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Sábado, 13 de julio de 2013

La saga de los escombros

El gobierno porteño promete que el 147 será la solución a la basura “pesada”. Pero un cómico caso en Boedo muestra la inoperancia del sistema

 Por Sergio Kiernan

La cosmética macrista –y pocas cosas son más cosméticas que el macrismo– toca muy seguido el ridículo. En Buenos Aires hay barrios enteros donde hace falta el GPS por la falta de carteles identificando calles, pero siempre hay plata para imitar los que cuelgan de los semáforos de Nueva York en la avenida Libertador. Y las calles se reasfaltan constamente, pero mal, con la pésima calidad de siempre, cosa de “mostrar gestión” y repartir contratos. Es cosa de percepciones, una forma de gobierno regida por las relaciones públicas y la construcción de marca.

Esto explica que en el papel la ciudad de Mauricio Macri tenga servicios modernos como el 147, número al que se puede llamar para pedir retiros de basura “pesada”. Varios outdoors de los grandotes anuncian el servicio, con el pedido de “no rompamos los containers”, o sea que no tiremos escombros o electrodomésticos en esas cajas con ruedas que ahora tanto molestan la circulación. El 147 es un chiche, con voces jóvenes que atienden con gran amabilidad. Pero cuando se pasa la superficie, la cosmética macrista, surge un problemita: el sistema no funciona.

Es lo que le pasó a Gabriel Minvielle, vecino de la Comuna 5, cuya paciencia fue estirada hasta el ridículo por la incompetencia oficial. Minvielle hizo en la primera semana de junio una pequeña obra en su casa, un arreglo de medianera que lo dejó con varias bolsas de escombros encima. Buen ciudadano, llamó al 147 el lunes 10 de junio y pidió la remoción. Una voz amable, entrenada, le prometió que su pedido número 669964/13 sería atendido de inmediato en la tarde del martes. Minvielle agradeció y esperó hasta el mediodía siguiente para sacar sus quince bolsas, cosa de no molestar al prójimo.

A la noche, las bolsas seguían en la vereda de Boedo entre Don Bosco e Yrigoyen.

El miércoles, el vecino insistió en su pedido, que fue atendido con la misma amabilidad y ahora transformado en el reclamo 00673848/13. La funcionaria municipal explica que “le habían pasado la solicitud a una empresa que no corresponde a la zona” y se disculpa por el inconveniente. Nuevamente, le prometen que a la tarde del día siguiente se llevarían todo.

La noche del jueves vio las bolsas en la vereda de Boedo.

El viernes 14, Minvielle volvió a llamar, transformando el trámite en el reclamo 006850417/13 (cada llamado genera un número diferente, cosa de computadoras). Ya amoscado, el vecino exigió revisar los datos cuando le dijeron simplemente que “el pedido ya está hecho”. Ahí se descubrió que habían tomado mal el número de su casa. Nuevamente, la promesa de que el lunes siguiente, por la tarde, recogerían todo.

Minvielle, que es diseñador gráfico, ventiló la bronca con un cartel donde le agradecía, con fondo amarillo PRO y tipografía oficial, a Macri “por ser como sos” y le prometía “no votarte ni mamado”. El cartel duró unas horas, prontamente robado por algún coleccionista.

La noche del lunes, no sorprende, volvió a encontrar las bolsas en su lugar, ya como más acostumbradas al barrio.

El martes 18, Minvielle volvió a llamar al 147. Esta vez, el reclamo 00697426/13 fue calificado de URGENTE y recibió una promesa de tratamiento prioritario. El camión pasaría sin falta al día siguiente.

Volviendo a su casa de hacer algunas compras, Minvielle se encontró con un señor y su esposa que cargaban bolsas de escombros en su utilitario. Medio en broma, el vecino lo acusó de hurto y el señor, con su esposa, explicaron que no, que “te limpiamos la vereda, ¿no?” y que necesitaban el material para un contrapiso en su casa. Se llevaron once bolsas, lo que podían aguantar los amortiguadores. Minvielle sacó más bolsas, cosa “de no desperdiciar los recursos públicos”.

Decidido a esperar, el vecino vio pasar los días y vio su barrio acostumbrarse a las bolsas. Los perritos locales las integraron a su recorrido, dejando sus cosas y mojándolas regularmente. Los que pasaban agregaron papelitos, puchos y chicles al revoque. Los que se quejaban por el bloqueo se habituaron a esquivarlas. Nunca vino el camión.

El 28 de junio, Minvielle hizo un último intento. Con la amabilidad ya habitual, le informaron que su reclamo era oficialmente una queja, la número 00735663/13, a ser atendida de inmediato, con prioridad absoluta y camión garantizado. El mes terminó, comenzó otro, y los escombros siguen en esa vereda de Boedo.

Minvielle hizo otro cartel contando estas fechas y trámites. El cartel explica, imitando los que pone el gobierno porteño en los baches, que “éstas NO son 15 bolsas de escombros ilegales” sino apenas un monumento a la inoperancia del gobierno. Nuevamente, le garantiza a Macri que no lo votará. Y agrega que el cartel, las bolsas y los recuerdos de los perritos “están monitoreadas satelitalmente”.

Un hombre de humor.

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