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Sábado, 12 de julio de 2014

La piqueta mirando al sur

El macrismo hace malabarismos para abrir Barracas y Parque Patricios al negocio inmobiliario, mientras lo denuncian penalmente por capar las comunas.

 Por Sergio Kiernan

Uno de los fastidios de este gobierno porteño es cómo toma temas ciertos y justos, y los transforma en contratos para los amigos y fotos para la campaña. Esto de mudar el eje de la administración de la Ciudad al sur es una idea que no está ni bien ni mal, aunque sea de dudosa utilidad urbana excepto en eso de revalorizar terrenos hoy devaluados. Quien se moleste un poco por Parque Patricios y Barracas notará una clara inflación en los precios de la tierra y de los edificios viejos, pequeños, tan demolibles que algunos llamamos patrimonio. El negocio especulativo se va a comer mucho del sur porteño y encima anunciará que lo hace por el bien común.

Ver las cuentas como las anuncia el propio macrismo permite ver la hilacha, grande y clara, de toda la idea. Como se recordará, se iba a construir un Centro Cívico en el Borda, idea pernóstica que murió en la segunda instancia de la justicia local. Para financiar el elefante blanco tan rentable para los amigos, se iba a vender el viejo Mercado del Plata frente al Obelisco. Ahora, el gobierno decidió soplarle la faraónica sede casi terminada en Parque Patricios al Banco Ciudad, un Norman Foster que costó 250.000.000 de pesos. El edificio era grande para el banco pero no para la administración porteña, con lo que será la nueva sede del jefe, de la vicejefa, de la Jefatura de Gabinete, del ministro de Gobierno y del secretario general. Para que el banco no se queda con la pérdida, lo van a compensar... con el Mercado del Plata.

El problema es dónde poner el resto del gobierno que se iba a mudar al Centro Cívico y sobre todo a los que tendrán que evacuar el edificio frente al Obelisco para dárselo al Ciudad. Para eso van a alquilar, por un dinero no revelado ni a los amigos, la ex fábrica Canale, que fracasó como lofts, volvió a fracasar como edificio de oficinas y luego sufrió una expansión horrenda y vidriosa que asoma por encima de su fachada Art Noveau. Lo que sí revelaron es que mudar ahí a Desarrollo Urbano, Ambiente y Espacio Público, Modernización y Tránsito y Transporte va a costar unos ochenta millones en reformas de un edificio que ni siquiera es propio.

Con lo que el Mercado del Plata se cambia por el Banco Ciudad de Parque Patricios, lo que genera el gasto de alquilar y adaptar un edificio de terceros. Curiosamente, el gobierno porteño sigue afirmando que así se ahorra dinero...

Mientras, sigue en pie otro elefante blanco, el Metrobús del Bajo, que amenaza hacer desaparecer el ex centro clandestino de detención Club Atlético y el Centro Educativo Isauro Arancibia. Nadie dijo nunca una palabra desde el macrismo sobre qué van a hacer con este Centro de Atención donde un piberío que básicamente vive en la calle trata de hacer la primaria y recibe un poco de ayuda social, algo de bola del Estado. Este martes, los alumnos y los profesores hicieron un acto participativo protestando por la nueva amenaza y denunciaron que ya les avisaron que se van, pero no a dónde. De hecho, lo único que les precisaron es que no había ningún edificio listo para recibirlos.

Y siempre en el sur de la ciudad, el macrismo anunció en sus diarios amigos que arrancaba la obra en el Parque Lezama, que generosamente no será enrejado. Esto es cómico, porque el plan era arrasar nuestro parque más delicado y el que más tesoros tiene, “modernizándolo”. Pero hubo amparos, hay una ley que se tramita en el Congreso Nacional e incluye un detallado inventario de lo que contiene el parque para que no lo saquen y sobre todo intervino la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos. Su titular, Jaime Sorín, le comunicó claramente al macrismo que el Lezama es un monumento nacional y no puede ser tratado con la liviandad y berretez habitual. Por eso no hay enrejados, no se elimina el anfiteatro y todo lo que se haga en el parque debe pasar por la inspección de la Comisión Nacional. De hecho, las obras que arrancan ahora son un cambio de veredas en el perímetro del parque, nada más.

La denuncia

Como adelantamos en nuestra nota de tapa la semana pasada, el macrismo en funciones no está dispuesto a cederles ni un peso del presupuesto a los comuneros elegidos por el voto popular. La constitución porteña manda descentralizar, transfiriendo funciones de control, mantenimiento y obras a las comunas, pero el PRO frenó la transferencia de responsabilidades y presupuestos hasta llegar a la ilegalidad. El último paso fue el decreto 251, que crea “gerentes” en cada comuna para que controlen estas funciones, cuando y si son transferidas. Los gerentes, nada casualmente, no son electos sino contratados por un concurso que organiza y adjudica el gobierno porteño, sin participación comunal.

Con lo que esta semana, representantes de catorce de las quince comunas de la ciudad se alzaron contra esta arbitrariedad y denunciaron penalmente a Mauricio Macri y a su jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta por abuso de autoridad, incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos y usurpación de funciones. Al mismo tiempo, los denunciantes pidieron un amparo para que se deje sin efecto el decreto 251. Una curiosidad de la situación es que los titulares de las comunas, todos del PRO, no se presentaron como denunciantes, pese al grave ninguneo de su referente político. Los que saltaron fueron todos miembros de los Consejos.

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