de la ciudad, una nueva instancia para ser visitada por todos.