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Sábado, 6 de junio de 2015

Las que abrieron camino

Pathmakers: Mujeres en el arte, la artesanía y el diseño desde mediados de siglo a hoy es la muestra que se acaba de abrir en el MAD de Nueva York. Son cuarenta y dos diseñadoras dando cuenta del enorme aporte al modernismo de las mujeres que abren caminos.

Por lujan cambariere desde nueva york

n“Abre caminos” es la traducción literal de Pathmakers, título de la muestra que acaba de abrir sus puertas en uno de los museos más bellos que tiene la disciplina en Nueva York, el MAD, Museo de Artes y Diseño. Y sin duda, es también uno de los mejores piropos que puede recibir un profesional. Que de eso se trata la vida, recorrerlos, transitarlos, desandarlos... y qué mayor placer, privilegio y lujo que abrirlos para otros. Y más cuando hasta hace unos años, el hacer en los campos del diseño era para muchos patrimonio o incumbencia exclusiva masculina, con mujeres absolutamente talentosas, trabajando en las sombras.

Después de dedicarle un bellísimo espacio al diseño latinoamericano (de noviembre de 2014 a mayo de 2015 con la expo New Territories), el museo fundado por una mujer con la misión de dar voz a poblaciones más bien marginales dentro del arte y el diseño destina hasta el 27 de septiembre las más importantes salas del bello edificio en Colombus Circle, frente al Central Park, a esta exposición que tiene a las diseñadoras de la posguerra como protagonistas. Mujeres que a partir de los ’50 y ’60, luego de los movimientos feministas y las crisis económicas, comienzan a abrir y abrirse paso en la profesión apelando a técnicas y materiales alternativos como los textiles, metales y cerámica. Así, Pathmakers: Women in Art, Craft and Design, Midcentury and Today, revisa y reúne la producción de diseñadoras y artistas desde la posguerra y su original aporte al modernismo. Curada por Jennifer Scanlan y Ezra Shales, la exposición cuenta con más de cien trabajos, que dan cuenta de las importantes contribuciones investigando y experimentando en estos campos para las generaciones futuras.

Sumando así más de cien obras dan el presente creadoras de la talla de Ruth Asawa, Edith Heath, Sheila Hicks, Karen Karnes, Dorothy Liebes, Alice Kagawa Parrott, Toshiko Takaezu, Lenore Tawney y Eva Zeisel. De manera significativa, el grupo llegó a la madurez junto con el Museo de Artes y Diseño en sí, que fue fundado en 1956 como el centro del movimiento de artesanía moderna americana emergente. La exposición también destaca las contribuciones de las emigrantes europeas, incluyendo a Anni Albers y Maija Grotell, que visionaria como era, trajo consigo la convicción de que la artesanía podría servir como un camino hacia la innovación modernista. Los paralelismos entre las mujeres que crean trabajo en los países escandinavos y Estados Unidos son enfatizadas por la inclusión de importantes diseñadoras de esos países como Rut Bryk, Vuokko Nurmesniemi y Vivianna Torun Bülow-Hube.

Como si fuera poco, suma al legado de estas mujeres, la obra de otras artistas y diseñadoras contemporáneas que reflejan y amplían el trabajo de la generación anterior: Polly Apfelbaum, Vivian Cerveza, Diseño Frente, Christine McHorse, Michelle Grabner, Hella Jongerius, Gabriel A. Maher, Magdalena Odundo, y Anne Wilson. “Con esta muestra buscamos ampliar la mirada histórica introduciendo nombres que no fueron reconocidos en su tiempo y que abrieron la cabeza y posibilidades de generaciones futuras con una visión y técnica que iluminan la actualidad de la escena”, detalla la curadora Scalan.

En destaque

Si bien la producción general es excelente, la muestra contiene algunas perlitas sobre la que vale la pena detenerse. Las esculturas en alambre de la estadounidense descendiente de japoneses Ruth Asawa (1926), impulsora entre otras cosas de la Escuela de Artes de San Francisco. Además de una reconocida artista que usaba el alambre de la forma más sutil y etérea, algunas piezas inclusiva tejidas en crochet, Asawa fue una importante activista cultural. La expo cuenta también con las imponentes piezas en cerámica de Rut Bryk. De otra americana descendiente de japoneses, Alice Kagawa Parrott (1929), sus bellos tapices. Además de las increíbles composiciones en algodones y papel de la genial Anni Albers, alemana perteneciente a la Bauhaus, quien además fuera alumna de Paul Klee. La vajilla en cerámica y porcelana de Edith Kiertener Heath (1911) y la realizada en vidrio por Eva Zeisel (1906). Mientras que de la finlandesa, residente en Estados Unidos, Marianne Strengell (1909), otra virtuosa en el empleo de aluminio con la suavidad y calidez de lo hecho a mano, sus piezas combinadas con viscosa.

Más contemporáneas los productos para baños del cuarteto que conforma Front Design (Anna Lindgren, Katja Pettersson, Sofía Lager Kvist y Charlotte von der Lancken) como las Axor y sus modernas luminarias en metal y vidrio soplado; los separadores de ambientes o cortinas de cordones de algodón, piezas en porcelana y acero y mucho de su mobiliario para Vitra de la holandesa Hella Jongerius con su particular forma de fusionar artesanía y diseño. La impactante colección de patrones en seda aterciopelada de Polly Apfelbaum que ocupan todo un salón de la muestra y los rapports realizados en papel por otra grande, Michelle Grabner.

Bellos, además de su obra, los retratos en acción, con las manos en la masa, de todas ellas. Mujeres que no sólo no pidieron permiso para abrir la puerta y salir a jugar (que de eso se trata el experimentar) sino que se las ve felices en el hacer.

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